✓ QUESTION...?, damien thorn.

010

—Niños, es viernes y hoy tenemos clase de educación física. Jugaremos quemados.

Quemados = Infierno.

—¡No queremos jugar, duele! — se quejó Kyle de fondo.

—Que la mitad vaya a este lado y la otra mitad de ese lado. — ordenó Chef apuntando a la derecha, y luego a la izquierda. Hubieron sonidos de queja hasta que Phillip habló.

—Disculpen, caballeros. Creo que no sé jugar.

—¿Qué? ¿No juegan quemados en Francia?

—No. De hecho no soy francés...

—Las reglas son simples. Un niño de ese equipo intentará golpear a uno del nuestro con la pelota roja. — empezó a explicar Stan. — Si la pelota te da, quedas fuera. Pero si la atrapas, él queda fuera. Y el último equipo que tenga a alguien en pie, gana.

—¡Qué divertido! — Pip esbozó una sonrisa, feliz.

—¡No lo es, duele! No puedo creer que nos hagan jugar esto en la escuela.

Ella tampoco podía creerlo, pero era mejor que volleyball, deporte en el que era pésima. Prefería lanzarle una pelota a la cara a la gente que mantenerla sin tocar el suelo, que era mucho más difícil.

Después de 20 minutos y que al fin les tocara a su equipo lanzar la pelota, Kyle comenzó a insistir que Pip lo hiciera. Él se negaba pero el pelirrojo comenzó a presionarlo.

—¡Vamos, no seas gallina! ¡¿Quieres ser un marica francés toda tu vida?!

—¡Kyle, cállate o te romperé tu judío culo! — exclamó molesta.

—Mi viva imagen. — lloriqueó Cartman de fondo, fingiendo llorar de orgullo.

—No soy francés...

—¡Lanza la pelota, idiota! ¡Si no comieras tantos croissants podrías...!

Pip, harto por sus insultos, le lanzó la pelota a la cara, con una rapidez y fuerza impresionantes. Abrió la boca formando una perfecta "o", impactada. Ni siquiera ella sabía que tenía tal potencia, posiblemente porque siempre solía mantenerse sereno.

—Ese golpe estuvo bien, Pip, pero debes golpear a los niños del otro equipo.

—¡Mi nariz! ¡Me rompiste la nariz! — exclamó Kyle tomando el puente de su nariz, chillando de dolor.

—Muy bien hecho, Phillip. — le pasó el brazo por el hombro, abrazándolo con orgullo.

—¡Lo siento mucho! — se tapó la boca con ambas manos, avergonzado por lo que había hecho en un instante de confusión.

—Tu nariz sangra mucho, Kyle. Creo que debes ir con la enfermera.

Se escuchó un «uhh» ahogado de parte de todos. La enfermera tenía un feto saliendo de su cara, literalmente un feto muerto. Todos los niños le temían, ella incluida. Su aspecto era aterrador.

—Ya se acabó la clase, vámonos. — Pip asintió, dejándose llevar por la joven. Sin saberlo, estaban siendo observados por el tercer integrante de su pequeño grupo.