030

204 14 23
                                    

Después de tocar la puerta con insistencia, esta fue abierta por Kyle, quien la miró con notable sorpresa.

Había ido a la casa del susodicho pelirrojo para hablar con él de lo que había pasado. Ya había tomado una decisión y no quería dejar pasar un solo segundo más sin contársela.

—¡____!

—¿Podemos hablar? — jugueteó con sus manos, evitando mirarlo.

Kyle giró la cabeza para mirar detrás de su espalda.

—No es un buen momento...

—¡¿Qué mierda haces, judío de mierda?! — se escuchó la voz de Cartman al fondo, Kyle rodó los ojos con molestia, endureciendo su agarre a la madera de la puerta.

—Estoy terminando un proyecto con este imbécil, por eso...

—Yo lo arreglaré, ¿puedo pasar?

—¡Claro! — se hizo a un lado, dejándole el camino libre. ____ entró a la casa del de ojos verdes, admirando su bella y ordenada entrada. Habían fotografías enmarcadas de la familia Broflovski, sonrió ligeramente al ver a un pequeño junto a Kyle, posiblemente era su hermano menor. Al llegar a la sala, vio a Eric sentado de panza en el suelo, rodeado de libros y libretas. Al verla, su rostro se iluminó por la sorpresa. — Hola, Eric.

—¡____! — la llamó. Entonces, su rostro se arrugó de fingida molestia. — Tenías mucho tiempo sin hablarnos después de...

—Sí, lo siento, es que no me había sentido muy bien de ánimo. — se rascó la nuca, incómoda. Se fundieron en un silencio algo tenso, en el que tuvo que recordar la razón por la que estaba ahí para recobrar la fingida alegría. — Tengo que hablar con Kyle.

—Ok, es cierto... — accedió el pelirrojo, poco convencido.

—¿Puedes terminar solo, Eric? Aunque siempre lo haces. — el orondo chico trató de alegar, pero solo balbuceó cual perro. — ¡Gracias!

—¡Ven acá, puta!

Huyeron antes de que el castaño los alcanzara entre risas y miradas cómplices. Fueron bajando la velocidad gradualmente hasta estar solo caminando tranquilamente a lado del otro, pasando un buen rato al simplemente estar juntos.

—Kyle...

—____. — hablaron al mismo tiempo. Detuvieron su caminata y se miraron, algo perplejos. Kyle se sonrojó casi tanto como su cabello, moviendo las manos de un lado a otro efusivamente. — ¡Tú primero!

—No, tú primero.

—Tú. La verdad es que me intriga mucho lo que sea que me vayas a decir.

Bajó la mirada, clavándola en sus pies que se removían en el suelo con incomodidad.

—¿Oíste lo de Damien? — farfulló.

—Todos lo saben. — respondió, algo incómodo. — ¿Puedo hacerte una pregunta? Si no quieres responder está bien, pero en verdad me gustaría que lo hicieras. — asintió, finalmente volteándolo a ver. — ¿Por qué lo hiciste?

—Para eso deberías saber todo lo que me ha pasado últimamente, y siendo sincera no es poco.

—Tenemos tiempo. — tímido, tomó su mano y envolvió sus dedos con los de ella.

Le dedicó una mirada significativa, su corazón palpitó contra su tórax con violencia gracias a la ya tan conocida sensación. Asintió en silencio, apretando los labios al sentir sus mejillas calentarse.

Empezó a relatar desde la muerte de Phillip. A pesar de querer omitir algunas cosas, no lo hizo. Kyle merecía saber toda la verdad por muy mal que fuera a quedar con él. Le contó sobre su depresión, el trato que hizo con Damien, el beso que tanto le causó problemas, la amenaza del peli-negro, y por último, lo mucho que amó a este. Se sintió bien desahogarse una vez más, pensó que debería empezar a hacerlo más seguido.

Kyle la escuchó atentamente, sin interrumpir, sopesando la información. Al terminar de hablar, ____ tuvo que recuperar el aliento inflando su pecho de aire, a la espera de una respuesta.

No la hubo por unos minutos. Deseó tener esos ojos verdes sobre los suyos de nuevo, tenía miedo de haberlo asustado o haber hecho que se enojara con ella. Sin embargo, no era así.

—No debió ser fácil, siento mucho que hayas pasado por eso, ____. — esbozó una mueca. — Me habría gustado poder apoyarte.

—Para eso estoy aquí. — se plantó frente a él, frunciendo el ceño. El de ushanka de color lima verdosa ladeó la cabeza con confusión. — Kyle, sé que probablemente es muy pronto y no sientas lo mismo, pero esto que ha acontecido en mi vida me ha permitido darme cuenta de lo mucho que... me gustas. No, más que eso.

La confesión dejó más que sorprendido al pelirrojo, enmudecido e incapaz de formar palabra alguna. No hubo reacción por unos segundos. Temió lo que fuera a decirle. Al procesar sus palabras, un sonrojo bochornoso cubrió su rostro pecoso por completo, creciendo como olas de mar.

—A mí también me gustas, ____, mucho.

Dio unos pasos hacia ella, posando su mano sobre su mejilla. Se observaron de cerca con cariño, sus corazones latiendo al compás del contrario, como si estuvieran sincronizados.

—Tienes bonitas pecas, son hermosísimas.

El chico rió suavemente. — A mí me gustan tus ojos. — siguió adorándola en silencio, emocionado por que se hubieran confesado lo que sentían. Tanto, que tuvo el valor para preguntarle algo muy importante. — ¿Puedo besarte?

Esbozó una sonrisita, asintiendo con la cabeza.

Kyle unió sus labios contra los de ____, posando ambas manos sobre sus mejillas, acariciándolas con el pulgar. Eran increíblemente suaves y rosados, le encantaban. Percibía un ligero sabor a melocotón gracias a un gloss que ella se había colocado.

Al separarse, rieron suavemente contra los labios del otro, su aliento cálido le hizo cosquillas en la barbilla. Volvieron a unir sus labios en un lento vaivén que la estremeció profundamente.

Él era una paradoja. Estaba viendo visiones de ellos dos juntos. Su reputación no podía estar peor, entonces la quería por lo que era. ¿Eso estaba mal?

Vino y le dio indiscreta parcialidad proveniente de su solícita disposición, irisando su vida y su alma con la suya, cohesionadas entre sí. El estado devoto de ella hacia él, su corazón prodigando amor, sangrando por Kyle.

Ningún final es perfecto, ni certero. Ustedes decidirán cuál es el indicado.

✓ QUESTION...?, damien thorn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora