Grace
El impacto jamás llego.
William fue más rápido que Belcebú, se interpuso entre el demonio y yo, como una barrera protectora, con su bastón de hierro retuvo el golpe durante unos segundos. Luego flexiono sus brazos hacia atrás para después con fuerza extenderlos empujando a Belcebú lejos de nosotros haciéndolo retroceder con un solo movimiento. El demonio trastabillo pero no cayó, se sostuvo de las cuerdas del puente para no caer, soltó un gruñido lleno de furia en el momento que retrocedió. Dejando ver sus dientes afilados y las venas que marcan su rostro como una pesadilla.
—Sera mas fácil tomar la pieza de sus cadáveres a la orilla de este río —dice todavía sujeto a las cuerdas con el cuerpo inclinado hacia delante, mientras nos mira —Y así me librare de la chica que nos ha causado tantos problemas matare dos pájaros de un tiro... —de la nada suelta una risa seca y le da una pequeña mirada a sus manos sujetas a las cuerdas —¿Saben? es gracioso, porque yo odio a los humanos pero sus frases son tan poéticas y llenas de verdad que me encanta usarlas... en fin —De un salto llego hasta el otro lado del río junto a la palanca que mantiene el puente fuera del agua y estable.
Leí sus movientes demasiado tarde.
—Hasta nunca celestiales —fue lo último que dijo antes de romper la palanca en dos junto con las cuerdas, el puente comenzó a tambaleares y a enloquecer.
El puente se encuentra sujeto dos cuerdas de cada lado que se pierden en el fondo del río, pero la palanca mantiene el puente fuera del agua dándole tensión a las cuerdas.
Sin ambos el puente caería en cualquier momento.
—¡NOOOO! —Grito llena de angustia y desesperación, pensando que caeríamos pero no fue así.
Moví mis manos por los aires, dejando caer a caja al suelo y rompiendo el cristal, cerré los ojos aterrada esperando lo peor, esperando caer en el agua, pero eso jamás ocurrió. Todo se mantuvo en silencio durante unos instantes como si también esperaran la caída, al darme la vuelta una magia extraña del mismo color que el aura que había explotado anteriormente rodea mis manos, estás tiemblan, y esa misma aura rodea las cuerdas haciendo que mantengan su tención para que el puente no caiga con nosotros en él.
No sé qué estoy haciendo ni como lo estoy haciendo, pero debo continuar si no quiero que todos caigamos al río y tengamos una muerte segura.
Pero con cada segundo que pasa se vuelve más difícil mantenerlo, de alguna forma gana más peso, es como estar cargando algo muy pesado solo con mis manos.
Es demasiado peso para una sola persona. Mis piernas comienzan a temblar, al girar la cabeza encuentro a todos mirando a terrados el rio, intentado mantener el equilibrio y sosteniendo de las cuerdas como si sus vidas dependiera de ello.
—¿Cómo es posible?... no, no es posible. Tú no puedes tener este tipo de magia. Es imposible —suelta Belcebú incrédulo viendo toda la escena que se desarrolla enfrente de él atónito.
El intenta interferir con la magia en el mecanismo pero al hacerlo una gran descarga de energía lo evita, la misma aura lo envuelve pero esta vez pare ser agresiva ya que el demonio suelta un grito de dolor al mismo tiempo que ve sus manos llenas de nuevas quemaduras. Lo escuchó quejarse, luego levanta su mirada hacia mí. Furioso.
—Estoy no se quedara así celestial —es lo último que dice mientras que con mucha dificulta se levanta del suelo, con las palmas de sus manos totalmente quemadas y con un salto desaparece de la vista de todos.
Yo vuelvo mi atención hacia los chicos y de cómo el puente comienza a sacudirse con violencia mientras que cada segundo se vuelve demasiado difícil continuar mantienen el puente estable con lo que sea que este haciendo.
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La Descendiente Y los Cuatro Principes Del Infierno
FantasiaMagia. Desde muy pequeña Grace ha sabido que la magia tan solo existe en los cuentos de fantasía, a pesar de los cuentos nocturnos sobre peligrosos demonios y hermosos angeles alados que su tía le contaba cuando era niña, que aseguraba que eran real...