Solo quiero jugar

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Pedri.

Me negué a ir con la selección española porque quería descansar, no quería esforzarme de más y terminar lesionado de nuevo, así que lo único que me quedaba era ver los partidos a través de la televisión.

Sabia que tanto Ferran como Gavi irían y me sentía feliz por ellos, Ferran se había ganado nuevamente su puesto en la selección y Gavi seguía demostrando su talento, callando bocas porque era de conocimiento que había gente que odiaba el juego de Gavi que lo criticaban cada vez que podían, con cada acción que él hacía siempre salía alguien a decir algo en contra de él y eso era frustante para todos-

¿O solo para ti?

Su familia, sus otros amigos se preocupaban por la salud mental de Pablo, a Ferran también le pasó tuvo que ir con psicólogos porque la presión lo estaba matando, aún recuerdo cuando lloro en el campo luego de la derrota contra el Frankfur, las críticas no se esperaron, por eso me sentía orgulloso al verlo, si tal vez esta no es su mejor versión pero está mejorando.

—¿Qué haces?  —Fernando se sentó a mi lado — Esta claro que ganará España, no sé porqué te molestas en verlo.

Porque quiero verlo a él.

—Es una forma de apoyo de mi parte.

Los minutos pasaban y Fer tenía razón, España iba a ganar, pero todo se fue al demonio, cuando vi a Gavi caerse ¿se había lesionado? 
La preocupación empezó a crecer en mí, no él, vamos por favor.

—Tal vez no sea nada grave  —Sentí su mirada, pero que sabía Fer sobre las lesiones, que sabía él sobre-

¿Lo enamorado que estás?

Sobre lo preocupado que estoy de que mi amigo se haya lesionado, a diferencia de otros jugadores, Pablo no soportaría dejar los campos, el chaval no puede estar un minuto sin tener un balón entre sus pies.

Salió del campo ayudado por los médicos, pero se quedó ahí, tal vez no era grave ¿verdad? Tal vez solo estoy exagerando, era normal que en los partidos se sientan calambres o algún dolor. Ferran entró, pero solo deseaba que las cámaras apuntaran a Gavi, quería saber que él estaba bien, quería- solo quiero haber estado ahí con él. Entonces el narrador gritó el gol de Ferran, me sentía feliz hasta que le dedicó el gol a Pablo, ¿era necesario hacer eso? Si querías demostrar tu apoyo solo dícelo.

—Es lo mismo que Gavi hizo contigo cuando estuviste lesionado, te dedicó un gol.

Y yo debo hacer lo mismo, necesito dedicarle un gol y apoyarlo.

—Sí, Pablo me dedicó un gol.

Aunque ya eran dos goles que me dedicaban.

¿Y tú que has hecho por él?

Gavi nunca pidió algo a cambio y no creo que esperara algo de mi parte, solo hizo eso como amigo demostrando su solidaridad.

Entonces, ¿por qué Ferran no te dedicó un gol a ti?

—Creo que iré a mi habitación.

Era jodido todo, me sentía tan cansado aunque estos últimos días he estado así, solo me quité los zapatos y me tiré en mi cama, tal vez si duermo un poco todos estos pensamientos desaparecerán, aunque dudo que los sentimientos desaparezcan también.

Así que solo tuve que cerrar mis ojos, imaginar un lugar seguro y rápidamente me dormí.

Gavi

Tal vez debí pedir un descanso como lo pidió Pedri, aunque no creo que me lo fueran dado. El dolor eran inexplicable por momentos punsaba horrible y luego era como si una corriente eléctrica recorriera mi rodilla, me dolía cuando intentaba ponerlo, tuve que esperar a que el partido terminara para que los médicos me pudieran chequear, así que en el momento en que el árbitro pitó el final fui llevado a una sala médica, el echo de que no pudiera apoyar mi pie para caminar y que la rodilla me doliera como el maldito infierno no eran buenas señales.

—Acuéstate, por favor —hice lo que me pidió —. La rodilla esta inflamada, del 1 al 10 ¿cuánto te duele?

Me estaba jodiendo.

—Pensé que mi rostro reflejaba mi dolor, pero 10 queda corto al maldito dolor que siento es como si tuviera un carro encima de mi rodilla.

El señor -por no llamarlo anciano- se acomodó sus gafas, y volvió a ver mi rodilla, la tocó y un gritó escapó de mi garganta, aunque no sé si porque su mano estaba helada o por la sensibilidad de mi rodilla, tal vez fueron ambas, pero la mirada del doctor no eran nada alentadoras.

—Debo hacerte algunas radiografías a tu rodillas, pero esto es más grave de lo que parece —eso no era alentador, su voz, su mirada, no daban buenas señales.

—Pero volveré a jugar ¿verdad?  —quedó viendo mi rodilla y guardó silencio— Le estoy hablando.

Levantó su mirada, lástima, eso reflejaban sus ojos, solo lástima.

—Vuelvo a repetir tengo que hacer unos exámenes antes, pero viendo su rodilla y la manera en que se produjo su lesión, la forma en como su rodilla se destabilizo al intentar caer luego de golpear el balón con su cabeza, todo indica a que su lesión lo dejará fuera de los campos por un largo tiempo y-

—No, no, yo no puedo estar lesionado  —lo miré nuevamente — ¡necesito jugar! Mi equipo me necesita.

Lo vi suspirar.

—Gavi, si te soy totalmente sincero todo apunta a que es una rotura de ligamentos cruzados y como sabrás es una lesión grave y son aproximadamente 9 meses o incluso más el tiempo que no podrás jugar.

Respira Pablo, solo necesitas respirar, aún faltan los exámenes, los médicos también se equivocan.

—Solo quiero jugar  —se escuchó como una súplica y luego un sollozo—, ¡Solo quiero jugar!

Cerré los ojos y las lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas, bajando a mi cuello, esto era una mierda, todo lo era, el barça me necesitaba y ahora voy a decepcionar a Xavi, a los aficionados, a los chicos, en el momento en que más me necesitaban me tuve que lesionar.

Escuché pasos y tuve que abrir los ojos, De la fuente estaba ahí, aunque su mirada no dejaba ver algún rastro de lástima, sabía que debía de sentirse culpable de alguna forma.

—Te irás a Barcelona, ahí te harán todos los exámenes.

—Así que hay posibilidad de que este doctor esté equivocado sobre mi lesión, ¿verdad?

—Gavi-

—¿Qué?

—No deberías de tener tantas esperanzas  —tomó aire y luego lo dejo salir—, tendrás que llegar a Barcelona en la madrugada, y lo siento.

Negué con la cabeza.

—No lo sientas, no empeores la situación.

Entonces se fue y quedé solo, me derrumbe totalmente me daba igual si alguien llegaba a escuchar mi llanto, solo necesitaba desahogarme, no volveré a jugar dentro de un largo tiempo, era un poco gracioso que Pedri haya vuelto y ahora yo me retiraría de las canchas por una lesión, al parecer a los aficionados solo les duró un partido para vernos jugar juntos. Si el estuviera aquí ya fuera venido a abrazarme, intentaría consolarme diciendo que todo estaría bien, si Fermin estuviera aquí ya fuera venido a verme, pero ninguno lo está y Ferran ya me había dedicado un gol, esperar que él viniera era pedir mucho.

En un arrebato de ira grité, sentí un ardor en mi garganta y el maldito dolor de mi rodilla no paraba.

—Deberías tomar estas pastillas para que baje el dolor en tu rodilla.

Lo volví a ver.

—Ferran.

Sonrió de lado y se acercó, me ofreció un vaso de agua y una pastilla, me la tomé y él seguía viéndome, la preocupación pintada en su rostro.

—Sería tonto preguntar si estas bien, pero puedes decirme como te sientes  —sacó su celular—. Fermin me llamó, me preguntó por ti, tal vez deberías llamarlo.

Eran tonto pensar que Pedri llamaría, seguramente no estaba viendo los partidos al final él se quedó en casa para descansar, soy un tonto por estar pensando en él.

Una navidad junto a ti (Gadri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora