—No estoy jugando a nada. Estamos trabajando.
—Mira no sé si son celos o la manía que tenéis los franceses de actuar como si os hubieran metido el palo de una escoba por el culo. Pero me vas a decir cuánto te duele esa herida y me lo vas a decir ya. Y después me vas a contar qué coño te pasa. ¿Entiendes o necesitas que te lo explique de nuevo?
—No sé quién crees que eres para darme órdenes.
—La mujer que tiene las llaves del coche. Que bloqueo las puertas y nos quedamos aquí lo que haga falta.
—Eres como una adolescente caprichosa.
—Ajá —dijo Alicia sacando una piruleta y quitándole el envoltorio. —Tengo todo el día —aclaró antes de metérsela en la boca.—No me duele ¿vale? Hice un mal gesto y me molestó. ¿Contenta?
—Mucho —dijo irónicamente. —Ahora lo otro.
—No sé de qué me hablas.
—¿Te refresca la memoria recordar que me echaste de tu casa?
—Yo no te eché. Minutos antes eras tú la que quería irse. Tómalo como un favor —declaró Victory sin ser capaz de mirar a Alicia.
—Ya —dijo Alicia rodando los ojos.La pelirroja retiró el chupa-chups de su boca y tiró de la castaña haciendo que sus labios se solaparan. El primer reflejo de Victory fue apartarse. Pero el sabor a cereza en los labios de Alicia los volvía más adictivos de lo que Victory podía llegar a recordar.
La lucha entre sis lenguas se intensificó para ver quién tomaría el control hasta que Victory interrumpió.
—Ali, Ali... —musitó separándose.
—¿Qué pasa? —preguntó Alicia mira dose al espejo del coche y limpiando el labial al rededor de su boca.
—Estamos en medio de una calle transitada —se quejó Victory con la respiración agitada.
—¿Y? ¿Qué van a hacer? ¿Multarnos? —rió Alicia haciendo reír a Victory inconscientemente.
—Tenemos que llegar a darle los documentos a Marie —sonrió Victory.
—Que remedio —se quejó Alicia poniendo el coche en marcha. Pero antes de avanzar Victory se inclinó sobre ella y la besó profundamente de nuevo.Tras unos segundos la castaña volvió a separarse y se acomodó en su sitio.
—Ya puedes avanzar, vamos —indicó sin mirar a Alicia mostrando una indiferencia completamente fingida. Alicia lo notó y rió haciendo que el vehículo avanzara mientras volvía a poner la piruleta en su boca.
Ambas llegaron a la sede rápidamente y entregaron los documentos.
—Habéis tardado —dijo Marie.
—Atasco. Las calles de París, que son muy transitadas —dijo Alicia mirando rápidamente a Victory.La intensidad de la investigación mantenía ocupados a Victory y a su compañero Pierre en la sede de Europol en París. Mientras revisaban informes y compartían estrategias, Pierre encontró un momento para abordar un tema más personal. Se acercó a Victory discretamente, desviándola hacia un rincón más apartado de la sala.
—Oye, Victory, ¿puedo preguntarte algo personal?
Victory, intrigada pero cautelosa, asintió con la cabeza.
—Claro, Pierre. ¿Qué necesitas?
—Estaba pensando en Alicia. ¿Está soltera?La pregunta de Pierre tomó a Victory por sorpresa, y sus cejas se arquearon ligeramente. Aunque Alicia y ella no tenían nada consolidado, Victory no podía evitar sentirse incómoda con la dirección de la conversación.
—No estoy segura de su situación sentimental, Pierre. Estamos aquí para trabajar en la investigación.
—Claro, claro. Solo pensé que podríamos relajarnos un poco, ya sabes, Alicia está muy buena.Victory, intentando ocultar su irritación, forzó una sonrisa.
—Bueno, eso no debería afectar nuestro trabajo.
Sin embargo, por dentro, Victory comenzó a sentir un ligero enfado. La idea de Pierre intentando ligar con Alicia le molestaba, pero no podía revelar la verdadera naturaleza de sus sentimientos sin poner en riesgo la discreción que habían mantenido.
—No te preocupes, Victory. Solo pensé en intentar algo, ya sabes, por diversión.
—Pierre, no te ofendas pero... Honestamente me importan una mierda tus planes sexo-afectivos. Céntrate.Entonces Pierre asintió conociendo la profesionalidad tan característica de Victory, ajeno a la incomodidad que había causado en ella. Aunque ella trataba de concentrarse en el trabajo, una sensación de malestar se apoderó de ella. La dualidad entre no saber en qué desembocaría su relación con Alicia y ver cómo reaccionaba esta ante intenciones de Pierre generaba una tensión palpable.
Victory, con la mirada perdida en los informes frente a ella, se preguntaba cuánto tiempo podría mantener la calma sin que su carácter la delatara.
La jornada de trabajo continuaba en la sede de Europol, y Alicia, Victory, Marie y Raquel seguían inmersas en sus labores. Pierre, sin embargo, no parecía dispuesto a dejar pasar la oportunidad de intentar suerte con Alicia. Se acercó a la mesa en la que se encontraba con una actitud desenfadada, ignorando por completo cualquier posible señal de discreción.
—Hola, subinspectora. ¿Cómo va todo por aquí?
Alicia levantó la vista de sus documentos, mientras Victory observaba desde la distancia, con los ojos clavados en la escena que se desarrollaba. Y Raquel y Marie, quienes entraban a la sala con cafés para todos. Se quedaban en la entrada sabiendo que con la personalidad de Alicia la escena podría llegar a ser muy interesante.
—Trabajando, Pierre. Como siempre.
—Bueno, yo estaba pensando que, después de tanto esfuerzo, podríamos tomarnos un descanso. ¿Qué te parece si salimos a cenar esta noche? —preguntó ignorando la indirecta.Marie y Raquel intercambiaron miradas sorprendidas, mientras Victory observaba con tensión. Alicia, por su parte, dejó escapar una risa sarcástica.
—¿Una cena, Pierre? ¿En serio?
—Claro, ¿por qué no? Podríamos relajarnos un poco y conocernos mejor fuera de este entorno tan formal.La expresión de Alicia Sierra se volvió más intensa, y su mirada, cargada de su característica determinación, desafiaba a Pierre.
—Prefiero centrarme en el trabajo. Hay mucho que hacer en poco tiempo.
Marie y Raquel, viendo el tenso intercambio, intercambiaron miradas cómplices de nuevo. Victory, desde la distancia, estaba completamente consciente de la situación y de la incomodidad que se estaba generando.
—Vamos, no seas tan aburrida. Una noche de diversión no nos hará daño. Piensa en lo que podría ofrecerte.
—¿Qué podría ofrecerme un francés que no pueda darme yo misma? Paso.La firmeza en la respuesta de Alicia hizo que Pierre retrocediera ligeramente, pero no parecía dispuesto a darse por vencido.
—Estoy seguro de que podríamos pasarlo bien, Alicia. Piénsalo.
Alicia Sierra, sin inmutarse, lanzó una mirada directa a Pierre.
—Pierre, vete a tocar los huevos a otra parte.
Pierre, finalmente captando el rechazo de Alicia, se retiró con una sonrisa forzada. Las miradas de Marie y Raquel siguieron a Pierre mientras se alejaba, y Alicia volvió su atención a los documentos frente a ella.
La sala quedó sumida en un breve silencio incómodo. Victory, desde la distancia, no pudo evitar sentir un atisbo de satisfacción al ver que Alicia Sierra no se dejaba intimidar y defendía su espacio con su característico estilo.
—Parece que alguien no sabe leer señales —murmuró Marie a Raquel.
—Y tanto... —asintió Raquel.
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MÁS QUE TRABAJO (Alicia Sierra)
RomanceVictory Lefèvre es una importante miembro de la Interpol que tiene su vida completamente estructurada hasta que conoce a una pelirroja de ojos azules que vuelca su mundo.