—No recuerdo la última vez que alguien se preocupaba por mí —dijo Alicia a Sergio cuando este preparaba algo de comer mientras se encontraban ocultos en una casa. —Bueno sí... Victory. Se preocupaba todo el tiempo. Más por mí que por ella misma... Después de ella no sentí nada. Cuando se fue... La intenté tapar, la herida, saliendo un con hombre al que no amaba y... Ahora tengo una hija y él está muerto. Murió y no sentí nada, me arruinaron la carrera y nada. Solo he corrido detrás de ti sin sentir las náuseas y el cansancio. Creí que si corría lo suficiente, la tristeza no me alcanzaría. Y ahora mira... Aquí estamos. Quizá es el último día normal que tengamos durante los próximos veinticinco años... Podríamos haber como que la policía no está fuera —dijo Alicia comenzando a llorar.
—En las últimas horas he perdido a dos personas importantes. No para el robo, importantes para mí. No voy a dejar que caiga nadie más. No te voy a dejar caer, Alicia. No voy a permitir que Victoria se críe en un módulo de maternidad penal.
—Vale —musitó Alicia sorbiendo sus lágrimas. —Yo tampoco te voy a detener —rió levemente.
—Me parece muy bien —dijo él.Alicia le sonrió como pudo y apoyó la cabeza en el hombro de Sergio mientras continuaba llorando.
—Sergio, tenemos que ir a comprar zapatos nuevos —rió levemente Alicia.
—Deberías avisar a Victory —dijo Sergio mientras se movía en el camión de la basura con Alicia. —Debe estar preocupada.
—Ya he avisado a la princesa —dijo Marsella.
—¿Qué? —preguntó Sergio.
—Necesitaba un apodo —declaró Benjamín. —Francia no tiene rey, lo más parecido es su presidente y ella es su hija. A si que la princesa.
—¿Y donde está la princesa ahora? —preguntó Alicia con su particular tono de voz.
—En Francia —declaró Marsella. —Tenía asuntos importantes.
—¿Se ha ido? ¿Así? ¿Sin más? —preguntó Alicia. —¿No os dijo nada? ¿No os dio nada?
—No —dijo Marsella. —Solo que tenía asuntos importantes que debatir con el presidente.
—Te lo dije, Sergio. Ya se marchó una vez —dijo Alicia. —Mejor que se haya ido. Estamos hasta el cuello de mierda.—¡Ya sé que es una locura papá!
—¡Es peor que una locura es lo peor que se ha ocurrido nunca!
—¡Fueron incriminaciones falsas! ¡He trabajado con ella y además me debes un favor enorme! ¡No serías presidente de no ser por mí!
—Las elecciones fueron justas. El pueblo me votó.
—Sí porque destapé los trapos sucios de tu mayor rival. Te recuerdo que ibas segundo en la lista hasta que toda su mierda salió a la luz.
—Ese es tu trabajo. Castigar a los delincuentes.
—Me lo debes. Y lo sabes. No era mi caso y me metí por ti. Y desentrañé una banda criminal que casi me mata por ti. Y me alejé de ella por ti. Porque me amenazaron con matar a todos mis cercanos y por mucho tiempo creí que iba a morir.
—No quería que pasaras por eso y lo sabes.
—Me lo debes. Mueve lo que tengas que mover.
—Solo por esta vez, Victory Lefèvre —dijo su padre extendiendo su mano.
—Solo por esta vez presidente —dijo Victory estrechando la mano de su padre.La castaña de encontraba conduciendo de vuelta a españa cuando escuchó por la radio como habían sido abatidos los ladrones en el banco.
—Y Sergio Marquina alias El Profesor —terminó Tamayo.
Victory, con manos temblorosas. Se apresuró a llamar a Marsella y Benjamín.
—¡¿Qué cojones significa que han sido abatidos?!
—Ven al punto de encuentro. Te lo explicaremos —dijo Benjamín.
—¿Y Alicia?
—Ven al punto de encuentro —dijo Marsella antes de colgar.Victory condujo durante incontables horas hasta llegar al lugar donde debía encontrarse con ellos.
Aparcó el coche sin cuidado alguno y bajó entrando a una nave.
—¿Benjamín? —preguntó. —¿Marsella?
—Princesa —dijo Benjamín y ella lo abrazó. —¿Y Marsella?
—Llegando con el helicóptero, ha tenido cosas que hacer, como dejar a los de la banda. Pero hay dos personas que quieren verte —dijo Benjamín y Victory frunció el ceño.
—Gracias por la colaboración —dijo Sergio.
—Sergio —musitó Victory y andó hasta él. —Estás bien. He oído que...
—Parte del plan —sonrió él. —Alicia está bien. Llegará en breve —dijo para tranquilizarla. —Sin tu aportación con las pruebas que apuntaban a Tamayo el chantaje habría sido imposible al igual que la negociación y probablemente nos habría matado a todos. Gracias.
—No hay de qué.
—Cuanto tiempo detective.
—¿Raquel? —preguntó Victory y la abrazó con fuerza.
—Como me alegro de verte.
—Lo mismo digo. Siempre tendrás a quién acudir en Francia.
—Gracias —dijo Raquel abrazándola con fuerza.Marsella llegó y bajó del helicóptero para saludar a Victory.
—Princesa —dijo él alegremente.
—Me habéis asustado capullos —se quejó Victory con Marsella y Benjamín. —Con que Alicia ha encontrado el oro.
—Es buena, aunque está un poco loca —rió Marsella.Victory charló levemente con Marsella y Benjamín hasta que un coche que paró en la entrada llamó su atención.
Sergio salió seguido por Raquel mientras Victory observaba desde dentro y apretaba la mano de Benjamín y el hombro de Marsella.
—Es ahora o nunca —dijo Marsella a la castaña mientras Sergio saludaba a Alicia y posteriormente Raquel.
—Quizá no quiera... quizá... —trató de decir Victory.
—Nos ha preguntado por ti —dijo Benjamín.
—Ya la dejé una vez... Ahora... Me alegra saber que estáis bien. Pero debería marcharme.
—Victory —dijo Marsella. —No eres una cobarde. Encontraste y te metiste en nuestra guarida para buscarla y protegerla. Nos has ayudado por lo mismo. Me amenazaste con matarme si no la protegía.
—Calla Marsella —dijo Victory con los ojos cristalizados.
—Venga —dijo Benjamín dándole un pequeño empujón.Entonces Victory vió como Alicia se subía al coche y en un último impulso salió corriendo del lugar dirigiéndose a este.
—¡Alicia espera! —exclamó haciendo que la pelirroja quedara de piedra antes de arrancar el coche y que Sergio, con una sonrisa dibujada en su rostro, sostuviera la puerta sin que Alicia la cerrara para que esta volviera a bajarse.
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MÁS QUE TRABAJO (Alicia Sierra)
RomanceVictory Lefèvre es una importante miembro de la Interpol que tiene su vida completamente estructurada hasta que conoce a una pelirroja de ojos azules que vuelca su mundo.