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El llanto hizo que Victory se despertara. Al mirar a su lado, Alicia dormía profundamente debido al cansancio, por lo que la castaña se levantó cuidadosa aunque rápidamente para evitar que el sonido despertara a la pelirroja. Llegó a la cuna de la pequeña y por el olor dedujo que se trataba del pañal.

—Vamos Victoria. Vamos a limpiarte —susurró la castaña tomando a la niña en sus brazos. La llevó al cambiador y la limpio para cambiar su pañal mientras hacía muecas que hicieron a la pequeña dejar de llorar. —Viens, ma petite —murmuró Victory tomándola en sus brazos mientras la mecía con delicadeza para que volviera a dormirse.

La castaña, al notar que le estaba costando conciliar el sueño, comenzó a tararear una canción muy bajito, haciendo que Victoria se relajara y comenzara a dormirse.

Mientras Victory mecía y tarareaba a la niña, los ojos de Alicia se abrieron levemente sin que la castaña se percatara y la pelirroja no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro al ver el cariño con el que Victory cuidaba a Victoria.

Tras unos minutos la bebé estaba completamente dormida. Victory la dejó en su cuna y se volvió a acostar en la cama al lado de Alicia. Quien fingía estar dormida. Victory trató de conciliar el sueño cuando noto como Alicia la abrazó y se pegó a ella. Ambas sonrieron durmiendo rápidamente.

Cuando Alicia despertó, Victory ya no estaba y al asomarse a la cuna se dio cuenta de que Victoria tampoco.

La pelirroja se dirigió rápidamente a la cocina donde encontró a Victoria riendo en brazos de Victory mientras esta la mecía y cantaba a la vez que preparaba el desayuno.

—Buenos días Ali —dijo Victory. —La peque lloraba, la cambié para que no te despertara y ahora estamos preparando el desayuno.
—Veo que hacéis buenas migas.
—¿Café, té o zumo?
—Café. No hacía falta...
—Claro que sí, estás agotada —dijo Victory entregándole a la pequeña a Alicia para que esta le diera el pecho. —He hecho tortitas, porridge y he picado fruta. Creo que también tengo chia hidratada en la nevera.
—Tortitas está bien —dijo Alicia mientras daba el pecho a Victoria. —Gracias.
—No es nada —dijo Victory saliendo de la cocina y dejando un beso en el pelo de Alicia.

Victory volvió escribiendo unos mensajes en su teléfono.

—Es Marie. Dice que si podemos ir a comer con ella.
—¿Cómo sabe que estamos juntas?
—Es muy intuitiva. ¿Te apetece?
—Claro.
—No te noto convencida.
—Es que no sé en qué punto estamos.
—Alicia, en el que quieras. Haré lo que me pidas para demostrarte que...
—Anoche te vi con Victoria.
—Sí, lo siento si te ha molestado es que no quería que te despertara y solo necesitaba que la cambiaran.
—Gracias. No me molesta es que... No quiero que te vuelvas a ir.
—Alicia yo no voy a volver a irme. Fue una situación extraordinaria, fue para ayudar a mi padre, había mucha figura importante metido en aquello pero... No pienso volver a involucrarme en nada así.
—Victoria es lo más importante para mí.
—Es normal. No pretendo competir con ella por tu atención, Alicia. Pero quiero que sepas que me tienes aquí.
—¿De verdad crees que podríamos ser una familia las tres?
—Nada me gustaría más.
—¿La acogerías como tu hija? No puedo pedirte algo así...
—Siempre quise tener hijos contigo. Quizá no ha llegado de la manera que esperaba pero... Te quiero de vuelta, Alicia. No puedo pensar en alguien más.
—¿Me quieres de vuelta? —preguntó Alicia dejando a Victoria en su cuna y arqueando una ceja y haciendo que la conversación tomara un tono completamente diferente al que tenía.
—No hagas eso, estábamos en medio de una conversación muy seria —dijo Victory viendo por dónde iban los tiros.
—Dilo —pidió Alicia acariciando la mandíbula de Victory. —Dímelo.
—Alicia...
—¿Cómo voy a saber lo que quieres si no me lo dices? —declaró la pelirroja acariciando el cuello de la castaña.
—Te quiero de vuelta... Por favor —dijo Victory mirando a Alicia y rodando los ojos. La pelirroja tomó la cintura y el cuello de Victory y la pegó a la pared.
—Dilo de nuevo —pidió Alicia con sus labios rozando los de Victory.
—Por favor, Alicia... Te quiero de vuelta —casi gimió Victory bajo el tacto de la pelirroja.
—Joder, que sexy estás cuando ruegas —declaró Alicia antes de besar profundamente a Victory.

Antes de que alguna de las dos siguiera el llanto de Victoria las interrumpió. Alicia rió y se dirigió a su hija.

—Tiene hambre —declaró Alicia saliendo con Victoria en sus brazos mientras la amamantaba.
—Que suerte tiene —bromeó Victory para tentar a Alicia.
—¿Celosa de un bebé?
—¿Esa bebé está postulada a presidenta de las Fuerzas secretas de la Interpol? —preguntó Victory.
—No me jodas —declaró Alicia sin ocultar su sorpresa. —¿Sí? —preguntó.
—Ajá —sonrió Victory.
—Joder felicidades —dijo Alicia abrazándola con la parte libre de su cuerpo para después darle un beso profundo. —No me habías dicho nada.
—Es que no he tenido tiempo y no quería cantar victoria hasta que fuera oficial pero... Todo apunta a que sí.
—Te lo mereces.
—Gracias ma chérie —dijo Victory dando otro rápido beso a Alicia. —Me enteraré en unos días. Si me dieran el puesto tendría más tiempo libre. No tendría que embarcarme en misiones suicidas y me encargaría de dirigir, dar órdenes, aceptar propuestas... Presidiría asambleas, acudiría a en eventos...
—Una cara bonita —declaró Alicia.
—Exacto. Mi trabajo ya me ha quitado mucho tiempo no quiero que vuelva a afectarme —dijo tomando la mano de Alicia. —Volvería contigo a España si me lo pidieras. No quiero empezar de cero, Alicia. Nuestra relación fue preciosa pero no puedo volver al principio. A cuando me daba vergüenza que me pillaras mirándote o cuando no era capaz de decirte que te quería.
—¿Y qué quieres?
—Quiero que lo retomemos donde lo dejamos... Lo quiero todo contigo, Alicia. Sé que te hice daño cuando me fuí y que lo hice de una manera horrible pero no encontraba otro modo. Solo quería tenerse a salvo. Pero ahora... ahora mi papel es más diplomático y menos activo. Tendré más tiempo y seguridad para estar contigo, con Victoria y... Alicia, yo te necesito en mi vida. Porque todo era una mierda antes de que llegaras y lo fue cuando te fuiste.
—Tengo un gato, se llama Comisario y también lo dejé con Marie. Le dije que no sabía si te gustaban a si que tengo que ir a por él.
—Me gustan —sonrió Victory.

Alicia se quedó en silencio durante un segundo mientras miraba a Victoria.

—Victory, pedirte que acojas a mi hija y a mi gato...
—Pero es que no tienes que pedírmelo.
—No quiero que te canses.
—Alicia. Si tú me lo permitieras, más que encantada sería su madre. Le daría mi apellido y los privilegios presidenciales como nieta del presidente. Esa niña ha venido de ti. Y yo quiero todo lo que tenga que ver contigo. Y respecto a Comisario... No me importa si es un gato o un elefante.
—¿Hablas en serio?
—Totalmente.

Alicia tiró de Victory y la besó profundamente.

MÁS QUE TRABAJO (Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora