—Me gusta mucho, Mar —dijo Victory a Marie mientras ambas tomaban un café esperando a que Sierra y Murillo llegaran al despacho.
—¿Se lo has dicho?
—Le he pedido exclusividad hace una semana. Aunque creo que a su amiga no le caigo muy bien.
—¿A Murillo? Claro que sí. Ambas estábamos deseando que dierais el paso. El problema de Murillo no es contigo sino con que Alicia no le cuenta nada.
—Veo que os habéis hecho amigas.
—Con vosotras ligando por ahí no teníamos mas opción.—Buenos días —dijo Alicia entrando y dejando un café frente a Victory. Esta la miró confusa.
—Buenos días —contestaron Victory y Marie.
—¿Y esto? —preguntó Victory.
—Un café —contestó Alicia con indiferencia. —Tranquila, no sabe a ubre —rió la pelirroja descolocando a Murillo y Marie.Segundos más tarde, con la llegada de Pierre, todos se pusieron a trabajar.
—Alicia ¿qué te parece una salida? ¿Haces algo a la hora de comer? —preguntó este. —El otro día fui muy directo.
—Directo o no mi respuesta es la misma, chaval —dijo Alicia sin levanta su mirada de sus papeles.
—Como os gusta a las mujeres haceros las duras. ¿Harás que te ruegue más?
—Pierre ese tipo de propuestas, fuera del trabajo —interrumpió Victory desde la mesa en la que se encontraba con Marie.
—Te espero a las tres.
—No me interesas, tira —declaró Alicia.
—Todas decís lo mismo...
—Cállate la puta boca, te lo digo de verdad —declaró Alicia.Pierre se alejo y se dispuso a su trabajo el resto del día.
La jornada laboral llegó a su fin. La penumbra de la noche se apoderaba de los pasillos cuando las cuatro mujeres se preparaban para abandonar el edificio. Victory salió la primera pues recibió una llamada de la Interpol que debía contestar. También estaba Pierre, que durante el día había mostrado un interés excesivo en Alicia.
—Nos vemos mañana —declaró Alicia.
Raquel y Marie asintieron, despidiéndose con una sonrisa, pero la mirada de Alicia se cruzó con la de Pierre, quien la observaba con una expresión que provocó una ligera incomodidad.
Al final del pasillo, Pierre se acercó a Alicia, intentando un contacto más cercano de lo necesario.
—¿Qué tal si nos tomamos algo después del trabajo, Alicia? Me lo debes.
—No te debo nada.Pierre, ignorando la negativa, avanzó más cerca de Alicia, bloqueando su camino hacia la salida.
—Vamos, solo será un trago rápido. No te hará daño.
Alicia, sintiéndose atrapada, buscó una salida, pero antes de que la situación pudiera intensificarse, Victory, que observaba desde la distancia hablando por su teléfono, notó la incomodidad de Alicia y se acercó aceleradamente.
Entonces Pierre tomó a Alicia con fuerza por el brazo.
—¿Eres a caso una calientapollas? He visto como me miras —aseguró él.
—Suéltame imbecil —ordenó Alicia forcejeando y deseando haber tenido su arma más a mano.Las pasos de Victory se convirtieron en zancadas y al llegar a Pierre. Antes de que este pudiera poner una excusa, le dio un golpe de tal magnitud que lo hizo caer al suelo violentamente.
—Si vuelves a ponerle un solo dedo encima te aseguro que me mandarán a prisión permanente —declaró Victory rebosante de ira. —Estás despedido.
La castaña tomó el brazo de Alicia y abandonó el lugar con brusquedad mientras la pelirroja se encontraba sorprendida.
—Victory frena —pidió Alicia soltándose cuando ya habían recorrido un par de calles y estaban más cerca del apartamento de Victory que de la sede. —Como corres cabrona —dijo tomando aire. —Que voy en tacones —se quejó.
—Perdón —dijo Victory. —Hijo de puta —musitó.
—He de decir, que me he puesto cachonda —admitió Alicia.
—¿Qué? ¿Con él? —preguntó Victory con un cabreo que podía traspasar su mirada.
—No idiota. Al verte actuar así —confesó la pelirroja.
—Estaba preocupada, creí que podía hacerte algo.
—Acostúmbrate, tienes la novia más irresistible de todo parís —bromeó Alicia.
—¿Novia? —preguntó Victory arqueando una ceja.Alicia sin decir nada la tomó de la cintura y la besó profundamente.
—¿Cómo llamarías a que sólo tú tengas el privilegio de besarme de ese modo? —preguntó Alicia con una sonrisa pícara.
—Novia me gusta —afirmó Victory antes de besarla de nuevo. —Creo que te quiero, Alicia. No sé si he tenido tiempo para hacerlo o si es todo muy atropellado... Quizá es que estoy loca o...Antes de que Victory pudiera seguir hablando alicia la calló con un beso.
—Deja de delirar —declaró Alicia al separarse de sus labios. —Yo también te quiero.
Alicia pudo ver el brillo en los ojos de la castaña Antea de volver a besarla profundamente.
Ambas entraron y subieron al apartamento de Victory entre besos.
—Creo que deberías cancelar ese hotel en el que te quedas —dijo Victory despojándose de su camiseta y volviendo a los labios de Alicia. —¿Cuanto hace que no pasas por él?
—No creo que pueda acordarme ahora mismo —dijo Alicia mordiendo el cuello de Victory.En la penumbra de su apartamento en París, Alicia y Victory compartían un momento de intimidad. Las luces tenues creaban un ambiente cálido mientras ambas se recostaban en la cama, sintiendo la conexión especial que habían cultivado.
—Estos días me he preguntado cómo llegamos hasta aquí —declaró Alicia acariciando la espalda desnuda de la castaña.
—Solo el destino sabe lo que quiere para nosotras.Las manos de Victory encontraron las de Alicia, entrelazándose con suavidad. Las miradas se encontraron, revelando la complicidad que iba más allá de las palabras.
—No pensé que encontraría esto —confesó Alicia.
—Ni yo. Pero agradezco haberlo hecho —afirmó Victory.La cercanía entre ellas creció, y los labios de Victory buscaron los de Alicia en un beso suave pero cargado de significado. El tiempo pareció detenerse mientras se sumergían en la calidez mutua.
—Nunca imaginé que una conexión así fuera posible, creí que mentían esos que hablaban de este tipo de emociones —declaró la castaña besando los nudillos de la pelirroja mientras esta con su otra mano le acariciaba el pelo.
La noche avanzaba, y Alicia y Victory se perdieron entre las sábanas, las palabras quedaron en un segundo plano y el lenguaje del corazón hablaba con más fuerza.
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MÁS QUE TRABAJO (Alicia Sierra)
RomanceVictory Lefèvre es una importante miembro de la Interpol que tiene su vida completamente estructurada hasta que conoce a una pelirroja de ojos azules que vuelca su mundo.