17

28 1 0
                                    

El café poco transitado brindaba la privacidad que Victory necesitaba para compartir una información delicada con Marie. Ambas mujeres se sentaron en un rincón apartado, donde las conversaciones ajenas apenas llegaban.

—¿Qué es tan urgente, Victory? Creí que seguías en españa con Alicia. Hace más de medio año que no te veo por aquí.
—Marie, necesito que escuches con atención y mantengas esto en la más estricta confidencialidad.

Marie asintió, notando la gravedad en la expresión de Victory.

—He estado involucrada en investigaciones paralelas con la Interpol. Hemos estado tras la pista de una banda criminal peligrosa —confesó Victory.
—¿Y qué descubrieron?
—Descubrimos información que los pone en peligro. Y nos han llegado fuentes que indican que la banda amenaza con asesinar a los investigadores y a sus seres queridos si seguimos indagando.

Marie frunció el ceño, asimilando la gravedad de la situación.

—¿Te han amenazado a ti también?
—A todos nosotros. Mis allegados y yo estamos en peligro, Marie. Por eso no me involucro con nadie. Conozco la dificultad de mi trabajo. Pero llegó Alicia... Joder...
—¿Qué piensas hacer al respecto?
—Para proteger a Alicia, he tomado una decisión difícil. Voy a separarme de ella y enviarla a España. Esta vez sin mí.
—¿Separarte de Alicia? ¿Por qué? Victory lleváis más de un año y medio juntas.
—La banda busca nuestras conexiones personales, y Alicia es la persona más cercana a mí en este momento. Si nos distanciamos, la pongo a salvo. Estar a mi lado es una sentencia segura para ella en este momento.

Marie procesó la información, comprendiendo la magnitud de la decisión de Victory.

—Victory, sé que es difícil, pero ¿estás segura de que separarte de Alicia es la única solución?
—Sé que parece drástico, pero es la única manera de garantizar su seguridad. No puedo permitir que ella corra peligro por estar a mi lado. No sería capaz de perdonarme que pudiera pasarle algo.
—¿Has hablado con Alicia al respecto?
—No voy a hacerlo. Si lo hago insistirá en permanecer a mi lado. Insistirá en que nos volvamos a españa como planeamos y nos protejamos mutuamente y no sé si podré protegerla, Marie. Lo mejor para ella es que se vaya. Que rehaga su vida y se aleje de esta locura.
—Entiendo la necesidad de proteger a los que amamos, pero también es importante considerar cómo se sentirá Alicia al respecto.
—Sé que será doloroso para ambas, pero su seguridad es mi prioridad —musitó Victory derramando una lágrima. —Marie preferiría morir a perderla. Pero si le pasara algo no podría superarlo.

La decisión de Victory estaba guiada por la urgencia de proteger a Alicia, pero el impacto emocional de separarse de alguien tan cercano no podía pasarse por alto.

—Es una decisión ya tomada —declaró Victory. —Quería que lo supieras por si llegaba a pasarme algo. Quiero que se lo hagas saber solo si yo no pudiera hacerlo.
—No digas eso —musitó Marie tomando la mano de Victory.
—Marie no sé si acabaré con este caso antes de que él pueda acabar conmigo. Pero eres la única otra persona en la que confío. Júrame que si algo me pasara le contarás la verdad a Alicia.
—Te lo juro. Pero cuídate mi niña. No puedo perderte.
—Yo tampoco Marie. Eres mi única amiga. Pero estar cerca de ti también te pone en peligro. Por lo que no podremos vernos hasta que esto termine. Si es que lo hace favorablemente.
—Cuídate, por favor —pidió Marie.
—Haré lo que pueda —sonrió forzadamente Victory con los ojos llorosos.

La castaña se levantó y abandonó la cafetería con su corazón hecho un trapo por saber lo que debía hacer a continuación.

El apartamento de Victory estaba envuelto en un silencio inquietante cuando Alicia, al despertar, notó la ausencia de Victory. La detective entró con paso firme, y el encuentro resultó tenso desde el principio.

—¿Dónde has estado, Victory? No estabas cuando me desperté —preguntó Alicia notando la tensión en Victory.

Victory, respirando profundamente, cerró la puerta tras de sí.

—He tenido asuntos de trabajo urgentes con la Interpol.
—¿Trabajo? ¿En plena madrugada? —preguntó Alicia confusa.
—Sí, situaciones inesperadas. Pero hay algo más importante de lo que necesitamos hablar.

Alicia, notando la seriedad en el tono de Victory, se preparó para lo que vendría a continuación.

—¿Qué pasa, Victory? Pareces preocupada y angustiada.
—He estado reflexionando mucho sobre nosotras, sobre nuestra relación.
—¿Reflexionando? ¿Qué estás diciendo?
—Creo que nos hemos precipitado, Alicia. Y después de mucha meditación, creo que lo mejor es poner fin a nuestra relación. Yo... Sé que puede ser duro pero. No me siento igual.

Alicia, atónita, sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies.

—¿Poner fin? ¿De qué estás hablando, Victory?
—No siento por ti lo que pensaba que sentía. Es mejor que cada una siga su camino. Fue bonito pero... Ha terminado para mí. Quería ser sincera contigo.

Alicia, sin poder procesar lo que escuchaba, buscó respuestas en los ojos de Victory.

—¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué ha cambiado? ¿Hay alguien más? ¿Es por eso?
—No hay nadie más. Simplemente he llegado a la conclusión de que no somos compatibles, Alicia. Es mejor que cada una siga adelante por separado.

Alicia, sintiéndose herida y confundida, no podía creer lo que escuchaba.

—No entiendo, Victory. ¿Qué estamos haciendo?
—Tomé la decisión después de mucha reflexión. Lo siento.

Alicia, con la mirada fija en Victory, buscó desesperadamente más explicaciones.

—¿Cómo puedes decir eso sin darme más razones, Victory? ¿Qué ha pasado para que de repente pienses que no somos compatibles? ¿Qué ha cambiado de la noche a la mañana?

Victory, sintiéndose atrapada entre su deseo de proteger a Alicia y la necesidad de mantener la fachada, se mordió el labio inferior antes de responder.

—Alicia, simplemente he llegado a la conclusión de que nuestras vidas van en direcciones diferentes. Necesito concentrarme en mi trabajo y no tengo tiempo para algo así ahora. No buscamos lo mismo. Te quise pero... Toda llama se apaga en algún punto.
—Pero, Victory, podemos superar cualquier obstáculo juntas. ¿Por qué de repente decides esto? Si es por España, me quedo yo ahora. No me importa sacrificarme y alargar mi estancia aquí o...
—No es de repente, Alicia. He estado pensando en esto durante un tiempo. Nuestra relación se ha vuelto complicada, y creo que lo mejor para ambas es seguir adelante por separado.

Alicia, luchando contra las lágrimas, se acercó a Victory.

—Victory, no puedes simplemente darme una explicación vaga y esperar que lo acepte. ¿Qué está pasando realmente?

Victory, sintiendo la presión del dolor en los ojos de Alicia, tragó saliva.

—Alicia, no hay nada más detrás de todo. Las cosas son como son y no podemos cambiarlas.
—No puedo aceptar esto sin entenderlo, Victory. Necesito más respuestas.

Victory, apretando los puños con frustración y tristeza, sabía que cada palabra era una herida en el corazón de Alicia.

—Lo siento, Alicia. Pero no sé qué más quieres que te diga. Esto es lo mejor para ambas. A la larga te darás cuenta como me la he dado yo.

Alicia, con lágrimas en los ojos, observó impotente cómo Victory se alejaba, dejándola en un mar de preguntas sin respuestas.

Victory abandonó el apartamento y se hospedó en un hotel cercano para dar tiempo a Alicia para que abandonara el lugar.

Tan pronto cómo cruzo el umbral de la puerta de la habitación comenzó a llorar incontroladamente.

MÁS QUE TRABAJO (Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora