°07°

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Mi alarma retumbaba por las paredes de mi habitación, mis quejidos no tardaron en aparecer.

Eran las 6:40am necesitaba tomarme mi tiempo para ducharme y todo el problema ese.

Me metí a bañar, es una relajación plena poder sentir caer he irse un peso de tu cuerpo.

Me puse un jean y una remera negra, tuve que ponerme un cinturón ya que me estaba empezando a quedar grande la ropa, que para mi, fue un logro.

Me puse corrector y me peine las cejas y pestañas.

Fui a la cocina para agarrar solo una pera y agua, eso era lo único que iba a comer hoy.

Escuche la puerta de mi apartamento abrirse y ver entrar enojada a mi amiga.

-Se acabó Sofía.-Dijo abriendo mi mueble donde tenía comida para hacer.

-Voy a prepararte panqueques y te lo vas a comer.

-Maite, estoy bien, mira estoy comiendo una pera.-Dije mostrandole la fruta.

-Sofía, no podes vivir de fruta, es malo que no consumas proteína, carbohidratos, que se te está pasando por la cabeza.

Solo baje mi mirada al suelo tras ser regañada por mi amiga.

Ella soltó un suspiro.

-Mírate Sof, estas muy delgada, tienes que usar cinturón para que no se te caigan los pantalones, que te está pasando?

Deje el vaso de agua a un costado para irme al living.

Mi amiga obviamente me siguió.

-Tenes toda mi confianza, tenes que decirme lo que te pasa, es malo guardarse las cosas.

Mi mirada ahora fue hacia ella.

-Te dijeron algo?

Muy levemente asentí.

-Fue Enzo? Mira que si fue el voy y lo mato.

-No mai.

-Quien fue?

-Karla.

No recibí respuesta de ella.

-Me tengo que ir.-Dije agarrando mi bolso.

-No, tienes que comer.

-En el camino compro algo, te lo prometo.

Ella no muy confiada asintió.

-Porfavor sofi, encerio te estás matando.

-Tranquila.

Me despedí de ella para irme al auto y dirigirme al set.

Una vez ya allí entre al set y deje mis cosas en el camerino, para que luego las chicas me cambien maquillen y todo eso.

-Que raro, esto te quedaba bien, ahora te queda muy suelto.

-Búscame otro Samantha.

No quería opinar ni nada de eso ya que me incomodaba demasiado.

-Estas comiendo bien?-Dijo mi vestuarista.

Asentí para dar otra mentira más.

Me puso otro pantalón que ya me quedaba más apretado, aun así decidió poner un cinturón por si acaso.

𝐃𝐈𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 | 𝙴𝚗𝚣𝚘 𝚅𝚘𝚐𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora