capitulo 27

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Me siento en la cama suspirando con resignación << Débil>>

No entiendo porque el me sigue besando, así como tampoco entiendo como yo puedo seguir dejando que lo haga. Tal vez si no me lavo los dientes de ahora en adelante se le quiten las ganas de besarme. Sacudo la cabeza y me levanto de la cama para bajar a la sala.

Cuando llego al final de la escalera veo a Fanny abrazando fuerte a Martín. Me detengo y los observo con ternura. Son la viva imagen de lo hermoso que es tener un hermano. Me doy la vuelta y subo cuidadosamente. No quiero arruinar la escena.

-¡Sofia!- Me grita Fanny. Me doy la vuelta y ella me llama con un extraño movimiento con la mano.

-¿Todo bien?- Pregunto.

-Martín prometió no asesinar a Kevin- Me dice Fanny con una sonrisa.

-Momento, momento. Yo dije que "intentaría" no asesinar a Kevin, pero no te aseguro nada- Comenta Martín, ganándose un puñetazo juguetón en el hombro por parte de Fanny.

-¿Se lo dirás a tu padre?- Le pregunto a Fanny.

-Yo... Yo diría que esperaran un tiempo más para decirle a mi papá. Que me hayan convencido a mi, no quiere decir que será tan fácil con el- Nos dice Martín torciendo la boca.

-Opino lo mismo- Dice Fanny.


Pasamos a la sala para comer frente al televisor mientras que los adultos - Evelin y su niñera - lo hacen en el comedor. A mi derecha se encuentra el pequeño Jonathan, que peleó por ocupar ese lugar. Desde que llegó me ha mirado muy extraño, con los ojos grandes y brillantes, algo así como yo miraría el chocolate.

-¿Ya viste mis tenis?- Me pregunta Jonathan con una sonrisa en los labios y levantando su pierna para que pueda ver sus tenis.

-Wow, que padres- Exclamo como si fueran los tenis más maravillosos de todo el planeta.

-Ya es un numero más grande- Me comenta con evidente orgullo.

-Ya eres un niño grande- Le acaricio el cabello y luego le doy otra mordida a mi pierna de pollo.

-Voy a cumplir nueve en siete meses-

-No falta mucho- Le digo con una sonrisa.

-¿Tu que edad tienes?-

-Tengo diecisiete-

-¿Cuando yo cumpla diecisiete te casarías conmigo?- Me pregunta con toda la ternura que un niño de ocho años puede tener. Martín que está sentado no muy lejos, deja de prestar atención a su sopa, Fanny también se nos queda mirando con la cuchara suspendida en el aire.

-Oh cariño...Claro que si- Contesto sonriendo. Es obvio que cuando tenga mi edad ya no querrá casarse con una mujer de veintiséis.

Jonathan sonríe de oreja a oreja y pareciera que sus ojos se van a salir de sus órbitas en cualquier momento. Se levanta del sillón y corre en alguna otra dirección. Martín me sonríe divertido.

Jonathan regresa como un rayo y se sienta de nuevo a mi lado.

-No quiero que se te olvide. Cuando tenga tu edad voy a buscarte ¿Si?- Me toma de la mano y pone algo sobre mi palma y la cierra.

-¿Que es esto?- Pregunto y el quita su mano para que pueda ver lo que hay dentro de mi puño.

Cuando abro la mano observo un lindo anillo de plástico color rosa en forma de flor. Es tan hermoso que Jonathan me lo esté dando.

-¿Para mi?- Pregunto fascinada.

-Es para que no se te olvide nuestro trato - Me sonríe.

-Gracias. Es muy hermoso- Comento mientras observo el pequeño anillo.

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