Capitulo 2.

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No se supone que mi madre estaría en casa. Dejo la mochila en el suelo frente a mi puerta y camino a su habitación, haciendo ruido al pisar, a propósito, para anunciar que ya estoy en casa.

Al llegar a su puerta golpeo suavemente, pero ella no responde y sigue sollozando.

—¿Mamá?—No responde, así que llamo a la puerta más fuerte.

—¿Puedo pasar?

—Eh... sí, sí, pasa hija.

Miro a mi mamá sentada en la orilla de la cama retorciendo papel higiénico con los dedos en su intento desesperado de no parecer que estuviera llorando, pero sus ojos y su nariz roja la delata.

—¿Que pasó?— Le pregunto con cautela.

—Nada cariño— Hace un gesto con la mano para quitarle importancia — llegaste temprano.

—Eh, mamá... Son las dos y media.

 —Wow que rápido pasa el tiempo.

—Sí ¿que pasó mamá?— Estoy a punto de creer que lo negara todo, siempre lo hace, no es muy fan de compartir sentimientos, pero se pone a llorar y me toma de las manos.

—Hija, tu padre y yo discutimos esta mañana.

—Bueno, discuten casi todo el tiempo ¿cual es el problema?— Se suelta a llorar más fuerte e inmediatamente me arrepiento de haberlo dicho.

—Ese es el problema, tu padre y yo discutimos casi de todo, tu sabes que lo amo y no podría dejar que nuestro matrimonio se acabe.

—No se va a acabar, mamá, él también te ama, sólo tal vez está preocupado por el trabajo o algo así— Intento darle seguridad a mi madre pero no está funcionando.

—No lo creo, ésta mañana se fue sin decirme nada y cuando lo llame por teléfono me dijo que estaba con sus hermanos. Creo que tiene una aventura.

—Eso no es cierto, él nunca te haría eso.

—Comienzo a pensar que sí.

—Mamá, deberías de hablar con él, por las buenas, como personas civilizadas, deberían salir juntos y volver a ser novios, tómense unas vacaciones, el trabajo de papá puede esperar. Ayer me dijo que terminó de traducir ese dichoso libro que tanto lo volvía loco, aprovecha antes de que acepte otra propuesta de trabajo.

—Tienes razón hija, ya no te preocupes, estaré bien. Hoy mismo hablare con tu padre.

Le doy una mirada llena de comprensión mientras ella acaricia mi mejilla.

—Bueno, basta de dramas. Has tus deberes mientras termino la comida.

Mi madre ha estado de mejor humor lo que restó de la tarde, pero mientras más tardaba en llegar mi papá, más se ponía nerviosa. Ruego que el apoyo que le haya dado no haya sido en vano, espero y las sospechas de mamá no sean ciertas.

Casi al anochecer escucho la puerta principal y el singular sonido del tintineo de las llaves de mi padre siendo arrojadas a la mesa. Escucho como mis padres hablan en voz baja y me acerco más a la puerta de mi habitación para escuchar lo que dicen, pero no logro distinguir sus palabras, parece que se esfuerzan para que no los escuche.

Quiero averiguar lo que dicen, pero mi puerta rechina cuando la abro, se darán cuenta y dejaran de hablar, así que me rindo y regreso a mi cama a seguir chateando con mi distinguida amiga.

Karen es mi mejor amiga desde que entré a la preparatoria, nuestra manera de conocernos no fue la más normal.

Ella estaba sentada en las jardineras sola y me dio algo de lastima así que me acerque para hacerle la platica pero ella prácticamente me mando a la mierda  en cuanto me senté a su lado, recuerdo que muy enojada le grite que solo trataba de ser amable y ella  con lágrimas en los ojos se levanto y me grito que no necesitaba a una amiga, me quede pasmada ante su reacción, después de ese numerito me la volví a encontrar cerca de la cafetería y ésta vez ella se acercó a mí. La chica con la que me juntaba era totalmente torpe y grosera y cuando karen le dijo que si nos podía dejar tantito solas, ella se enojó y se fue. karen me ofreció una disculpa diciéndome que no estaba de muy buen humor y comenzó a llorar de nuevo, como no supe que hacer, nos sentamos y le dije que lo comprendía y que también me disculpaba pero antes de que pudiera terminar ella ya me estaba contando su vida privada, ella había terminado con su novio esa misma mañana. Descubrió que la había estado engañando con una de sus amigas.

Desde ese día nos frecuentamos hasta que terminé juntandome con ella en los descansos y mandé a mi torpe amiga Alison muy lejos. Desde entonces llevamos siendo amigas durante estos cinco semestres y me alegro mucho, no hubiera podido soportar estar con Alison ni un momento más.

Mis padres llevan más de hora y media en la sala hablando en voz baja, me siento nerviosa, pero por lo menos no se están gritando, debe de ir todo bien.

Después de unos minutos escucho los pasos de mis padres subiendo las escaleras, aparto mi computadora y espero que llamen a la puerta.

—Eh... sofia ¿podemos pasar?

—Si, claro— Frunzo los labios por los nervios.

Mis padres entran con una sonrisa plantada en el rostro, me alegro mucho, han arreglado sus problemas.

—Nena, necesitamos hablar contigo de algo importante— Mi mamá sonríe un poco y luego voltea a ver a mi padre, que respalda sus palabras asintiendo con la cabeza.

Me pongo tensa al instante, puede que su sonrisa sea solo una mascara y están a punto de decirme que se van a divorciar.

¡Por Dios!

—Hija, como verás tu madre y yo hemos estado un poco distanciados y peleando por cualquier cosa y bueno, nos hemos hartado de eso, así que hemos tomado una decisión.

¡Ay Dios mío!

¡Lo dirán!

¡Lo van a decir!

Me pondré a llorar, tal vez eso les haga cambiar de opinión.

—Tu padre y yo vamos a tomar unas vacaciones juntos en un crucero.

Oh... pero que tonta soy.

—Increíble, me alegro mucho, ¿por cuanto tiempo?

—Va a ser un mes— Mi madre me contesta con una sonrisa nerviosa.

Un mes de soledad. Podré hacer lo que quiera en la casa, podré andar en ropa interior bailando al estilo de Timbiriche y cantando con el control remoto de la televisión. Es una oportunidad fantástica de tener la  libertad que todo adolescente sueña,   aunque pensándolo bien tendré que limpiar la casa yo sola y también  me va a dar bastante miedo en las noches.

Sonrió mostrando que estoy de acuerdo.

—Y bueno... Sabemos que ya tienes diecisiete años y que eres perfectamente capaz de cuidarte sola, pero queremos estar mucho más tranquilos, así que te quedarás durante ese tiempo en la casa de los Dan.

La sonrisa se esfuma de mi cara.

¡¿QUE?!

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