Despierto sobresaltada, de nuevo los golpes fuertes en puerta. Me levanto de la cama y me arreglo un poco el cabello.Seguramente es Martín.
—¿Que es lo que quieres?— Lo observo con la cara más furiosa que tengo.
—Emm... Estaba preocupado— Está intentando reprimir una risa.
—¿De que te ríes? ¿Preocupado por que?
—Bueno, es la una de la tarde.
—¡¿LA UNA?!
—Sí. La una. En esta casa nos levantamos a desayunar temprano.
—Por dios ¿He dormido desde la hora de la comida de ayer?
—Así es Bella durmiente.
—Por favor dime que tus padres no están abajo, sentados en la mesa esperándome.
—Bueno...
—¿Lo están?
—No lindura, mi madre salió a desayunar con sus amigas y mi padre salió temprano a supervisar sus negocios.
—Que alivio. Oye no vuelvas a decirme lindura— Estrecho mis ojos y lo amenazo con mi dedo.
—¿Por qué no? te ves muy linda así, toda despeinada, en pijama, y con el maquillaje corrido— Me horrorizo. Debo ser un desastre.
—Largo de aquí.— Lo corro antes de que empiece a hacer chistes sobre mi.aspecto.
—Bueno, de nada.
—¿Tengo que agradecer algo?
—Me preocupé por ti.
—¿Es en serio? está claro que no quiero estar aquí, pero tampoco voy a intentar suicidarme.
—¿Te he dicho que odio tu sarcasmo?
—No me interesa, hay muchas cosas de ti que odio y no te las digo ¿o si?
—Bueno, te dejo, tengo cosas más importantes que hacer, más importantes que estar escuchando a una niñita berrinchuda y mal educada.
—¡Pues lárgate!
Cierro la puerta de golpe dejando a Martín enojado. No me importa, el es mucho mas grosero que yo. Aún que, pensándolo bien, yo fui la que comenzó a ser grosera y sarcástica desde que llegué. Pero él comenzó a ser así desde niños, así que no me arrepiento de nada.
Me preparo para un baño, tengo que apurarme antes de que llegue Miriam o Carlos, no quiero que piensen que soy una floja. ¿Por que habré dormido tanto?
El agua esta deliciosa, todos tienen un baño propio en sus recamaras pero el cuarto de visitas no, así que tengo que usar el baño de Fanny.
Su baño es mejor que el de mi casa, es muy limpio, es elegante y confortable, la regadera es enorme, mi regadera es tan vieja que el agua sale disparada en distintas direcciones y tardas mucho en mojarte. Inclusive tiene una bañera, me siento muy pobre estando en esta casa.
—¡Sofia!
—¿Que pasa?— Cierro el paso del agua para poder escuchar.
—¿Estas bien? No contestabas.
—Sí, no te escuché por el ruido del agua.
—Bien, oye tengo que salir, te dejo, puedes cambiarte aquí en mi habitación, porque sera incomodo hacerlo en el baño.
—Esta bien, gracias.
—Bien, te veo en un rato.
Después de 15 minutos en la ducha, me hidrato la piel y me pongo ropa cómoda. Adoro a Fanny, ha sido muy atenta conmigo, por ella sobreviviré en ésta casa.
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¡TE ODIO!
Teen FictionSofia y Martín tienen ocho años de edad cuando se conocen. Su amistad se baso en una sola cosa. Molestarse mutuamente. Cuando eres niño, no sabes diferenciar muchas cosas que pasan a tu alrededor o no las comprendes. Como enamorarte por ejemplo. ...