Capitulo 2

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Aunque no podía ver bien su rostro, pude notar que le había extrañado mi respuesta.

-¿¿¿???: Oh, no la confundí con una prostituta, le ofrezco este dinero con la única intención de ayudarla un poco.

-Miris: Ummm...entiendo, aún así voy a rechazar su oferta, pero gracias.

-¿¿¿???: ¿Segura? 

-Miris: Sí.

-¿¿¿???: . . .

-Miris: . . .

¿Cómo no iba a rechazar el dinero que UN COMPLETO DESCONOCIDO me está ofreciendo, EN MEDIO DE LA NADA, SIN NADIE MÁS ALREDEDOR y A LAS 10 DE LA NOCHE? Me sentía insegura, podría ser un secuestrador, un violador, un asesino, un miembro del crimen organizado, o todo eso junto; cada fibra de mi cuerpo estaba lista para salir corriendo, tomar mi bicicleta y huir lo más rápido posible.

-¿¿¿???: ¿Puedo saber la razón por la cual no quiere el dinero?

-Miris: ¿Qué no es obvio? Literalmente usted y yo estamos alejados de cualquier otra persona, no nos conocemos de nada, está oscuro y esto es México, unos de los países con más delincuencia; su forma de actuar es sospechosa y me hace sentir inseguro.

-¿¿¿???: Ya veo...es comprensible. ¿Qué le parece si me presento? de ese modo ya no seremos tan desconocidos... Soy el Charro Negro.

¿Eh? ¡¿Me está jodiendo?! ¿Qué chingados con este tipo?¿acaso es una broma? Sí eso debe ser, una broma bastante elaborada.

-Miris: Aja, claro, claro...lindo disfraz. -_-

-Charro Negro: ¿No me cree acaso?

-Miris: No, le creo, claro que le creo, ¿por qué habría yo de desconfiar de su palabra?

 -Charro Negro: Auch, cuanto sarcasmo.

Me levante y me bajé los audífonos, dejándolos colgando en mi cuello.

-Miris: Mire, es una buena broma, sin embargo, creo que ha llegado demasiado lejos al decidir ir espantando a todo aquel que pase por el cerro a estas horas, y entiendo que es para hacer todo esto más creíble y ir acorde al personaje, pero ¿no se le parece que ya se pasó un poco de la raya?

Él charro se echó a reír.

-Charro Negro: Creo saber cómo hacer que me crea.

-Miris: A ver.

El sujeto silbó y un caballo negro galopó hacia él, el caballo no se veía como uno común, sus ojos brillaban en color rojo y su apariencia era igual de imponente que la de su dueño. No obstante eso no probaba nada.

-Miris: Wow, que cosplayer mas dedicado eres.

-Charro Negro: Vaya que su generación es menos crédula que otras, señorita.

-Miris: Mhm... 

Suspire.

-Miris: Mi nombre es Miris.

Le tendí la mano.

-Miris: Y ya fuera de mi sarcasmo, la verdad me gusta tu traje, además el Charro Negro es una de mis leyendas mexicanas favoritas... y asumo que también es la tuya.

Estaba completamente segura de que se trataba de una broma, ya que dudo que un criminal se haya esforzado tanto en disfrazarse e interpretar a aquella leyenda. Seguía estando un poco tensa y mantenía mi distancia, debido a que todavía no le tenía mucha confianza, pero bueno, quizá no era una mala persona.

Alcé un poco mi vista para tratar de ver su rostro, había encendido una linterna al llegar a cerro, sin embargo, apuntaba a otra dirección y apenitas iluminaba un poquito al hombre; a pesar de la mala iluminación pude ver la parte inferior de su cara y...¡Aguanta! ¿Sus ojos están brillando en color rojo? Bueno, no importa, probablemente son lentes de contacto.

Tardó unos segundos, hasta que estrechó mi mano e inclinó un poco la cabeza.

-Charro Negro: Es un nombre muy bello.

-Miris: Oh, gracias...

-Charro Negro: Ahora nos conocemos un poco más ¿no es así?, señorita Miris.



Amando al Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora