Juntos caminamos hasta la entrada de la gran hacienda, justo donde estaba el Charro y otro sujeto que tenía una cicatriz en uno de sus ojos.
-Leo: ¿Dónde están mis amigos?
El Charro se limitó a indicarnos que lo siguiéramos, entrando al patio del lugar.
-Charro Negro: Todos en la vida queremos algo, es la naturaleza del ser humano, que sufre mucho porque nunca está contento con lo que le toco vivir.
Mientras lo seguíamos me percate de como él volteaba a ver un una planta diferente al resto de su jardín, aparentemente solo contaba con arbustos de rosas, pero... lo que estaba viendo era una que daba crisantemos rojos.
Solo me pregunto si...la habrá plantado solo para darme una...¡Uy! ¡No, Miris, 'tas aquí para rescatar a los amigos de Leo y largarte con los chicos de éste lugar! Y...y...¿e-en verdad voy a dejar de quererlo? Yo...
Mi pensamiento fue interrumpido por la puerta de la hacienda abriéndose. Entramos y vimos que tenía cuadros, retratos al óleo de quienes probablemente fueron sus recipientes anteriores.
-Charro Negro: No es por presumir, pero a mí la vida me ha dado mucho, para dar y regalar todo lo que me pidan; y a ver ¿Qué es lo que quiere la gente? Poder, dinero, lujos, ja, ja, ja, ja, ja, ja... ¡Tonterías! ¿Pa' qué? Si de cualquier manera, todos vamos a morir y no nos vamos a llevar nada.
Desapareció y reapareció detrás de Teodora y Nando, asustándolos.
-Charro Negro: A ver muchachos, ¿Qué es lo que define al ser humano? Su esencia, ¡su alma!
Nuestras miradas chocaron, parecía que involuntariamente sus ojos dieran vuelta hacia mí.
-Charro Negro: Lo que es, la voluntad, la pureza, eso es lo valioso. No el cochino dinero.
Sus hombros bajaron un poco.
Simpatizo con su forma de pensar, sin embargo...
-Miris: ¿Entonces por qué les haces esto?
Di unos pasos al frente en su dirección, sin dejar de tener contacto visual con él.
-Miris: ¿Acaso el alma de Leo no tiene mucho de todo eso? ¿Acaso el alma de sus amigos carece de todo aquello que es importante?
-Charro Negro: . . .
Agachó la cabeza.
-Miris: Se supone que tú proteges eso al limpiar, aunque sea un poco, al mundo de gente codiciosa y egoísta...¿Qué carajo estás haciendo?
-Charro Negro: M-Miris...
-Nando, Leo y Teodora: . . . :0
-Miris: Charro, amigo, no romperé mi promesa, pero por favor, no hagas esto.
Le extendí la mano.
-Charro Negro: . . .
Bajó de nuevo la cabaza de tal forma que la sombra de su sombrero no me permitiera verle el rostro.
-Miris: No quiero romper la promesa que te hice, no obstante, lo estás volviendo todo cada vez más jodido...
-Charro Negro: Miris, yo...
Su mano se levantó un poco, separándose de su costado, pero se detuvo.
-Charro Negro: He esperado y buscado tanto por alguien con el don que Leo alberga, ojalá no me perdones.
-Miris: ¿Eh?
Chasqueó los dedos antes de que pudiera responder algo y Teodora, Nando y yo aparecimos en un lugar diferente, cullo propósito era la elaboración del tequila.
-¿?: ¡¿Teodora?! ¡¿Nando?! ¿Qué hacen aquí?
-Teodora: ¡Ay, Xochitl! ¡Qué gusto que estén bien!
Teodora se abalanzó hacia la otra chica y la abrazo, aunque luego se separó, mostrándose avergonzada.
-Nando: Ah, así que tú eres el crush del chisguete, un gusto :D
-¿?: ¿Y ella quién es?
Un ¿alebrije? me señaló.
-Teodora: Ella es Miris, la bibliotecaria de la que Leo nos hablaba; y ahora les cuento el novelón que tiene con el Charro ese ¿eh? es que está casi al nivel de mis k-dramas y eso ya es decir mucho.