Capitulo 13

24 2 1
                                    

La tarde-noche del domingo tomé mis cosas, subí a la bici y fui al punto del cerro donde nos encontraríamos; al llegar ahí me quité el casco y me senté en el suelo.

Me puse a organizar más o menos mi playlist, porque me entró la espinita de que pueda sonar de la nada el "Ay, ay, ay, I can be your butterfly", más vale prevenir que lamentar, supongo...

-Charro Negro: Hola ¿Cómo está mi humana favorita?

Su voz sonó atrás de mí, no me volteé.

-Miris: Bien ¿y tú?

-Charro Negro: Mejor, no me había sentido así de alegre desde hace...uhhh...quién sabe.

Se sentó a mi lado y yo le di play a una canción.

-Miris: Oye, no te lo había comentado antes, un niño que conozco puede ver fantasmas, de hecho tiene amigos fantasma; al principio no le creí, pero al saber que tú eres real, ya no soy tan escéptica al respecto...

-Charro Negro: Espera ¿el niño interactúa con fantasmas?

-Miris: Aja, es amigo mío, se llama Leonardo, Leonardo San Juan.

-Charro Negro: . . .

Su semblante cambio de uno relajado a uno serio.

-Miris: ¿We?

-Charro Negro: . . .

-Miris: ¿Charro?

-Charro Negro: . . .

-Miris: Ey ¿Todo bien?

Recargué mi mano en su hombro y lo sacudí un poco esperando que eso lo hiciera reaccionar, afortunadamente así fue.

-Miris: ¿'mano, qué pedo?

-Charro Negro: Nada...solo...es... curioso lo que me cuentas.

-Miris: ¿Ok? Estás actuando raro...

Me acerque a él para verlo más de cerca.

-Charro Negro: ¿Qué estas haciendo?

-Miris: Presionándote para que me expliques a qué te refieres con "curioso".

-Charro Negro: Solo...¿Qué tal si en realidad el chamaco te está mintiendo? ¿Estás segura de que dice la verdad? Ya sabes cómo son algunos niños...¿Quizás tiene esquizofrenia o solo busca algo de atención?

-Miris: Nah...Yo no lo veo esquizofrénico; y es un chico honesto y amable.

-Charro Negro: . . .

Se volvió a quedar en silencio, así que le di un golpecito con mi dedo en la nariz.

-Miris: Ya estuvo suave, ¿Qué sucede?

-Charro Negro: Ummm... ¡O-oye! ¡No me golpees!

Se quejó y me dio un golpecito como el que yo le di; No pude evitar reír un poco.

-Miris: De acuerdo, rarito, te dejo de hostigar.

Él suspiro y se paso una mano por la frente.

-Charro Negro: Diablos...¿Acaso la gente ya no tiene miedo a morir estos días?

-Miris: Sí, claro que sí, pero tú eres mi amigo y no tendría por qué temerte.

Incliné mi cabeza a un lado mientras le sonreía.

 Inclinó la cabeza también, con un ligero sonrojo. Dejé caer mi cabeza sobre mis rodillas y las abrasé.

-Charro Negro: Eres una persona demasiado confiada.

Suspire.

-Miris: Sí...lo sé...Eso me ha causado algunos problemas...por favor no seas parte de esos problemas.

Sentí su mirada fija en mí.

-Charro Negro: Lo prometo.

Le acerque mi mano con el meñique levantado, el Charro se quedo confundido viéndolo.

-Miris: Tienes que enrollar el tuyo con el mío.

-Charro Negro: ¿Eh?¿Para qué?

-Miris: Así se sellan las promesas y juramentos serios.

-Charro Negro: ¿No era con un apretón de manos?

-Miris: También, sin embargo, considero que es demasiado formal.

Acercó su meñique y sellamos la promesa.

-Charro Negro: Esto es ridículo.

-Miris: Nah, son los prejuicios los que lo vuelven ridículo.

-Charro Negro: Ja, ja, bravo joven filosofo del siglo 21.

Río y aplaudió con un poco de burla.  


        

Amando al Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora