Capitulo 21

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Toñita se acerco a mí y delicadamente me toco el hombro, hizo lo mismo con Leo.

-Toñita: ¿Podríamos hablar en privado?

Ambos asentimos con la cabeza.

-Toñita: Nandito, por favor, cuida la panadería.

-Nando: ¿Yo solito? Me voy a aburrir.

-Toñita: Aw, no te preocupes, Nana te acompañará.

-Nando: ¡Uy! ¿Para qué hable?...

La señora le dio unas palmaditas en la cabeza al niño y nos dirigió a Leo y a mí al comedor del hogar; se sentó en una silla y nos ofreció asiento.

-Toñita: Leo, Miris... Tengo algo importante que contarles, es algo relacionado a lo que les ha estado pasando.

Nos quedamos callados, prestando toda nuestra atención.

-Toñita: Yo, cuando era joven solía trabajar dentro de la casa de una familia adinerada, una noche, durante una gran cena, un nahual ocupo el cuerpo de una de las cocineras del hogar, con el fin de asesinar a todos los presentes.

Soltó un suspiro.

-Toñita: Yo logré sobrevivir, ya que me rescataron, Xochitl y Teodora no corrieron con la misma suertes, ellas son parte de tu grupo de amigos ¿no es así Leito?

-Leo: Um, sí.

-Toñita: Sé bien que estas cosas existen. Probablemente fue descortés de mi parte, pero oí su conversación acerca del Charro Negro antes de mandar a Nando a ver quién era la persona que hablaba, quería estar segura de que realmente fueras tú, Miris.

Me miró a los ojos gentilmente.

-Toñita: Muchas gracias por comprometerte a defender a mi niño... Aún tratándose de una amenaza tan grande, de un ser comparable con el mismo Diablo... Aunque siéndoles sincera, yo no estoy segura de qué hacer.

-Miris: Creo que por ahora... Leo debería resguardarse en casa, pero no puede ser esta una solución permanente.

-Leo: ¿Qué hay de llevar puesto un ojo de venado? ¿Podría funcionar?

-Miris: Tal vez, no estoy seguro. 

-Leo: Oye ¿Qué acaso no es tu amigo? ¿Por qué no tratas de detenerlo?

-Miris: Lo intenté, pero... discutimos y...le dejé en claro que te iba a proteger.

-Leo: Oh, ya veo... ¿y no le conoces alguna debilidad o algo por el estilo?

-Miris: No... 

-Leo: =_=

-Miris: No me mires así ¿Es que tú les has preguntado sus debilidades a tus cuates?

-Leo: No, per-

-Miris: Nada de peros, chamaco. >:/

Revolví el cabello de Leo haciendo presión sobre su cabeza.

-Leo: ¡Ey! Ja,ja ¡Basta!

-Toñita: Disculpa, jovencita, podrías explicarme cómo es que el Charro Negro se volvió amigo tuyo.

-Miris: Um, bueno, me lo encontré en el cerro y comenzamos a hablar, no seguimos viendo después de eso y... pues así la cosa.

-Toñita: ¿Y estás segura de que realmente es tu amigo?

-Miris: Um, Sí, ya que lo... quiero; y él parecía realmente asustado cuando discutimos, temía porque yo decidiera dejar de ser su amiga... De hecho le prometí que seguiría siéndolo.

Bajé un poco la cabeza y me pase la mano por la nuca.

-Miris: La verdad no quiero lastimarlo, pero tampoco voy a dejarlo tomar el cuerpo de Leo. Yo...

Sentí una mano posándose cariñosamente sobre mi cabeza, era Doña Toñita.

-Toñita: Lo comprendo, estás enamorada de él.

-Miris y Leo: ¡¿Ehhh?!

-Toñita: ¿Me equivoqué? ¿No estás enamorada?

-Miris: Uhhhh... 0///0

-Leo: ¡¿Sí lo estás?! ¡¿Por qué diablos?!

-Miris: Uhhhhhhhhhhh... 0///0

-Leo: A-abue' ¡¿Cómo sabes eso?!

-Toñita: Ji, ji, a lo largo de los años pasas por muchas cosas, Leito, y vas aprendiendo de ellas.





Amando al Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora