Capitulo 28

24 1 1
                                    

Él tembló como si hubiera sentido un escalofrío.

-Miris: Wey, es un niño, por favor...para.

-Charro Negro: . . .

Detuvo tu ataque hacia Leo, la cuerda que lo tenía atrapado se aflojó y el chico rápidamente corrió hasta donde estaban Xochitl y Nando.

-Charro Negro: Miris, yo...he esperado tanto por una oportunidad así, entien-

-Miris: No eres tonto. Sabes que te quedan alternativas. ¿Realmente crees que vale la pena cometer semejante hipocresía?

-Charro Negro: . . .

-Miris: . . .

-Charro Negro: Me odias ¿cierto?

-Miris: No, pero creo que ahora tú me odias.

-Charro Negro: No, es que...No lo sé, creo que tal vez sí y creo que tal vez no...Esto es...confuso.

-Miris: A :0

-Charro Negro: . . .

-Miris: . . . :|

-Charro Negro: . . .¿?

-Miris: . . . :|

-Charro Negro: ¿E-es todo lo que vas a decir? 

-Miris: Ajá, sí. :D

Soltó algo de aire y empezó a reír.

-Charro Negro: Esto es ridículo, ja,ja...ja,ja,ja,ja...ja...

-Miris: Algo, sí, aunque yo diría que es más algo anticlimático. 

Dejó de estar tan tenso y correspondió torpemente el abrazo.

-Miris: ¿Es la primera vez que abrazas a alguien?

-Charro Negro: Supongo que así es, no recuerdo haber hecho esto antes.

-Miris: Entonces...¿Vas a dejar a los chicos en paz?

-Charro Negro: Por ahora sí, digamos que pospondré esto.

-Miris: Hijo de puta.

-Charro Negro: Soy obstinado como un caballo ¿no es así?

Suspiré cansado.

-Miris: ¿Sabes qué? Da igual, estaré ahí para patearte el trasero cuando vuelvas a hacerle daño a cualquiera de ellos.

Se separó un poco de mí y silbó para abrir un portal.

-Charro Negro: ¡Oye, chamaco! Tú y tus amigos, lárguense de aquí. 

-Leo: ¿Eh?

-Charro Negro: ¡Vamos! ¡Antes de que me arrepienta!

Todos se dirigieron al portal con notable desconcierto.

-Leo: ¡Miris! ¡Gracias!

-Nando: ¡Gracias!

-Teodora: ¿Eh? ¡¿Cómo que ya nos vamos?! ¡¿No ven que aún no acaba mi novela?! ¡Todavía no se besan! 

Xochitl y Nando sujetaron a Teodora, llevándola a rastras a la salida de aquel sitio, les costaba bastante trabajo por lo que Chuy tuvo que intervenir al llevarla cargando. Finalmente el portal se cerró.

-Miris: Perdón por destruir este lugar, por arruinar tus planes, solo no podía dejarte hacerl-

-Charro Negro: No, tú perdóname por romper mi promesa, fui un error.

-Miris: ¿Q-qué? ¡Por supuesto que no eres un error!

Agarré sus manos y lo miré a los ojos.

-Miris: ¿Te abrazaría si hubieses sido uno?, obvio no. Eres medio imbécil, sí, pero ¿Quién no?, yo también lo soy.

Él intentó separar sus manos de las mías y desvío la mirada a la vez que agachaba ligeramente la cabeza.

-Charro Negro: Ja, ja...estás...loca...

Apreté un poco más mi agarre, evitando de ese modo que se separara.

-Miris: Nah, solo soy un pendejo, uno que se encuentra dispuesto a quedarse a tu lado para quererte.

Empecé a sentir gotas de sudor emerger de mí, es una jodida sorpresa que no me haya trabado al hablar, mi cara ardía, además me sentía pesado y rígido, y a su vez ligero.

-Charro Negro: Ja, ja, ja...Me s-siento raro.

-Miris: Sip, igual yo.

-Charro Negro: Yo jamás...

-Miris: Yo sí, y...temo de lo que se trata. 0///0

Lo interrumpí tajantemente y vi su expresión de confusión.

Ahora era yo quien quería separar mis manos rápido, no quería que sintiera mis manos sudorosas, mas al parecer los papeles se invirtieron, ya que él no estaba dispuesto a soltarlas.







Amando al Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora