Amando al Charro Negro

Capitulo 30

Me paré de puntitas para darle un beso de ángel, por encima de su parpado, bajé y él esbozó una sonrisa algo torpe.

-Charro Negro: Miris, me gustarí-

-¿¿¿???: ¡MMMmMHMH!

-Charro Negro y Miris: ¿Eh?

Por la pared destroza entró Resendo, con el agave aún atascado en su mandíbula; soltaba quejidos, bueno, más bien gritos ahogados.

-Miris: Ah...ya me había olvidado de ese men, perdón.  (￣ ▽ ￣)

Resendo finalmente detuvo sus gritos, confundido por la escena del Charro y yo unidos.

-Charro Negro: Vaya que eres terrible en tu trabajo.

El Charro chasqueó los dedos, haciendo que el agave se deshiciera en pedazos, el hombre cerró la boca y sobó su quijada.

-Miris: Bueno, igual creo que me excedí...

-Resendo: P-pero, p-patrón...ella liberó a los cuates del chamaco, a Chuy, me golpeo, destruyó la hacienda, daño a la casota esa y-

-Charro Negro: ¿Y? ¿Qué hay con eso?

-Resendo: ¿Qué? ¿Cómo que "Y"?

-Miris: Oye, tiene razón, sí que jodí todo esté lugar, no solo tu pla-

-Charro Negro: Meh...la hacienda no importa, puedo reconstruirla en un instante, sin esfuerzo la creé y sin esfuerzo la devolveré a su gloria.

-Resendo: ¿L-la va a perdonar así como as-

-Charro Negro: ¿Te atreves a cuestionarme, Resendo?

El sujeto se deshizo en disculpas y suplicas. 

Chasqueó nuevamente y reconstruyó la hacienda, dando la apariencia de que nada había ocurrido; se veía fastidiado por su trabajador, razón por la cual lo tomé de la mano gentilmente, provocando que volteara a verme.

-Miris: Disculpa, bombón, ya es como la 1 de la mañana y debo de ir a trabajar en cuestión de horas, así que...

Oí murmurar a Resendo.

-Resendo: ¡¿Bombón?!

-Charro Negro: ¡Te llevó a casa!

-Miris: Pero dejé mi bicicleta en el cerro...

-Charro Negro: No te preocupes, te la llevaré, lo prometo.

-Miris: Yo... Gracias... en verdad.

Abrió un portal por medio de un silbido, y lo cruzamos juntos, lo cerró una vez estuvimos ya del otro lado, frente a la puerta de mi departamento. Acercó mi mano a sus labios y la besó con una pequeña sonrisa.

-Miris: Ey, antes de que te vayas...

Besé su mano, mas no paré ahí, subí poco a poco por su brazo soltando pequeños besitos, hasta llegar a su rostro, el cual estaba rojísimo, como un jitomate.

-Miris: Eres tan tierno, te comería a besos...

Apreté sus cachetes con cariño y cuidado, escuchando como una risa nerviosa salía de su interior.

-Charro Negro: Ja, ja, ja, ja...Se siente raro...

-Miris: ¿Uh?

-Charro Negro: Se siente raro ser amado...

-Miris: Pues vete acostumbrando, mi amor ⁓

-Charro Negro: Lo haré, no lo dudes. También me preguntaba si... Bueno yo... Me gustaría...

Apartó con gentileza mis manos de sus mejillas, sosteniéndolas.

-Charro Negro: ¿Serías mi pareja?

-Miris: Absolutamente. :D

-Charro Negro: . . .

-Miris: . . . :)

Le di un veloz piquito en la boca y empecé a abrir la puerta de mi hogar, la empujé y volteé a verlo nuevamente; su rostro irradiaba vergüenza, no obstante, estaba claramente feliz, se el notaba en los ojos.

-Miris: ¿No quieres pasar?

-Charro Negro: Oh, yo...¿Q-qué no estás cansada?, te sentirás mal durante tu trabajo y...

-Miris: Por ti aguantaría mil horas sin dormir, bombón.

-Charro Negro: Ja, ja, ja, no, en verdad debes dormir, mi vida.

No le atribuí importancia a mi ciclo de sueño, ni al cansancio de mi cuerpo, sin darle tiempo a reaccionar lo cargué como si de una princesa se tratase y entré a casa con él rapidísimo. Se sobresaltó mucho, como ya lo anticipaba.