IX

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Moonbin tenía razón, entre más rápido se propagara la noticia de su relación con él, el escándalo de la empresa de su padre seria olvidada.

A menos de una semana de que todo el mundo se enterará quien era Moonbin, y la relación que mantenía como hijo del acaudalado Cha Hyung Bin, el mundo se había olvidado de todo. Y agradecía que así fuera... Ya que ahora tenía en otras cosas en la cual preocuparse.

La futura boda por ejemplo.

El vestido, los zapatos, el anillo, la fiesta, invitaciones, su nueva casa... Dios, pensarlo era agotador.

—Yo aconsejo que sean flores naturales —comento su futura suegra.

—Color lila si es posible, con el blanco harian buenas combinación —su madre respondió.

—Concuerdo contigo. Estuve hablando con Ji-Yong sobre esto, y...

Eunwonnie trataba de prestar atención a la conversación, pero todo era tan sofocante. Agradecía a sus suegros y sus padres, pero nada de lo que se estaba eligiendo para la boda, era de su total agrado. Era bonito, sí, pero demasiado extravagante para su gusto.

Algo más sencillo, frugal y tradicional, estaría exelente, ¿Pero que podría hacer? Sus suegros eran quien estaban pagando la boda. Así que no se sentía con el derecho de exigir nada, así que estaba bien.

Con respecto a Moonbin, las siguientes citas fueron igual que la primera. En un restaurante lujoso, cámaras, risa y mentiras... muchas mentiras.

Ante el público se mostraban como una pareja afectuosa y cariñosa, pero la realidad es que eran completos desconocidos.

—Disculpen, ¿Me hablaron? —se desconectó completamente, que no escucho ser nombrado.

—Wonnie, cariño... —Yong-sun llamo— tu madre y yo llevamos rato hablándote.

—Oh, lo siento —Sus mejillas se coloretearon, mientras se removia apenado— no era mi intención no prestarles atención.

—Te decíamos cielo, que solo falta el anillo.

—¿El anillo? —su ceño se frunció, tardo un par de segundos procesar— ¡Oh, cierto! ¡El anillo! Quedé como Moonbin que hoy lo iríamos a ver.

—¿Hoy irán? —interrogo la mayor.

—Sí, ya voy tarde —se levantó observando su reloj.

—Espera... ¿A dónde vas? —pregunto con una ceja alzada su futura suegra.

—Ire a la joyería de Moonbin... Por el anillo.

—¿Y mi hijo?

—E-eh... Nos veremos en el lugar.

—¡No! —murmuro disgustada— Inaceptable. ¿Cómo es posible que mi hijo no pase por ti?

—No tengo problema en ir querida suegra.

—Tu no, pero yo sí... ¡Yo no le enseñé eso!

—No se preocupe —intento calmarla, mientras tomaba delicadamente su brazo y se apego a ella— Es que su hijo es una persona muy ocupada. No quiero sobrecargarlo demasiado.

En parte era cierto, Moonbin era un alfa ocupado, tenía que atender su propia cadena de joyas, y ademas de hacerse cargo de ambas empresas. Viendolo desde ese punto, era entendible las exigencias de Moonbin.

—Pero aún así... Debe apartar tiempo para ti, eres su futuro omega. —respondio con tristeza.

—Lo se... Por eso mismo pienso que en el futuro tendrá tiempo suficiente para mí —sonrio dulcemente. Yong-sun suspiro.

Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora