XXXV

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Tranquilidad.

Eso era lo que extrañaba Eunwoo. Después de armar todo un gran show, Sana porfin accedió a quedarse en un hotel, pero de vez en cuando tenía que soportarla en casa.

Pero era poco comparado a la tensión vívida las dos semanas anteriores. Ahora se sentía muy en paz.

¡Porfin! Hoy es el día. —Su lobo emocionado estaba que saltaba de alegría.

Acaricio su vientre con cariño mientras observaba complacido la cena romántica que le había hecho a Moonbin.

Hoy cumplían dos año de casados.... Y Eunwoo no podía esperar el momento en que su alfa entrará y darle una preciosa sorpresa que se ha estado guardando durante dos largas semanas.

Primero creyó que la comida le había caído mal, luego que tenía anemia por dormir tanto y tener leves mareos. Gracias a Dios, el doctor le aseguro que no era nada de lo que se imaginaba.

Al contrario, ¡Una pequeña bolita de grasa crecía en si estómago!

Eunwoo, enserio enserio tuvo que morderse la lengua para no contarle a nadie, quería que su alfa fuera el primero en recibir la noticia, y que mejor que dársela el día de su aniversario.

Así que preparo todo personal y minuciosamente. Tenía que ser perfecto.

Preparo el patio tracero para que todo fuera una bonita cena romántica.

Las flores, las telas, los pequeños destellos de los focos, el par de velas en la mesa, incluso la fuente que había en medio del patio, todo le daba un toque mágico al lugar.

Eran las ocho de la noche, y Moonbin solía llegar pasado a esa hora, incluso aveses a las nueve, asi que solo quedaba esperar.

El año pasado Moonbin decidió llevar acabo la celebración del primer aniversario en la isla de Jeju. En una gran casa a las orillas del mar. Eunwoo recuerda con mucho cariño el primer aniversario, pues Moonbin todo el tiempo se encargó de mimarlo mucho.

Ahora Eunwoo decidió que quería hacer algo lindo y significativo para su esposo.

Espero pacientemente a que su esposo llegara. Con la emoción y el nerviosismo a flor de piel. Cualquier sonido, cualquier ruido captaba la atención de Dongmin, deseando y esperando que fuera su alfa.

Pero eso nunca pasó. Moonbin no llego a casa.

La comida se enfrió y el vino se entibió, las flores se marchitaron, y las velas se apagaron solas.

Con su corazón oprimido, Eunwoo llamo a Moonbin.

¿Y si le pasó algo?. —Su Omega razonaba.

Mordía su labio  inferior nerviosamente mientras escuchaba el tono de la llamada.

—Amor, hola, ¿Paso algo? —No escuchaba nada raro en la voz de Bin, así que eso lo tranquilizó.

—Binnie, estoy bien... Me preocupe porque aun no has llegado a casa, son las 11 de la noche.

—Lo siento por no avisarte, salí para Busán está mañana, ya sabes, asuntos de trabajo, mañana temprano salgo para Seúl, así que no te preocupes, descansa.

—O-oh... Umn, e-esta bien. A-ah... ¿Sabes que día es hoy? —Pregunto con cuidado.

—Uh, si no me equivoco estamos a 16.

—Aja... —murmuro esperando que Moonbin llegara solo a la conclusión correcta.

—¿Aja? —Al parecer no, Moonbin necesitaba ayuda.

Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora