XII

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Eunwoo se encontraba observando la increíble cuidad de Hawái, los carros pasaban uno tras otro sin dejar rastro a tras, las lucecitas de los faroles tintiniaban contentas al azar.

Solto un suspiro largo y ruidoso, se levantó de ese incómodo lugar y fue a parar entre sus calentitas sabanas de la gran cama king size.

Llevaba dos días en Hawái, y nunca conoció la cuidad, resulta que era su luna de miel, pero desde que llegaron, Moonbin se dedico a trabajar.

Solo por hoy, que fue su seción de fotos, Moonbin se despegó de su computadora, y luego se eso, el alfa volvió a internarse en su oficina.

Se sentía triste y desdichado, ¿Pero que más podia hacer, solo llevaba tres días casado?

Intento distraerse, pero Sanha solo hablaría de Rocky, el chico con el que a tenido mil y un flechasos, y MJ aún se encontraba en celo, hoy era su último día.

Estaba un tanto preocupado porque sus sospechas fueron confirmadas, MJ, y Jinwoo —el mayordomo de Moonbin— eran destinados.

Resulta que el chico alfa, sufría la misma historia que su amigo MJ. La diferencia era que su aroma era demasiado dulce para un alfa, y los omegas lo aborrecían, por eso jamás había estado emparejado con nadie.

Según palabras de su esposo, el joven Jinwoo —quien su celo termino ayer por la mañana— había mencionando el querer hablar formalmente con su destinado, y si el omega lo permitía, quería cortejarlo de inmediato.

Eso ponía muy feliz a Eunwoo, pero no le quitaba la tristeza que sentía al recordar que su amigo debía estar sufriendo un doloroso celo.

Y es que al ser una boda de magnates, las relaciones públicas y reputación de la familia se vería afectada si se permitia que dos desconocidos pasarán sus celos juntos, y aunque sus lobos sean los que quieran, eso hiba en contra de la dignidad humana.

En casos como esos la ley defendía a los implicados, y culparía a los cómplices, es decir, culparía a los que en pleno uso de razón permitieron una acción indigna.

Por razones como esas, es que la familia eligió separar a los destinados, y Jinwoo entendió completamente y agradecido el buen gesto de su jefe y de su familia.

Eunwoo realmente ansiaba que el celo de su amigo terminase para así poder platicar amenamente con él, deseaba de todo corazón abrazarlo fuertemente y felicitarlo.

Una mucama tocó la puerta antes de abrir, después de recibir el asentimiento del omega.

La chica le acercó a su cama un refrescante jugo de naranja, y un rico y espojoncito emparedado.

Eunwoo pregunto por su alfa, y la respuesta fue la misma...

“El señor Moon sigue trabajando en su oficina”

Eunwoo más que cuestionar, empezaba a compadecer a Moonbin.

Era obvio el porque Bin se la pasaba encerrado en su oficina, la carga de trabajo debía ser mucha, ya que aparte de dirigir él mismo Incense, también tenía que gestionar y estar al tanto de las empresas que recién había obtenido.






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—Y cuéntanos Wonnie, ¿Cómo te fue en tu luna de miel? —el pelinegro pregunto emocionado, haciendo una cara insinuante.

—Eso, yo quiero saber, de casualidad tuvieron... —sanha no termino la oración.

—Oh, nada de eso, —se apresuró a contestar Eunwoo— ambos disfrutamos las vacaciones, realmente las necesitábamos, fuimos a la playa, cenamos en restaurantes, salíamos a caminar, nada del otro mundo, Bin y yo no creemos que las relaciones sexuales sean el fundamento de una relación, le pedí un poco de tiempo y el accedió.

Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora