Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]

XXXVI

Los trabajadores sabían quién era Cha Eunwoo, ¡o claro que lo sabían! Por eso, no hubo ningún inconveniente a la hora de entrar a la empresa y subir a la oficina del jefe Moon sin cita previa.

Le resultó extraño a Eunwoo que la mayoría de los empleados lo recibieran con una cara cuadrada, pero era entendible, pocas, muy pocas veces el mismísimo Eunwoo de Moon habia llegado a la empresa.

Todos fueron atentos y muy corteses, y es que, ¿Quien quería ganarse el desagrado del esposo del jefe más temido de todos los tiempos? Nadie, absolutamente nadie.
Pero sin importar por dónde lo vieran, los empleados empátizaron muy bien con el señor Eunwoo porque el mismo fue amable y accesible.

Al llegar al piso donde la oficina de Moonbin se encontraba, fue muy bien recibido por la secretaria, una beta muy bella y elegante.

—Buenos días señor Eunwoo, es un placer conocerlo, soy Seojung, secretaria del señor Moon. —Hizo una reverencia completa.

—Buenos días señorita Seojung. —Sonrio inclinado su cabeza.

—El señor Moonbin se encuentra en una reunión con la jefa de proyectos temporal.
¿Desea que le comunique de su llegada?

—No, debe ser importante... Un momento, ¿Con quién dices que está?

—Con la jefa de proyectos.

—¿Sana?

—Asi es, con la señorita Minatozaki.

—Y dices que los dos están en una reunión.

—Asi es, en su oficina, dijo que nadie los molestará.

—Entiendo, —Una agustina se instalo en su pecho— esperaré a que termine. —Intento parecer desinteresado.

Eunwoo espero por unos diez minutos, que parecieron 10 horas... En ese tiempo, la secretaria había bajado a la cafetería a almorzar y se había quedado completamente solo.

Dicen que la curiosidad mató al gato... Pues déjeme decirle que la curiosidad mató a Eunwoo.

Ell que busca encuentra, y Eunwoo encontró lo que más temia.

Sana estaba en el regazo de Moonbin, y Moonbin no solo no la apartó, sino que dejó que ella le diera un beso en su cuello.

No quiso ver más, y salió corriendo del lugar, bajo por las escaleras y salió del edificio por la puerta de emergencia, no quería que nadie lo viera.

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—¿Me estás diciendo que retrasaste todo a propósito? —Moonbin se sobó la cienes, tal vez le debió haber hecho caso a su esposo y mandar a Sana a su país hace mucho tiempo.

—Oppa, no te enojes. —Hizo un puchero.

—Sana, ¿Tienes idea de lo importante que es este proyecto para mí y tú padre? ¿Es que no lo entiendes? —La reprendió desde su asiento, la omega se encuentra a un lado de él, quien bajo la cabeza.

—Lo quería hacer bien, pero dame más tiempo. —Sus ojos se empezó a poner brillosos.

—Tiempo es lo que no tengo Sana. —No quería gritarle, pero estaba muy, muy enojado. Por culpa de ella de nuevo le había cancelado a su dulce esposo.

—Yo jamás he hecho esto.

—¿Entonces? ¿Para que pediste ser jefa de proyecto si no sabes? —para ese entonces Sana tenía su rostro repleto de lágrimas y sollozaba bajito. Moonbin dió un lago suspiro— Se que no debo gritarte, pero quiero que entiendas que estás retrasando todo y no puedo permitir eso, de ahora en más, serás reemplazada por el antiguo jefe de proyecto.