XXIX

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—¿Estás bien? —Aludio el alfa con un tono preocupado, había escuchado un poco de la conversación por teléfono que Eunwoo había tenido y no había sido una muy buena.

—Si, estoy bien. —Le resto importancia.

—No dejo de hacerte pasar por un mal momento. —Murmuro cabizbajo. Eunwoo sonrió un poco para aminorar el ambiente.

—Es obvio que él este molesto, cree que no estoy siendo razonable, pero estoy seguro que se le pasará el enojo luego de que hable personalmente con el y compensarlo por ser tan bueno conmigo.

—Me alegra que tengas tan buenos amigos como Mingyu, que te cuiden y protejan.

—El siempre ha sido así, aun cuando íbamos en la primaria... Solo que algunas cosas han cambiado con el tiempo. —Ambos se sentaron en el sofá, quedando frente al otro.

Habían pasado dos días en aquella alejada y solitaria cabaña, allí empezaban a conocerse realmente, no hacian cosas tan grandes para demostrar el aprecio, cariño y afecto retenido, pero cada pequeño detalle, por muy insignificante que pareciera ayudaba a curar sus corazones.

Eunwoo solía cocinar, Moonbin lavaba los utensilios sucios, después del desayuno salían afuera y limpiaban el huerto que se encontraba detrás de la cabaña, por las tardes Moonbin se deleitaban en demostrar y enseñar sus grandes habilidades de alfarería a Eunwoo, quien encantado jugaba con el barro de sus manos.

Siempre había un abrazo de espalda, un beso en la frente y otro más en la mejilla... Llamenlo trivialidades insignificantes, pero ellos que apenas empezaban a demostrar su afecto era amor puro.

—¿Moonbin? —Pregunto con cuidado al notar el silencio abrupto del alfa.

—Lo siento, solo estaba pensando.

—A sí... ¿En qué? —Inquirio con interés.

—En las cosas malas que he hecho toda mi vida.

—¿En toda tu vida?

—Asi es, desde ser egoísta y hacer cosas por creer que es lo mejor para los demás, ser calculador hasta con mi familia y amigos... Y lo peor, lastimar al amor de mi vida.

—¿Que te llevo hasta ese punto Bin? —Sin darse cuenta, el alfa empezaba a mostrar sus sentimientos más profundos, esos que nunca creyó compartir con nadie.

—No lo sé, tal vez fue todo o simplemente nada. Nadie es perfecto, lo sé... Se que mis padres intentaron criarme de la mejor manera, y les agradezco por todo. Pero ahora lo pienso y siento pena por mi, yo era del tipo se niños que no podía salir a jugar, siempre estaba estudiando o trabajando... —Está demás en decir que desde niño empezé como modelo infantil y luego actor también— así que nunca tenia tiempo, ni mis padre ni yo, había dias en que ni siquiera los veia en semanas, y eso me lastimaba, supongo que eso me forjó como un joven solitario, frío y autoritario. Cuando crecí y descubrí la verdad de mi existencia culpe a mis padres, culpe a Jihyun, a mi progenitor y luego me culpe a mi. Siempre pensaba; ‘“¡No devi aver nacido!”, “¡Seria mucho más fácil si Jihyun me hubiera abortado!”, “¿Me odiara mi madre, Jihyun?, “¿Creerá que le recuerdo aquella persona que tanto daño le causó?”, “¿Si mis padres se enteran que se todo... me dejarán de querer?” “¿Ellos de verdad me aman?”’. Era una pregunta tras otra y la única razón o excusa para mis soberbias acciones fue pensar que todo fue culpa del Omega con quién mi progenitor dejo a Jihyun... Y así empezó mi resentimiento hacia cualquier Omega... Excepto mi madre adoptiva Yong-sun, y Jihyun. Y entonces apareciste tú, un omega hermoso en Alma y cuerpo, que desbordaba pura bondad, y no pude evitar compararte con aquel con quién mi padre se fue. Y entonces la irá me cegó, no lograba ver con claridad la situación, que aún cuando ya sabía que me gustabas no dejaba de lastimarte una y otra vez.

Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora