XXXII

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La vida de los seres humanos es un sube y baja de emociones. Estamos rodeados de problemas externos, que muchas veces influyen demasiado en nuestras vidas, dándoles un rotundo vuelco.

Es bien sabido que en los matrimonios una clave esencial es la buena comunicación.

Lamentablemente pueden que lleven una vida tan ocupada, que olviden reservar tiempo para el otro.

El resultado; se vuelven completos extraños, el amor que se sentía se va extinguiendo, terminan viviendo vidas paralelas e independientes y buscan comprensión fuera del matrimonio.

Una completa tragedia.

Pero eso no tiene porque pasarle a nuestros protagonistas, no... No a menos que exista alguna variante.

El tiempo paso, y cuando menos lo espero nuestro Eunwoo estaba a pocos meses de cumplir dos años de casados con Moonbin.

Era impresionante la manera en que las personas cambian. Apenas hace casi un año estuvo a punto de divorciarse de su esposo, pero las cosas cambiaron... Moonbin cambio. Se convirtió en un Alfa y esposo cariñoso y dulce, nada comparado a cómo lo conoció.

Cómo todos saben, Moonbin es un exitoso empresario dentro y fuera del país, y aunque intento hacer ajustes en su agenda para dedicar mayor tiempo a su esposo, lo cierto que la convivencia no había mejorado mucho.

Meses atrás, cuando el alfa tenía que salir del país por cuestiones laborales, siempre llevaba consigo a Eunwoo... Aunque solo lo viera por las noches, y unas cuantas horas por las mañanas, el hecho de que se esforzara por tenerlo cerca todo el tiempo, era sensato y tierno también.

Pero desde hace un tiempo prefiere que Eunwoo se quede en casa... De hecho las razones de Moonbin son verosímiles —Es más cómodo quedarse en casa que viajar por 12 horas seguidas—, pero Eunwoo empezaba a preocuparse.

No es que desconfiara de Moonbin, es solo que le molestaba el hecho de no verlo por un largo tiempo, aveses por más de una semana. Extrañaba sus abrazos, sus besos, sus tiernas palabras, extrañaba tanto hacer el amor, extrañaba todo de su esposo.

Soltó un largo suspiro mientras observaba la foto en su primer aniversario de bodas.

—Te extraño tanto. —Murmuro bajo dándole un beso a la foto.

Moonbin llegaba hoy de Japón, pero estaba seguro que iría primero a la empresa en lugar de casa, y cuando lo hiciera, sería muy de noche, cuando él estubiera durmiendo, o llegaría muy cansado sin intencion de conversar.

—Señor Eunwoo. —Jinwoo toco la puerta de su habitación.

—Digame hyung, puede pasar. —El alfa abrió la puerta y desde el marco hablo.

—El señor Moonbin ha llegando a casa.

—¿Moonbin? —Se levantó de su cama de inmediato— ¿Ya? ¿A casa?

—Asi es, desea que valla a recibirlo en la sala de visitas. —Eso descolocó a Eunwoo.

—¿Sala de visitas?

—Me temo que trajo compañía.

—¿De verdad? —El contrario asintió.— Dile que en cinco minutos bajo.

—Como diga señor.

Jinwoo salió, y el Omega rápido busco ropa bonita y elegante. Si Moonbin trajo visita y desea que valla personalmente a la sala destinada, era porque quería presentarle a alguien sumamente importante.

Coloco un poco de loción, un tenue destello de rubor, un poco de labial y acomodo su cabello. La ventaja de Eunwoo es que el ya era bonito, y su modestia al vestir lo hacía resaltar aún más, así que aunque tratara de no llamar la atención, tenía el mejor de los accesorios, gentileza, elegancia y belleza, todo en una misma persona.

Las Inclemencias del amor // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora