Capítulo 2: Renacer en las Sombras
La oscuridad se cernía sobre Ichigo Kurosaki mientras el dolor en su pecho cedía lentamente. En sus últimos minutos de vida, la incertidumbre lo embargaba. ¿Era esa luz que vislumbraba la salida? Sin embargo, al acercarse, no encontró la paz esperada. En cambio, una luz intensa le reveló dos rostros borrosos.
Intentó hablar, pero sus labios no respondían. La pareja que se erguía frente a él rompió el silencio. "Minato, mira, es un hermoso niño", dijo la mujer de cabello rojo. Un hombre rubio, presumiblemente Minato, sostenía al bebé en brazos. Ichigo no podía comprender lo que ocurría.
Fue entonces cuando la realidad golpeó como un rayo. Se dio cuenta de que él era ese bebé. La pareja, aparentemente consciente de su confusión, habló. "Minato, mira, es un hermoso niño. Tiene el pelo naranja y tus ojos", dijo Kushina. El hombre rubio sonrió mientras abrazaba a su esposa y sostenía al recién nacido Ichigo.
Punto de vista de Ichigo:
La confusión se apodera de mí mientras intento comprender la extraña situación en la que me encuentro. ¿Por qué mis manos son tan pequeñas? ¿Por qué no puedo moverme libremente? Mis ojos intentan enfocar el rostro de las personas que me rodean, pero todo está borroso.
"Menma", escucho ese nombre, y no puedo evitar sentir que no encaja conmigo. Intento expresar mi incomodidad retorciéndome, pero mi nuevo cuerpo no responde como esperaba. ¿Quiénes son estas personas que me sostienen y por qué me están ignorando?
El hombre rubio, al que asumo que debo llamar padre, me alza y muestra entusiasmo a mi madre pelirroja. "Mira, Kushina, es un niño enérgico", comenta. Mi molestia crece, y en un acto impulsivo, tomo un mechón de su cabello y comienzo a jalarlo. "¡Bájame! ¿Quién te dio permiso de levantarme?"
Sin embargo, el hombre parece ajeno a mi protesta, como si solo escuchara los balbuceos incoherentes de su supuesto hijo. Intento comunicar mi descontento, pero las palabras no salen de mi boca de la manera que quiero. La frustración aumenta al darme cuenta de que no me están entendiendo.
Finalmente, mi padre habla: "Mira, Kushina, es muy extraño que nuestro hijo no llore". Mis ojos se encuentran con los de mi madre, y en ese momento, comprendo que algo ha cambiado drásticamente. Mi reencarnación en este cuerpo de bebé, bajo el nombre de Menma Namikaze, marca el inicio de una nueva vida en un mundo ninja completamente desconocido.
Ichigo, ahora Menma Namikaze, se encontraba en un cruce de destinos inexplicables. La pareja decidió darle un nombre, y la madre pelirroja lo acercó a su rostro, dándole un beso en la frente. "Menma, nuestro querido hijo. A partir de ahora, serás conocido como Menma Namikaze, hijo de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki". La nueva vida de Ichigo comenzaba en un mundo ninja, un renacer marcado por la dualidad de su existencia pasada y presente.