Una vez más, observo el mismo entorno: la entrada del pueblo y las voces a lo lejos. Mi rostro reflexivo se da cuenta. Subaru: "¿He vuelto? ¿Regresado de la muerte? ¿He vuelto por la muerte? ¿Esa es la habilidad que tengo?" Su mano reposaba donde la mejilla, la misma que hace poco fue limpiada por la chica a la que intenté salvar. Ella lloraba. Soy patético. Hice llorar a una chica.Su semblante cambió inmediatamente, elevando la cabeza. Levantó las manos al cielo, exhalando aire y gritando: "¡Ya lo he decidido! No haré llorar a una chica nuevamente, y menos a ella. Así que haré lo necesario para salvarla."
Mientras corría hacia una dirección, reflexionaba. "No se puede dialogar con estas personas. Si lo intento nuevamente, me tirarán piedras y me encerrarán en el granero. Espera. ¡El granero!" Apresuradamente se dirigió allí y, tras inspeccionar por todos lados, tomó un bulto blanco y corrió hacia el lugar destinado.
"¡Aldeanos! '¡Quemen a la bruja! ¡Y finalmente tomaremos la justicia en nuestras manos!'", clamaban.
De pronto, alguien dio un salto gritando: "¡Esperen!", mientras aterrizaba en una pose exagerada. Todos quedaron anonadados por la repentina intrusión. Subaru levantó la cabeza hacia la chica, mostrando una sonrisa. Y luego se volteó hacia los aldeanos.
"Subaru: 'Buenas noches, lamento interrumpir su festival nocturno.'", dijo.
Uno de los hombres habló con un rostro disgustado. "¿Quién eres tú y por qué interrumpes?", preguntó señalándose con un dedo en el pecho.
"Subaru: 'Soy un desempleado que no tiene adónde ir ni donde caer muerto.'", respondió.
Un momento de silencio se cernió y las personas parecían más furiosas. "¡Que alguien lo saque! ¡Llévenselo, quítenlo!", clamaban.
Pero Subaru ignoró sus palabras, preparándose. Se cubrió la cara con su chándal y, posteriormente, blandiendo un pequeño saco blanco, gritó: "¿Están listos?" Una cortina blanca de humo cubrió a toda la multitud y luego una explosión los dejó aturdidos. Cuando se recuperaron de la conmoción, se dieron cuenta de que el chico se había esfumado. Y junto con él, también la chica que estaba amarrada hace unos momentos.
Inmediatamente se dio la orden de encontrarlos y traerlos de vuelta. Pero ambos ya estaban a una buena distancia como para alcanzarlos.
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