Subaru y Satella se adentraban en el misterioso bosque, sus pasos resonaban entre los árboles. La densa vegetación parecía envolverlos en un abrazo silencioso, y Subaru sintió la necesidad de romper esa atmósfera de quietud con una pregunta.
"A propósito, Satella-chan," comenzó, "¿cómo fue que te capturaron? Si te consideran una bruja, estoy seguro de que posees algún conocimiento de magia, ¿verdad?" Satella bajó la mirada por un instante, sus ojos oscuros reflejando una sombra de dolor.
"Lo sabía," admitió con calma, "sabía que me odiaban. Por eso me dirigí a su aldea deliberadamente, permitiendo que me atraparan." La sorpresa se dibujó en el rostro de Subaru, deteniéndose en seco ante la revelación.
"¿Qué?" exclamó, incrédulo. "¿De verdad lo hiciste a sabiendas? ¿Por qué te arriesgarías así?" Satella guardó silencio por un momento antes de responder con voz suave.
"Es complicado," murmuró, desviando la mirada hacia el horizonte. "Te lo explicaré cuando lleguemos. Por cierto, ¿sabes hacia dónde nos dirigimos?" Subaru se quedó en blanco con una sonrisa nerviosa y una cara preocupada.
"¿Estamos perdidos, verdad?" preguntó con voz serena. Subaru soltó un suspiro exasperado.
"No diría que estamos perdidos," respondió, tratando de evadir la pregunta. "Más bien estamos... explorando nuevas posibilidades.
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