El rey se levantó, entusiasmado por otorgar títulos a sus héroes. "Claire, te nombraré la Doncella del Combate", dijo con solemnidad. "Nemu, serás el Dragón de la Paz, porque donde quiera que vayas, la paz te sigue", añadió con una sonrisa. Pero cuando llegó el turno de Saito Kimura, las cosas tomaron un giro inesperado.
"Te nombro... ¡el Masturbador!", anunció el rey, causando un silencio incómodo en la sala. Saito se quedó boquiabierto, incrédulo. "¿Qué demonios acabas de decir, anciano?", exclamó, su semblante mezcla de confusión y vergüenza. "¡Ese es el peor título que he escuchado!".
Los presentes contuvieron la risa mientras el rey intentaba justificar su elección, mencionando que la princesa Hivis había sugerido el título. En un flashback hilarante, se reveló cómo Hivis había malinterpretado completamente la palabra "masturbador", imaginando a Saito como un mago oscuro que conjuraba poderosos hechizos... en solitario.
La princesa, intrigada por la palabra desconocida, compartió su interpretación con su padre y los nobles, quienes, sin tener idea de su verdadero significado, decidieron adoptar el título.
Saito, avergonzado y sin saber cómo explicar la verdad, se resignó a su destino como el "Héroe Masturbador", convirtiéndose en la comidilla de la corte y en el objetivo de bromas durante el resto de su vida. Y así, entre risas y confusiones, la historia del héroe más inusual del reino fue escrita para siempre.
