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Peter entró junto a Wade a la casa. Ya todos estaban en la cama, así que simplemente se dieron las buenas noches con un abrazo y cada uno se fue a la cama.

El Omega entró en la habitación en la que dormía, dándose cuenta que Peter Alfa seguía tumbado ahí. Desde el incidente de esta mañana con su padre, no ha querido salir de la habitación. Erik después de ello se fue fuera, volviendo a la hora de la cena. No intercambió palabras con nadie.

Acercándose a la cama, se sentó en la orilla de esta. Llevó su mano al cabello de Peter y lo acarició, haciendo que este abriera los ojos y se miraran.

- ¿Te desperté?- preguntó el Omega.

- No. Solo estaba pensando.

- ¿Puedo saber en que?

Peter seguía con la mano en la cabeza de su tocayo. Acariciaba suavemente su pelo plateado, como si fuera un fino papel de plata. Realmente le parecía precioso.

- ¿Por qué hiciste eso por la mañana? No tiene sentido, tampoco tiene sentido que estés aquí ahora. Deberías de irte a dormir con Logan, seguro te estará esperando.

- Tu me necesitas ahora, no te puedo abandonar.

El Alfa miró incrédulo a Peter.

- Pero ellos se van a sentir mal.

- Peter, mi naturaleza es poder estar con todos mis Alfas si es necesario. Por favor, déjame quedarme contigo. 

- Pero yo no soy tu Alfa.

- Deja de sacarle un "pero" a todo. Claro que eres mi Alfa, tienes mi marca. Quiero cuidarte y quiero que estés bien. Hazme sitio en la cama.

No muy convencido, Peter le dejó tumbarse al Omega con él. La habitación estaba sumida en la penumbra, solo iluminada por la luz tenue de una lámpara de noche. El Alfa, con el corazón latiendo rápido, miraba a Peter tumbándose para dormir. La tensión emocional era palpable en el aire, como una partitura de emociones no dichas.

- Peter, no tienes que hacer esto si no quieres. Puedo dormir en otro lugar.- La preocupación en la voz del Alfa resonaba, su mirada reflejaba la lucha interna entre sus deseos y su deseo de no imponerse.

- ¿Por qué estás tan preocupado? Te he dicho que sí quiero.

- Es solo que... no quiero sentir que estás aquí por lástima.

La confesión de Peter estaba teñida de vulnerabilidad. Había decidido darle espacio a Peter, dejarlo ser libre, pero la incertidumbre aún flotaba en su mente.

Peter se acomodó y se acercó a él para poner su mano en la mejilla del Alfa. La ternura en su gesto disipaba cualquier duda.

- No estoy aquí por pena, Peter. Estoy aquí porque quiero estar contigo, en serio.

- ¿De verdad?

La cara de cachorrito que tenía el Alfa en su rostro, enternecía al Omega. Se rio suavemente y se acercó para besar la punta de la nariz del contrario.

- De verdad. Siento muchas cosas por ti y no es lástima precisamente. Realmente quiero estar contigo hoy.

La voz del Omega fue suavecita y tenue. Susurrando lleno el corazón del Alfa. Pudo verlo sonreír suavemente. 

- De acuerdo. Tampoco me voy a oponer a ello.- habló el Alfa en un susurro.

Crearon un ambiente cómodo y tranquilo. Donde comenzaron a hablar de cualquier cosa que se les ocurriera. Se conocieron más y no dudaron en expresar sus inseguridades con el otro. El Alfa confesó que la actitud de su padre, cuando está mucho tiempo separado de Charles, se convertía en un hombre bastante irascible. De ahí el comportamiento de esta mañana. Pero que en realidad, era un padre muy amoroso y comprensivo. Eran las circunstancias lo que lo convertían. 

No por ello, también habló de como realmente se sorprendió cuando Peter Omega lo defendió. Llenando de halagos al chico y agradeciendo. Si no fuera porque se puso en medio, realmente se habría llevado algún golpe.

El Omega, en cambio, le habló de su familia, su relación con ella y de sus demás Alfas. Hablando de cada uno de ellos hasta la saciedad. Su vida en la granja con su Thor. El primer encuentro con Steve y el como las cosas se solucionaron "por amor". El como Stephen fue el único Alfa en su vida que dejó que Peter estuviera encima. La vez que Tony se encariñó de un conejo y después se lo comieron para la cena. Como Bucky lo sacó de ese sótano lúgubre y solitario para cuidarlo en su departamento. Recordaba todos esos momentos con cariño y fe para que todo esto volviera a ser de nuevo. La llama de la esperanza se avivaba cada vez con solo nombrar sus nombres. En sus recuerdos recreaba los momentos que una vez fueron y los que serán en un futuro.

- Y cuando ya todo esté bien. ¿Cómo te gustaría vivir con tus Alfas? Supongo que no todos querrán vivir con los demás. Pero no sé.- preguntó el Alfa.

- Pues nunca lo había pensado. La primera vez que me dijeron que en mis resultados salía que yo podría tener más de un Alfa, realmente no pensé que fueran tantos. Sé que será difícil, pero seguro que en un futuro se podrá organizar para yo poder estar con todos.

- Pero si te dijeran que será como tu quieras. ¿Cómo sería?

El Omega suspiró con una sonrisa. Imaginando su vida deseada.

- Realmente me encantaría tener una casa gigantesca. Donde podamos caber todos. Con un jardín gigante para que nuestros niños jueguen y se diviertan sin estar recluidos en un apartamento. Si es en el campo mejor.

- ¿Quieres hijos? ¿Cuántos?

- Te vas a asustar si lo digo.

- No creo que sea para tanto.

- Pues... bueno, por lo menos uno con cada uno. 

- Wow, esos son muchos.

- Lo sé, pero también sé que no todos quieren. Tony sé que no quiere hijos, lo escuché decirlo más de una vez y solo veo como su odio hacia los niños aumenta. Steve y Bucky si quieren. Stephen no lo sé, no lo hablé mucho tampoco. Y bueno, Thor me dijo que los niños son manos de obra barata para la granja, así que dice que cuántos más, mejor.

Los dos se rieron bajito para que no se escucharan mucho. Al Alfa no entendía muy bien ese sentimiento pero sentía muchas mariposas en el estómago. Se imaginó su vida así, no le desagradaba la idea.

- ¿Tu quieres tener hijos?- preguntó el Omega sacándolo de su trance.

- Nunca lo pensé. Pero si es contigo, creo que si quiero...

Peter sonrió tras la respuesta del otro. Sus ojos se cerraban suavemente derrotado por el sueño.

- ¿Quieres que durmamos ya?- habló el Alfa tras un breve silencio.

- Me gusta hablar contigo, quiero seguir hablando contigo.

- Peter, tienes los ojos cerrados ya. Podemos seguir hablando mañana.

- No quiero dormirme porque no quiero que te vayas.- confesó el Omega luchando por mantener los ojos abiertos.

- No me voy a ir, esta vez dormiré aquí si quieres.

El Omega asintió sonriendo.

Poco a poco se fue acomodando, acercándose al Alfa hasta abrazarlo suavemente. Mientras que el otro aceptó al Omega y lo abrazó de vuelta, pasando su brazo por debajo de la cabeza del otro. Por fin los dos cayendo en un profundo sueño.

No sabiendo que en la mañana, todo sería un auténtico caos.

Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora