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Stephen se sentía muy cansado. No sabía muy bien porque, pero desde que voy al chico por primer vez se notaba muy extraño. Y ya había pasado una semana desde entonces, había acordado con los demás que iría a volver a verlo unos días después por si acaso y para ver como iban evolucionando las heridas.

Por otra parte, realmente Peter estaba teniendo ciertos lujos desde que Bucky estaba tan extraño con él. Cada día le traían comida y la luz ya no se apagaba, sino que ya siempre la tenía encendida. También, muy pocas personas tenían el acceso a ese cuarto. Entre ellos pues Bucky, Tony, Steve y Stephen y además del guarda que le habían asignado la tarea de llevarle la comida.

El caso es que Stephen no dormía muy bien por la noches y cuando conseguía dormir, realmente se despertaba totalmente cansado. De un día para otro, el lujoso colchón de su piso se convirtió en piedra. No sabía que hacer y no sabía cual era la solución a ese problema.

Hasta que un día la descubrió.

Ese era el día de la segunda revisión de Peter, esta vez le dejarían solo con el chico. Ya que con la presencia de Tony, Peter estaba muy tenso y nervioso. Mientras que con la de Bucky, pues la verdad es que temerían más por la salud del Alfa que por la del Omega. Mientras que con Steve, realmente no sabían cómo reaccionaría y preferían no experimentar con eso todavía.

Stephen entró solo a la habitación. Había dado una recomendación a Howard de que las últimas 24 horas no le dieran de comer al chico, ya que pensaba en hacerle una analítica de sangre y necesitaba estar en ayunas. Y así hicieron.

El Doctor entró a la habitación de manera lenta. Mientras Peter miraba la puerta desde la esquina en donde normalmente se encontraba, tampoco se movía mucho en la habitación. Las ataduras se lo impedían.

- Hola Peter... ¿como te encuentras?

Peter lo miró y sonrió de manera tímida, aún así se encogió de hombros.

- Ya... vaya preguntas.

Stephen se acercó al chico con su maletín. Después de estar a menos de un pasito de Peter, se agachó para estar a su altura.

- Ahora enserio... ¿te sientes mejor a nivel físico?

- Sí... pero estoy cansado.

- Es normal... estas no son las mejores condiciones para vivir la verdad. Aún así te voy a revisar, ¿vale?

Peter asintió muy relajado. Algo que realmente no era muy común en él, porque en ese ambiente estaba siempre tenso. A no ser, que este en presencia de Bucky. Pero ahora con Stephen realmente se había relajado bastante con las feromonas del Alfa. El Doctor lo había hecho a propósito, expulsó las feromonas para tranquilizar al chico.

- Creo que te has dado cuenta que no comiste ayer... y es porque te voy a hacer un análisis de sangre, ¿de acuerdo?

Peter hizo una mueca de desagrado.

- Vamos, no te pongas así. Es por tu bien.

- No me gustan las agujas.

- ¿Fobia?

- Tampoco para tanto... pero no me gustan.

Stephen vio esa actitud como algo demasiado tierno y no pudo evitar sonreír. El chico, más que atractivo, le parecía muy adorable. Tenía algunas actitudes que eran dignas de un Omega puro y duro. Eso no cambiaba que Peter era precioso y muy guapo. En la última revisión pudo ver su cuerpo y pondría la mano por defender la teoría de que los tres Alfas que estuvieron presenten se quedaron estupefactos por el cuerpo del chaval.

- No te preocupes, yo te voy a tranquilzar.

Esa era una pequeña promesa que le hizo Stephen a Peter. Y el Omega, se la creyó.

El Doctor preparó las cosas que necesitaría para sacarle sangre. Primero comenzó por ponerle la cinta en el bíceps para que las venas se le notaran. Después de eso, Stephen notó como el chico se tensaba aún más y las feromonas que ya expulsaba eran de miedo y preocupación. Realmente al Doctor estaba muy impregnado ya por ellas y le estaban causando efecto.

- Ven... de verdad que no pasa nada Peter. Si te relajas te aseguro que pasará rápido.

- Es que... de verdad que no me gustan...

Stephen juraría que los ojos del chico ya estaban llorosos. Verlo de esa manera le mataba de manera inconsciente. Y suspiró pesadamente.

El Doctor se levantó un momento y se sentó en el suelo justamente al lado del chico. Enseguida Peter se extraño por los movimientos del Alfa. El brazo de Stephen paso por los hombros de Peter y lo acercó a si mismo para que la cabeza del Omega quedará en su pecho. Literalmente abrazándolo.

- Relájate... haré lo que pueda por que sea lo más rápido posible.

Peter suspiro pesadamente al apoyar la cabeza en el pecho del Alfa. Mientras el mayor le daba pequeñas caricias en el cabello del chico. Enseguida el chico se relajo al notar el como las feromonas del Alfa le impregnaban.

- Voy a empezar, ¿vale?

El chico asintió muy relajado y con los ojos cerrados.

Stephen comenzó con todo. Buscó la vena y antes de que el Omega se arrepintiera clavó despacito la aguja. El chico gimió de dolor y su abdomen se contrajo, mientras el Alfa le seguía acariciando el pelo suavemente.

Cuando se llenó el primer bote, lo quitó y preparó otro. Y después de ese, preparó el tercero y el último.

Durante estos segundos, Peter no paró de respirar muy agitado y apretar la camiseta del Doctor. Mientras el hombre le acariciaba y apretaba el muslo con su mano derecha.

- ¿Ves? No fue para tanto.- dijo Stephen mientras le quitaba la aguja del antebrazo.

Peter no respondió pero tenía una cara de total desagrado y un puchero de dolor. El Doctor le puso un algodón en donde le había puesto la aguja para que no saliese sangre y la pequeña herida cicatrizase más rápido.

Y aunque el momento haya terminado, el chico seguía apoyado en el pecho del Alfa y agarrando la camiseta de este. Comenzó a sollozar muy poquito por el momento.

- Oye no, no llores.

Stephen le acarició suavemente la cara del Omega para calmarlo y se obligó a si mismo a expulsar una feromonas para intentar que el chico terminará de sollozar.

- Vale... ¿estas mejor?

Peter asintió.

- Esto a sido por tu bien y por tu salud. Has sido muy valiente.

No pensó mucho y simplemente actúo por instinto cuando besó suavemente la coronilla de Peter.

Enseguida el chico lo miró sorprendido, pero Stephen, aunque estaba cohibido por dentro, realmente intentó disimularlo por fuera.

Después de eso, simplemente reviso al chico como si nada hubiera pasado nada. Solo sacó la conclusión de que el chico estaba mejorando en salud física por unas partes pero por otras no. Ya que más moratones habían aparecido por su cuerpo y no entendía porque. Por mucho que a Peter le preguntaba que porque, este no respondía. Finalmente se rindió, se despidió y salió del cuarto.

Pero cuando cerró la puerta detrás suyo, enseguida tuvo que dejar el maletín en el suelo para doblarse a la mitad. De repente le había entrado un dolor abdominal muy fuerte, como si le hubieran dado un puñetazo. Además de un ardor en el brazo.

Una marca de enlace enseguida se formó en su antebrazo.

Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora