Lujuria - Supercorp

CAPITULO 10

KARA POV

Cuando la Hermana Moira nos asignó la tarea de ayudar en la cocina, me emocionó la idea de trabajar junto a la Hermana Luthor.

Disfruto llevándome bien con todas, y mientras ayudaba a otras en la cocina, por un momento me olvidé de la Hermana Luthor. Sin embargo, pronto me enfoqué de nuevo en ella y la vi en un rincón, dedicada a su tarea. Parecía tan concentrada que deseaba que nadie la interrumpiera. Me acerqué para ayudarle, esperando que no rechazara mi oferta. Para mi sorpresa, estaba cortando cebollas, pero se notaba que no tenía mucha experiencia. En un descuido, se cortó el dedo. Escuche que murmuraron algunas Hermanas sobre lo mal que lo hizo, y me dió un poco de coraje. Salí corriendo para ver cómo estaba y la encontré a punto de dirigirse a la enfermería. Sin embargo, se detuvo y chocó conmigo. Me comentó que no quería ir porque la Madre Moira la llamaría "inútil para cortar una cebolla". No respondí, simplemente la miré, y ella se retiró. La alcancé en su habitación, pero no respondía, así que entré sin más y me coloqué a su lado, ofreciéndole mi ayuda.

No protestó y me permitió curarle la herida. Fui muy cuidadosa, explicándole que en unos minutos dejaría de sangrar. Una vez envuelto, observó su dedo durante unos segundos hasta que escuché un "Gracias". Simplemente le respondí con un "De nada" y luego intenté decirle que podía confiar en mí. Sin embargo, sigue siendo tan reservada que no confía en nadie, y dejó claro que tampoco soy su amiga, al menos por ahora. Entiendo que tomará tiempo, pero sé que en el futuro no tan lejano seremos más que eso. Estaré aquí para escucharla y apoyarla en lo que necesite.

Me quedé observándola un rato hasta que me sacó de mis pensamientos.

—No deberíamos estar más tiempo aquí. La madre Moira podría estar buscándonos. —me dijo. —Debemos regresar.

La ignoré por un instante y me detuve a contemplar su habitación; esta es la segunda vez que entro. La primera vez no tuve tiempo de echarle un vistazo. Tiene una cama matrimonial (por un momento la envidié, tiene una cama tan grande para ella sola), en una pared había un estante lleno de libros, una pequeña mesa en una esquina con una lámpara de escritorio, su armario, el cuarto de baño y un pequeño sofá.

—Lees mucho —le dije.

—Sí.

—¿Cuál es tu libro favorito? —le pregunté, pero ver su rostro me hizo pensar que quizás nunca se lo habían preguntado —y bien?

—No te importa.

—¿Por qué siempre tienes que ser así? Solo estoy siendo amable contigo. Vamos, dime.

—Mejor salgamos de aquí.

No me moví de ahí y me acerqué a su estantería.

—Te diré si nos vamos

—No me gusta el chantaje —le respondí.

—Entonces, ¿quieres quedarte aquí? Bien. —iba a salir, pero mi impulso me ganó y le tomé el brazo.

—No te enojes, solo soy un poco curiosa por los gustos de las personas.

Me quedó mirando sin decir más, y salí de su habitación. Siguió mis pasos y nos dirigimos al comedor.

Me aproximé a una de las Hermanas con la que compartíamos en la cocina, y ella nos aseguró que no nos preocupáramos, ya que se encargaron al final de lo que faltaba. Les expresé mi agradecimiento y salí de allí para dirigirme al comedor. Serví mi porción y tuve que decidir entre comer con la Hermana Danvers o la Hermana Luthor. Al mirar a esta última, noté que evitó mi mirada, consciente de que no quería que estuviera allí. Así que opté por unirme a la Hermana Danvers para evitar más peleas.