CAPITULO 16

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KARA POV

La vi un poco perdida, decidí preguntarle qué le sucedía, pero su respuesta fue evasiva. Era evidente que algo la estaba afectando más de lo que admitía. También le pregunté si podría acompañarla, pero su misma respuesta seguía siendo "no".

Cuando comencé a conocerla, deseaba ser su amiga, quería que confiara en mí lo suficiente como para compartir lo que le preocupaba. Quería que se sintiera cómoda conmigo. Quería que se desenvolviera conmigo. Y no quería dejarla sola en este momento.

Decidí entrar, aunque estaba indecisa. La encontré con los brazos sobre el rostro, sumida en sus pensamientos. Esta vez, sin dudarlo, me acurruqué a su lado. Mi brazo rodeó su cintura y percibí su tensión.

―No me pidas que me vayas, solo quiero estar un momento así. ―dije.

No hubo respuesta, solo noté cómo poco a poco se fue relajando.

― ¿Qué pasa? ―pregunté.

―No es nada, solo estoy pensando de más―respondió.

―Puedes contarme lo que sea, también soy tu amiga.

―No eres mi amiga ―me dijo, y sentí un dolorcito en el pecho.

―Sí lo soy.

―No, no lo eres.

― ¿Por qué sigues siendo tan fría? ―pregunté.

―Soy así.

"No todo el tiempo lo serás", pensé para mí misma.

―Está bien, no discutiré más, te daré la razón ―dije resignada.

Ella se levantó y me quedo mirando, tratando de entender lo que le había dicho.

― ¿Qué? No quería perder este momento por seguir peleando ― expliqué.

―No estábamos peleando.

―Solo es una discusión.

―No estábamos discutien... ―la interrumpí con un beso.

―Mejor vuelve a acostarte ―la tomé del brazo y, sin poner resistencia, se acostó y volví a abrazarla.

Dejé que pasara el tiempo, sabiendo que eventualmente volveríamos a la normalidad. Estábamos inmersas en un momento tan íntimo que me resultaba difícil pensar en otra cosa. Sabía que en cualquier momento me pediría que me fuera, pero no quería que eso sucediera tan pronto. Me sentía tan bien así, a pesar de que era prohibido y estábamos en una situación complicada.

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no me di cuenta de que ella se había quedado dormida. Empezó a emitir pequeños ronquidos, lo que me sacó una sonrisa. Era un sonido tan humano y natural en contraste con la atmósfera tensa que habíamos tenido momentos antes.

Me pegué más a ella y la abracé con ternura. Sentí un escalofrío recorrerme cuando mi rodilla chocó contra su entrepierna y pude sentir su miembro. Emitió un pequeño suspiro, pero no quería que se despertara. Me quedé quieta por un momento, tratando de no perturbar su sueño. No lo hice con mala intención.

Fueron alrededor de 20 o 30 minutos, pero para mí se sintió como una eternidad. Cada segundo a su lado era valioso, aunque estuviera dormida.

Me siento cada vez más confundida. Mi afecto hacia ella está creciendo más de lo que debería, y eso es un problema. Me estoy alejando de mi propósito aquí, de lo que vine a buscar y de lo que Dios espera de mí. Este no era mi plan unos meses atrás. Llevo tres meses en este lugar y en dos meses más será Navidad, el momento de reunirme con mi familia una vez más.

Lujuria - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora