CAPÍTULO 27

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LENA POV

La levanté con un brazo mientras con la otra mano sostenía mi vaso de whisky. Azoté la puerta como pude y la llevé hasta la cama. Se separó de mí por un momento, dejando el vaso a un lado, pero nuestros labios se encontraron de nuevo.

El beso fue más intenso, más desesperado. Sentí su calor, su urgencia, y me dejé llevar por el momento. Todo el dolor y la soledad se desvanecieron en ese instante. Kara era la única persona que había logrado atravesar mis barreras, y ahora estaba aquí, conmigo. Solo que nunca se lo confesaría o, bueno, no ahora.

Kara, con su respiración entrecortada, susurró mi nombre, lo cual me hizo estremecer.

—Estoy aquí ahora, Lena. No iré a ningún lado —respondió, acariciando mi rostro.

Volví a besarla, acercándola más a mí. Mis manos recorrían su cuerpo, sintiendo el calor de nuestros cuerpos a través de la ropa. Deslicé mis dedos por su espalda, notando cómo se arqueaba bajo mi toque, cómo su piel se erizaba.

El ambiente era tan caliente, tan excitante. Esta vez, ella estaba al mando, besándome por todo el rostro. Mordisqueaba mi cuello, sabiendo que en unas horas aparecerían las marcas.

Mis manos se aferraban a su espalda mientras la sentía dominar la situación. Cada beso, cada caricia era una combinación de pasión y ternura que me hacía sentir más viva que nunca. Mi respiración se volvió más pesada mientras sus labios viajaban por mi cuello, dejando un rastro de fuego a su paso.

—Kara... —gemí, sin poder contenerme. Ella sonrió contra mi piel, disfrutando de su poder sobre mí.

Me dejé llevar, confiando en ella completamente. En ese momento, nada más importaba. Solo estábamos Kara y yo.

Esta vez, ella estaba más ansiosa que yo. Quitaba los botones de mi camisa apresuradamente, no traía sostén. Probablemente, ella agradeció por eso porque su boca fue a parar a uno de mis pechos. Sentía su lengua y sus labios recorriendo mi piel, y cada sensación se intensificaba, enviando oleadas de placer a través de mi cuerpo. Levantó sus brazos para sacarse la blusa. Mis manos se aferraban a su espalda, sintiendo cada músculo moverse bajo mis dedos.

Ella, sobre mí, restregándose en mi entrepierna, me excitaba cada vez más. Se levantó de mí y se quitó los pantalones. Alcé mi cadera y me bajé los míos, quedando en bóxers. Iba a quitármelos, pero su mano me detuvo. No dijimos nada, pero sabía lo que significaba.

Sus manos bajaron mis bóxers lentamente, aumentando la tensión. Tomó mi miembro con ambas manos, su toque suave pero firme. Su boca siguió el camino que habían dejado sus manos, y sentí su respiración cálida contra mi piel. La anticipación me hizo estremecerme.

Su lengua se deslizaba sobre mi miembro, haciéndome sentir una mezcla de placer y anticipación. Estaba completamente duro, y con su toque, sabía que podría correrme en cualquier momento. Pero no iba a dejar que todo terminara tan rápido, aunque fuera una tortura. Chupaba mi glande con una habilidad que me hacía perder la cabeza, sus movimientos eran precisos. Se levantó de mí y se sentó a horcajadas sobre mi, su humedad evidente contra mi pubis mientras se restregaba de arriba abajo. La sensación era increíblemente excitante.

—Ya quiero entrar en ti, Kara —dije entrecortado.

—Hazlo... hazlo... —respondió con un gemido.

La levanté ligeramente y busqué un par de preservativos en mi cartera. Mis manos temblaban de la anticipación mientras intentaba abrir uno rápidamente. Kara me miraba, sus ojos brillando a la luz tenue de la habitación.

Lujuria - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora