Lujuria - Supercorp

CAPÍTULO 18

KARA POV

Sigo sin comprender por qué le propuse ser amantes. Creo que las personas más cercanas a mí no creerían que fuera yo quien se lo sugirió. Siempre he sido la persona responsable, la que sigue las reglas. Al inicio, solo quería tener una amistad con ella, pero pienso que ahora va más allá de eso. No estoy segura de si es amor o simplemente una atracción intensa. Cada vez que estoy con ella, siento que me pierdo un poco más en sus ojos, en su sonrisa, en su ser.

Después de la plática en la que acordamos ser amantes, hemos tenido más de seis encuentros durante tres semanas. Cada vez que estoy con Lena, siento una mezcla de emoción y culpa. Sabía que esto no estaba bien, pero no podía evitarlo. Su toque, su mirada, todo en ella me atraía irremediablemente.

Así que eran más de seis preguntas las que le hice. Cada pregunta que formulaba durante esos momentos íntimos era una pieza más del rompecabezas que intentaba armar para conocerla mejor. Sin embargo, cada respuesta suya me llevaba a cuestionarme más sobre nuestros sentimientos y la naturaleza de nuestra relación.

—¿Cuál es tu recuerdo más feliz? —le pregunté una noche, después del encuentro.

—Probablemente, cuando pasaba las tardes con mi madre y mi hermano —respondió, con una sonrisa melancólica. —Aunque creo que no tengo muchos recuerdos felices.

Entendí su punto y no quise preguntar más.

—¿Qué es lo que más te asusta? —le pregunté en otra ocasión.

—Perder el control —dijo, mirándome a los ojos con una intensidad que me hizo estremecer.

A medida que las semanas pasaban, sentía que la conocía mejor, pero también me daba cuenta de lo complicado que se estaba volviendo todo. La barrera entre lo permitido y lo prohibido se desdibujaba cada vez más, y aunque disfrutaba de cada momento con ella, la culpa seguía pesando en mi conciencia. Cada encuentro era un recordatorio de lo que estábamos haciendo mal, pero también de lo que nos mantenía unidas.

Por otra parte, mi cuerpo reaccionaba ante esto. Mis ojos tenían ojeras y bolsas por desvelarme en las madrugadas para envolverme en su cuerpo. Cada encuentro nos dejaba agotadas, tanto física como emocionalmente, pero no podía resistirme a ella. A pesar del cansancio, me encontraba anhelando cada noche que pasábamos juntas, cada caricia y susurro en la oscuridad.

Me preguntaba cuánto tiempo podríamos mantener esto en secreto, cuánto tiempo podríamos seguir viviendo esta doble vida sin que nadie se diera cuenta. Sabía que estábamos jugando con fuego, pero el deseo y la conexión que sentía con la hermana Luthor eran demasiado fuertes para ignorarlos.

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En un mes, llegarán las vacaciones de Navidad y volveré a ver a mi familia. Tal vez eso me sirva para pensar bien y despejar la mente.

Quizás el tiempo lejos del convento y de Lena me daría la claridad que tanto necesitaba. Tal vez, al estar con mi familia, podría recordar quién era antes de todo esto y qué es lo que realmente quería para mi vida. Aunque la idea de separarme de Lena, aunque fuera temporalmente, me resultaba dolorosa, sabía que era necesario para mi bienestar emocional y espiritual.

Tenía la esperanza de que las vacaciones de Navidad me ayudarían a encontrar respuestas y, tal vez, a tomar una decisión sobre mi futuro. Pero, al mismo tiempo, temía lo que pudiera descubrir sobre mis propios sentimientos y deseos.

Continué con mi trabajo, redactando algunas notas que el padre Joe me pidió para el periódico local. Dos veces al mes, escribo actualizaciones sobre los trabajos que se realizan dentro del convento.

Esta tarea me ha servido mucho para despejar la mente.

Mientras seguía escribiendo, tratando de usar la vieja máquina de escribir cuyas teclas se atascaban de vez en cuando, pensé en la carta que recibí la semana pasada. Me felicitaban por mi estilo de escritura y, según la hermana Alex, provenía de una revista muy prestigiosa. Aunque no sabía mucho sobre el mundo editorial (y vaya soy egresada en periodismo), ese reconocimiento me hizo sonreír y sentirme un poco más segura de mis habilidades.