LENA POV
Me desperté tarde, habiéndome quedado dormida durante la tarde. Al abrir los ojos, recordé que Zor-El había estado aquí conmigo. No puedo permitir que sigan pasando cosas entre nosotras, no más. Al final, si continuamos, será más difícil para ambas.
Me levanté lentamente, estirando los músculos adormecidos y sintiendo el peso de mis pensamientos. Necesitaba tomar una decisión clara, algo que nos permitiera seguir adelante sin lastimarnos más. Pero, ¿cómo podría hacerlo sin causar aún más dolor? Miré alrededor de la habitación, buscando una respuesta que no llegaba.
Debía hablar con Zor-El, ser honesta. Aunque doliera, era lo mejor para las dos. Sabía que sería un desafío, pero no podía seguir ignorando la realidad de nuestra situación. El convento no era el lugar para nosotras, y mantener nuestra relación en secreto solo nos llevaría a más problemas.
Levanté la muñeca para ver la hora: eran las 2 de la mañana. Sentí una necesidad abrumadora de hablar con Zor-El, pero sabía que no podía ir hasta su cuarto. Seguramente estaría con la hermana Danvers.
Me levanté de la cama y empecé a caminar por la habitación, tratando de calmar mis pensamientos. Respiré hondo, tratando de tranquilizarme. Decidí que necesitaba escribir mis pensamientos, poner en orden lo que sentía. Fui al pequeño escritorio en mi habitación, encendí una lámpara tenue y saqué mi diario.
"No sé cómo expresar todo lo que siento en este momento. La confusión y el deseo me están consumiendo. Sé que este lugar no es el adecuado para lo que estamos viviendo, pero al mismo tiempo, no puedo dejar de pensar en ti. No puedo evitar desear estar a tu lado, incluso en medio de la noche, como ahora."
Las palabras fluían, pero no lograban despejar la tormenta en mi mente. Solo podía pensar que cada vez estaba más perdida con aquello que acababa de escribir. Cerré el diario y me acerqué nuevamente a la ventana, dejando que la brisa nocturna acariciara mi rostro. Tal vez mañana encontraría el valor para hablar con ella.
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Seguí con mi mañana como de costumbre. Me metí en mi cubículo y esperé a que ella llegara, pero no aparecía. Admito que me preocupé un poco. Salí de la habitación y, en el pasillo, me encontré con mi superiora.
-Hermana Luthor, buenos días.
-Buenos días -respondí.
-¿Sabe dónde está la hermana Zor-El? -pregunté.
-¿No te lo dijo?
En ese momento, Zor-El apareció junto a nosotras.
-Buenos días, hermana Luthor -dijo Zor-El.
-Bueno, respondiendo a tu pregunta, aquí está. Y quería decirte que he levantado el castigo a ambas. Esta mañana, Zor-El se acercó a mí y me contó lo bien que se han llevado estos días, así que ya no me preocupo más por ustedes. Así que, sin más, ya no te ayudará con tus deberes.
-Bueno, tampoco era de mucha ayuda -no pude evitar sonar molesta-. ¿O no, hermana Zor-El?
-Me encantó trabajar con ella, Madre, pero hay algunas cosas en las que no nos complementamos.
-Me imagino, pero en el fondo, tienen algo en común -dijo la superiora con una sonrisa enigmática. -Bueno, yo las dejo. Hoy me reuniré con otras hermanas de otra congregación.
Paso a retirarse y vi cómo Zor-El me daba la espalda sin decirme una sola palabra. Fui tras ella y la tomé del brazo. Ella puso resistencia, pero logré llevarla a uno de los salones vacíos.
-Podrías explicarme por qué no sabía nada -le exigí.
-Es lo que tú querías al principio, ¿no? -me cuestionó.
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Lujuria - Supercorp
General FictionKara, una joven con un corazón espiritual, nunca había sentido atracción hacia nadie, manteniéndose ajena a cualquier tipo de vínculo amoroso. Sin embargo, todo cambia cuando cruza caminos con Lena Luthor, la hermana menor del sacerdote Lex. Sin emb...