LENA POV
Sabía que esto era un error. No debió desafiarme así. Esto será como un bucle, no podremos parar y cada vez querremos más. Y esto no debería pasar. Es una pasión prohibida, ella es un alma pura que acabo de corromper. Aunque trate de convencerme de que fue un error, una voz en mi interior susurra que es lo que realmente deseaba. Pero ahora, enfrento las consecuencias de haber cruzado esa línea, y no estoy segura de cómo lidiar con la tormenta que se avecina.
Entiendo que mis últimas palabras fueron inapropiadas, pero no podía quedarme sin más, como si no hubiera pasado nada entre nosotras. Sé que, si no le hubiera dicho, ella no se habría ido en ese momento, pero ahora estamos en un camino peligroso que, aunque no quiero recorrer, ya hemos empezado a andar.
No niego que disfruté hacerlo con ella, la manera en que nuestros cuerpos se moldearon, la forma en que la tomé y cómo nuestras almas se entrelazaron. Sus gemidos, sus gritos, mi ser interior anhelaron esos sonidos, deseando que continuara gritando de esa manera durante toda la noche que compartimos.
Odio haber terminado de esa manera, terminado en un solo orgasmo y no en muchos. No poder poseerla de diversas maneras, explorando diferentes posiciones y formas de conexión íntima.
Al salir del baño, me di cuenta de que ya no estaba. Parecía que, por primera vez, había tomado en serio mis palabras y se había ido. Una extraña sensación de soledad y confusión se apoderó de mí mientras pensaba sobre lo sucedido. No sabía cómo enfrentar la situación ni qué consecuencias traería consigo nuestro encuentro íntimo. La habitación estaba llena de un silencio incómodo, y me quedé allí, contemplando lo que acababa de suceder y preguntándome qué camino tomaría a partir de ahora.
Al día siguiente, me desperté más tarde, admito que no pude dormir toda la noche por pensar en ella y en lo que pasó. Entré al comedor y varias Hermanas ya habían terminado de desayunar. La vi a ella, saliendo del comedor. Sabía que yo estaba ahí, pero no me volteó a ver y se fue. Me acerqué para servirme un poco de comida, sintiendo la tensión en el aire y preguntándome cómo sería enfrentarla después de lo ocurrido.
Terminé de desayunar y me fui a la oficina pastoral. Pensé que tal vez ella estaría ahí, pero no la encontré. Supuse que vendría después, pero pasó una hora y no había señales de ella. No podía concentrarme en mi trabajo; la tensión y las emociones de la noche anterior todavía estaban presentes en mi mente. Salí de la oficina y decidí buscarla sin llamar demasiado la atención. Recorrí los lugares donde pensaba que podría estar, pero fue en vano. Cuando estaba regresando, me encontré con Alex.
—Si buscas a la Hermana Zor-El...
—No... yo... no.
—Está en la habitación. La comida le cayó mal y se siente fatal.
Alex se dio la vuelta y se dirigió hacia la entrada principal. Supuse que saldría del convento. Mis pensamientos estaban en conflicto mientras caminaba hacia la habitación de la Hermana Zor-El.
Toqué la puerta por unos momentos, pero no obtuve respuesta. Los pasillos del convento estaban casi vacíos, ya que la mayoría de las Hermanas estaban ocupadas con sus deberes o impartiendo clases en los colegios del centro de la ciudad. No me quedó de otra más que entrar por la fuerza.La vi acostada de espaldas en su cama, se dio la vuelta y se levantó, su expresión cambió al sorprenderse por mi llegada.
—¿Por qué no has ido a la oficina? —dije sin evitar la mirada—. Recuerdas que debemos trabajar juntas.
—No me siento bien, la comida me cayó mal.
—¿Segura? —pregunté acercándome a ella—. Yo te veo muy bien —dije mirándola de arriba abajo.
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Lujuria - Supercorp
General FictionKara, una joven con un corazón espiritual, nunca había sentido atracción hacia nadie, manteniéndose ajena a cualquier tipo de vínculo amoroso. Sin embargo, todo cambia cuando cruza caminos con Lena Luthor, la hermana menor del sacerdote Lex. Sin emb...