CAPÍTULO 24

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Salió del salón y lo seguí.

—¿De qué hablas, Lex?

—Sígueme.

Salimos de la mansión hacia el patio, lejos de casa donde no pudieran escucharnos.

—Supe que no fuiste sola a tomar el "aire" —dijo, haciendo comillas con sus dedos.

—Habla claro, Lex.

—Papá me pidió que le tuviera listo el jet porque iba a tomar un vuelo hacia Suiza, pero me avisaron que lo habías tomado y hacia dónde te dirigiste.

—¿Sabe dónde fui?

—Sí, espera. Pedí que me dieran más información sobre con quién fuiste y vi en las cámaras que subiste con la hermana Kara. ¿Era ella?

—Sí.

—¿Y qué estabas haciendo con la hermana Kara en Seattle?

—Te responderé si me dices si mi padre se enteró con quién fui.

—No, Lena, él no sabe con quién fuiste. Le dije que viajaste sola y que John te llevó.

—Gracias.

—No agradezcas. Pero, ¿qué estabas haciendo con ella en Seattle?

—Solo dimos un paseo, Lex.

—Ustedes se odian, ¿cómo puedo creerte?

—... Está bien... Ella iba a tomar un autobús a Metrópolis, así que le ofrecí llevarla. Pero tuvimos una charla y... bueno... me he portado muy groseramente con ella... y solo quería que descubriera una nueva ciudad.

—¿La llevaste a la fuerza?

—¿Qué demonios, Lex? Claro que no

—¿Por qué la llevaste?

—Me dijo que quería conocer Seattle y no sé... Sentí que quería hacer algo bueno por ella, así que la llevé. Sabes que he sido duro con ella.

—Lo sé, pero bueno, está bien. A pesar de todo, tienes un buen corazón y has hecho algo bueno por Kara.

Asentí con la cabeza.

—Bueno, Lena, si eso es todo, me marcharé —sentí que no me creyó del todo. Mi hermano no era tonto, pero fingí indiferencia.

Mientras él no me cuestionara más, no quise darle más vueltas al asunto.

—Te veré más tarde, Lex —añadí.

Regresé a mi habitación para arreglarme para esta noche.

//

Retocaba mi ropa antes de bajar al salón, y escuché a la familia de mi padre llegar. Bajé las escaleras y atravesé el largo pasillo para llegar al salón, saludando a algunos de los recién llegados. Mi padre estaba junto con mi madre, saludando a mis tíos. Al parecer, también había amigos de la familia porque no reconocía a algunas personas.

—Lena, ven a saludar —dijo mi padre.

—Hola —saludé amablemente.

—Lena, él es el señor Rojas, nuestro socio de Tecnologías Obsidian.

—Un placer, señor Rojas —le tendí la mano.

—Igualmente, señorita Luthor. Su padre me ha hablado de usted.

—Lena llegó ayer del convento.

—Oh, pensaba que ella estaba con usted en la empresa.

—No, Lena prefirió una vida más calmada, alejada de la sociedad.

Lujuria - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora