La guerra.

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Las siguientes horas, sencillamente no existen. Me dejan vagos reflejos, pero no soy consciente de haber vivido. Me queda una imagen de Aitor preguntándome si estoy bien y yo respondiendo que necesito dormir. Otra de Ion tumbado a mi lado jugando y tocándome la cara. Aitor de nuevo, esta vez intentando obligarme a levantarme para comer algo. Yo negándome. Por fin, Aitor despertándome para avisarme de que Susana ha venido a casa y que quiere hablar conmigo. Yo le he pedido que me dejen descansar, pero al poco tiempo ha venido Susana al cuarto y se ha tumbado sobre la cama a mi lado.

Susana-. ¿ Va todo bien?. Estoy preocupada por ti.

Yo-. No estoy bien. Estoy extenuada mentalmente. Tenemos que hablar. ¿Qué hay de Dakota?.

Susana-. Se excusó por su conducta y asumió las directrices.

Yo-. Pídele a Xabier que chequee sus correos en su cuenta del sistema y fuera de él, desde el momento en que la ordenaste pensárselo. Tenemos un problema en USA. Quiero pedirte un favor.

Susana-. ¿La sustitución de Frank en la delegación?. No me puedes pedir que me aleje de mi familia tanto. Puede llevarnos mucho tiempo.

Yo-. No es eso. Es la fundación. Annabel Lee se ha hecho cargo hasta que Frank se reincorpore, pero no va a poder con ello. No sin ayuda. En cuanto empiecen los problemas más macabros, se podría romper, y eso es lo último que quiero. Es una buena chica. Quiero que Aitana viaje a USA a conocerla y a apoyarla unos días. A ti y a mí, nos vendría genial que tú te empapes bien de como trabaja Derek Starling al frente de Baskdone USA. Ese tío es un crack. Podemos decir que vas a ayudar en la sustitución de Frank, pero eso no me preocupa.

Susana-. ¿Cuánto tiempo?.

Yo-. Yo a ti ya, ni te pido, ni te ofrezco nada. Eres tan responsable de la compañía como lo soy yo, y Aitana lo es de la fundación. Ahora mismo yo no estoy capacitada para estar al frente de ninguna de las dos. Id el tiempo que estiméis necesario y actuad en consecuencia. Yo no puedo más. Necesito descansar y apoyarme en mi familia. Necesito estar cerca de Aitor y de Ion.

Susana me mira y se compadece de mí con su gesto. Me agarra una mano con las dos suyas. Calla un buen rato mientras piensa y yo me abstraigo en el infinito.

Susana-. ¿ Va todo bien con Aitor?.

Yo-. No. Ya te he dicho que nada va bien. Amo a Aitor sobre todas las cosas y sé que él me ama también. Pero me he dado cuenta de que tengo un problema. Soy adicta al sexo. Durante la convalecencia de él, esa parte ha estado dormida y no lo había valorado en su medida, pero desde que despertó esa faceta en mí, el día en que Maika se quedó a dormir aquí, lo he empezado a evaluar. La semana en América, cuando las expectativas mejoraron acerca del estado de Eric, casi me rompo. Y esta mañana al llegar a casa ha sido algo peor.

Susana-. No está recuperándose Aitor….

Yo-. Sí lo está haciendo. Hemos hablado un momento y después hemos tenido sexo. Yo me he preocupado en satisfacer mis necesidades, pero después, cuando él ha…  vaya, cuando hemos empezado a hacer el amor, él…  bueno, no ha sido el hombre que conocemos las dos. Eso no me preocupa a mí, pero sí lo va a hacer en él. Por eso quiero estar más tiempo cerca.

Susana-. Lo entiendo…

Yo-. No lo creo. Antes de que marches necesito que hables con él y aclares el conflicto que pueda tener contigo. Sé que te ama. ¿Recuerdas el día que me ayudaste a ducharle?. No es casualidad que su primera erección fuera contigo, y si te necesito para recuperarle, te lo pediré. No dudaré.

Susana me promete que pensará en todo lo que hemos hablado y después se va dándome un beso en la frente. El resto de la tarde solo ocurren dos cosas. Aitor consigue que me levante a cenar una ensalada de pavo y aprovechamos para mantener una reunión de diez minutos con Leire y con Jonathan, que están a cargo de la seguridad en ausencia de Gotzon y Paula, para ir conociéndonos. Después vuelvo a la cama. Me masturbo. Me abandono. Duermo.

El viernes por la mañana, en la dirección general de Baskdone, todo ha debido de complicarse poco a poco. Seguro que contaban hasta que hablé ayer con Susana, con que hoy, yo acudiría a trabajar. Todos los problemas y decisiones que habían ido postergando hasta mi regreso de USA, han empezado a requerir una actuación. Maite habrá evaluado cada decisión proponiendo una o varias opciones, que más tarde habrá presentado a Susana. Las reuniones por video con cada delegado de los viernes, le habrán complicado la jornada a la cúpula directiva y seguro que María Calderón e Itziar Lambarri, han tenido que modificar varias veces las agendas de todos. Pero también estoy segura de que en la planta de dirección, a medida que se acerca el mediodía, los nervios, el miedo, se van haciendo patentes por un único registro en la agenda. Una Videoconferencia con el abogado de un fondo de inversión. Susana ha hablado a las nueve de la mañana con Aitor. Este me ha preguntado si iba a ir a trabajar para decírselo a ella. Yo he dicho que necesitaba descansar.

A la una en punto del mediodía, el todoterreno de la empresa aparca en la zona de carga y descarga ante el edificio de Baskdone internacional en Bilbao. Me bajo del coche vestida con un traje de dos piezas negro azabache con raya diplomática, tacones cerrados de Manolo Blahnik, blusa blanca y corbata italiana negra y un pin en la solapa de Aldeas infantiles. Un coche de la policía municipal ha parado detrás para llamar la atención del conductor por parar en un sitio restringido, pero cuando el infractor ha abierto la puerta trasera y me han visto bajarme y que los dos nos dirigíamos al edificio, han continuado con su ronda. En el hall todo el mundo parece pararse al escuchar el sonido de mis zapatos contra el mármol travertino. Debería entrar más veces por el hall en vez de hacerlo desde el garaje. Es precioso. Desde la puerta del ascensor, Jonatan ha vuelto al coche. Yo subo a la planta de dirección de Baskdone.

El respeto o impacto que he percibido que provocaba mi presencia en el hall o en la calle, al abrirse la puerta del ascensor se transforma en una sensación de descarga de tensión. María se levanta sonriente al verme y me dice que le alegra verme, que no contaban con mi presencia hoy. Yo, la saludo con dos besos. También a Itziar, aunque esta intenta esconder su alivio. Desde que tuvo el incidente en el que Iker se aprovechó de ella para acosarme, no he podido volver a hacer que confíe en sí misma y trabaje sin presión. No cesaré en mi intento de recuperar a esta buena chica, a pesar de que el daño psicológico que sufrió en pocos meses, fue devastador para su autoestima. Voy a mi oficina, donde están reunidas Susana y Maite, pero antes le pido a Itziar que cite a Xavier, el director informático, en mi despacho urgentemente. Maite se alegra mucho de verme. Susana respira… la siento muy agobiada. Hablamos unos segundos en los que me ponen al día de varios temas. Antes de que salga el asunto del abogado, entra Xavier en el despacho. Yo corto la conversación de Susana y Maite y le pido a Xavier que empiece a trabajar en mi escritorio . Me siento a su lado, enfrentando la cámara web a los dos, y en la aplicación para las conferencias seguras, busco el contacto de Dakota y de Nikolas. Programo una reunión urgente. Dos minutos  después, los dos están en línea.

Yo-. Nikolas, Dakota, buenas tardes. Asiste a esta reunión urgente Xavier Azpuru, como director de desarrollo informático de Baskdone internacional. Quiero hacer referencia en primer lugar a la reunión que se desarrolló entre vosotros dos y Susana Arrieta, asistida esta por Maite Lazcano, ambas, en representación mía, de este mismo mes, para tratar la exclusión de Cirus, como cliente de esta multinacional, por orden directa mía. ¿ Hay alguna duda en referencia a esa orden, que no haya quedado nítidamente aclarada por la señora Arrieta?.

Nikolas-. Ninguna. Se ha informado al cliente y se han desestimado los presupuestos que había pendientes. Quedan varios trabajos en ejecución, a los que hemos dado prioridad.

Yo -. ¿Dakota?.

Dakota-. Tras mis reservas iniciales y un proceso de meditación, esa medida está asumida por mi parte también. No hay dudas.

Yo-. Xavier, por favor, bloquea ahora mismo todos los permisos digitales en el sistema de la señora Dakota McFall. Señora McFall, con fecha del lunes pasado y después de su segunda reunión telemática con la señora Arrieta, desde su equipo electrónico se dio preferencia a un presupuesto nuevo de entidad elevada. Esa acción nos ha hecho investigar y hemos detectado varios correos electrónicos entre usted y el señor Andy Warhall, directivo de la empresa Cirus Limited. En ellos el señor Warhall y usted elaboran una estrategia para enmascarar trabajos para esa compañía usando una filial, Merchanding loweast, con sede en UK. Esto representa un delito contra la propiedad industrial que será puesto en conocimiento de las autoridades. También representa una traición a esta familia. ¿Tiene algo que objetar?.

La cara de Nikolas es muy triste. Se ha sorprendido al principio, pero tampoco demasiado. Después ha asumido la traición y está herido. Dakota ha empezado a llorar incluso antes de que yo terminara de hablar. Ahora está desconsolada. Niega con la cabeza en mitad de su sollozo.

Yo-. Dakota, esto ahora es personal. Deposité en ti mi confianza y has traicionado todo lo que yo represento. Me encargaré de que tu arrepentimiento iguale a mi decepción. La seguridad del edificio te acompañará a la calle.

En ese momento Xavier ordena vía mail, entrar en el despacho de Dakota a la seguridad, que sin darle tiempo de coger nada más que el bolso tras registrarlo, la sacan de la sala.

Yo-. Nikolas, deberás tener más cuidado en adelante. Dakota era subordinada tuya y se te ha escapado un gran problema. Ahora, evalúa bien la situación de Cirus y limita los contratos enmascarados que pueda haber aparte de los de ML.

Cierro la llamada y le pido  Xabier que revise a conciencia el sistema completo de la dirección de la delegación de Londres. El sale del despacho. Maite me pregunta sorprendida acerca de la información. Yo sigo en persona todos los movimientos de Dakota desde hace quince días. Susana me mira absorta. Es la una y media, aún queda tiempo. Le pido a Maite que nos deje solas unos minutos. Después trato de acercarme a Susana.

Yo-. Tienes mala cara. ¿Va todo bien?.

Susana-. Joder, eres terrible. Ayer estabas derruida, ni siquiera te parecías a ti misma, y hoy haces esto y das la apariencia de ser la persona más fuerte del mundo. Ayer me pediste que diera un paso al frente. Nunca voy a estar a tu altura. No concibo como eres capaz de todo esto. Después de hablar el lunes con Dakota, me olvidé del tema. Di por hecho que estaba zanjado. Y tú, sabías que esto podía pasar y ya te habías anticipado a mí misma.

Yo-. Ayer estaba derruida. Hoy sigo estándolo. Este es mi trabajo, mi responsabilidad, y la asumo. Ayer te pedí, te supliqué, ayuda en lo profesional y en lo personal porque no puedo más y porque eres la única persona del mundo que puede ayudarme. No confío en nadie, más que en ti en esta empresa. Estás más que sobradamente preparada y eres tan buena como yo para hacer este trabajo. Puede que se te haya escapado lo de Dakota, pero me superas a diario en muchas otras cosas. En lo personal, ya no es por tu relación con Aitor. Me fio tanto de ti, por mi propia relación contigo. Te quiero y sé que la maldad no tiene cabida en tu corazón. No me cuesta ningún trabajo abrir mi jaula de dragones ante ti, porque siempre que has podido me has ayudado en todo. Además, estoy en deuda contigo por presentarme a Aitor.

Susana-. Ayer antes de marchar, hablé con él. Tienes razón. Aitor tiene un problema de autoestima o algo parecido. También le queda una fijación por lo que pasó con África. Lo siento… yo pensaba que eso estaba superado… Su problema de precocidad contigo le estaba preocupando también. Hemos quedado que vamos a hablar él y yo para que pueda mejorarse y volver a ser él, cuanto antes. También tuvimos ocasión de hablar de tu adicción. No sé sorprendió. Quiso asumir la culpa, justificándote por los meses de abstinencia. Yo le persuadí de hacerlo. Me prometió que te entendería y que te apoyaría. Ahí también tenemos trabajo.

Yo-. ¿Y Aitana?.

Susana-. Iremos a NY. Pero tú te harás cargo de las niñas. Tenemos planeado ir las dos una semana. Después volveré yo y la semana siguiente nos relevaremos.

Yo-. Me parece adecuado. Pero si se alarga, pasaréis tiempo sin estar las dos juntas más que uno o dos días cada semana a lo sumo. ¿Lo habéis pensado bien?.

Susana-. Empiezo a estar mayor para volver a las video llamadas sexuales. Pero así estuvimos mucho tiempo. Haremos lo que debamos hacer.

A las dos menos diez, Maite vuelve a entrar y nos servimos café. Hago pasar a María para que esté presente también. Quiero que aprenda bien y la llamada que nos espera, puede ser muy didáctica para todos. Le ofrezco café también a María y me enfrasco en una charla muy relajada con ella mientras esperamos. María está aprendiendo muy rápido y solo me está costando en parte, que se relaje conmigo, que no me trate como a su jefa, sino como a una compañera con más responsabilidad. A las dos en punto me siento en mi escritorio con las demás sentadas en los sillones viendo la conversación en un equipo portátil, que Xabier ha preparado para que emita las señales mías y del abogado.

Yo-. Letrado Puente, es un placer.

Abogado José Puente-. El placer es mío, por perseguido. Es usted una señora difícil de contactar.

Yo-. Me consta su perseverancia, pero lo que no consigo comprender es esa insistencia para un mismo resultado. Baskdone internacional no busca ningún tipo de operación financiera. De ser así, tampoco lo haría en mercados periféricos ni con grupos opacos. Le agradezco su buena voluntad y le pido disculpas por su tiempo mal invertido.

Puente-. Señora Zugasti, déjeme al menos señalar la relevancia de mi grupo y los beneficios que podríamos obtener todos de un acuerdo mutuo. El grupo Panamá Iberia, no solo está interesado en formar parte del capital social de su empresa, también de utilizar todas sus herramientas para favorecer los intereses mutuos que se creen con el acuerdo, facilitando contrataciones y ampliando horizontes.

Yo-. Señor Puente. La compañía Baskdone, ya tiene acceso al mercado que le ocupa y se expande en función a unas directrices marcadas. En lo básicamente monetario, encontraríamos, de estar interesados, financiación en el mercado regulado. Agradezco su ofrecimiento, pero transmita a los inversores de su grupo, sean quienes sean, que no estamos interesados. Deles las gracias de igual manera.

Puente-. Señora Zugasti. No sea tan egoísta. Mis clientes pueden ser muy beneficiosos o muy convincentes.

Yo-. Señor Puente, gracias de nuevo por la perseverancia, pero le repito que no va a conseguir nada con eso.

Puente-. Seré claro, visto que en lenguaje más formal no lo entiendes. Mira cariño, a ti esta breva te ha caído del cielo. Te has encontrado con un holding que te ha hecho de oro. Si valoras lo que tienes, es hora de que empieces a ser generosa y dejar mover toda esa maquinaria que te han regalado, para beneficio de todos. Además, te saldrá a cuenta. Ganarás dinero directamente y seguirás jugando a que eres la súper jefa de todo ese circo.

Yo -. Señor Puente, la empresa que gestiono, responde ante una junta a la que sirvo. Esa junta no tiene intención de buscar liquidez. Dado su tono, le agradezco la charla a la vez que la doy por finalizada.

La mujer que vendió el mundo. Tercera entrega de Virginia Zugasti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora