capitulo 18

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Una semana había pasado desde ese fatídico día y no hacía otra cosa que culparse a sí mismo por no haber intervinido a tiempo para evitar que apuñalaran a Monett. No sabía como fue tan estúpido como para no sacarla de ahí el mismo instante que la vio de ese callejón que ahora recordaba da manera amarga.

Los agentes de Bow Street no le daban esperanzas de poder encontrar al culpable pues este tipo de crímenes eran comunes en el East End. Quería tener al malnacido de frente y hacerle cosas que nunca admitiría en voz alta, Dios sabía que no era un hombre violento, pero solo pensar que esa persona iba por la vida sin consecuencias le helaba la sangre. La explicación de los agentes no termina de satisfacerlo pero la prioridad en esos momentos era que al fin despertará. No importaba si el hombre se podría en el fondo del Tamesis si se llevaba al amor de su vida con él. 

Sus días se habían vuelto un rutina monótona, donde solo podia esperar y pedir en silencio que ella regresara a él. Solo se marchaba de la casa de Lord Bristol para asearse y traer ropa limpia de su casa y si surgia alguna emergencia. Al menos sabía que la  construcción había podido reanudar sus funciones normales y en dos dias habian podido terminar el area de almacenamiento, que más bien era question de limpieza y asegurarse que no hubiera humedad, y transportar el algodón desde el almacenamiento provisional.

Blake se estaba encargando de la mayoría mientras él se mantenía preso de la angustia esperando que el conde le permitiera entrar al cuarto de Monett acompañado de su persona o Adrian. Dormía en una de las habitaciones de huéspedes, o al menos lo intentaba, hacia al menos dos comidas con Lord Bristol y Adrian, quienes no se atrevian a pedir que se marchara. Intentaba mantener las esperanzas intactas aunque cada día que pasaba era más difícil no caer en pensamientos pesimistas que intentaba alejar cada día con más fuerza.

Miro al reloj impaciente por la llegada de los abogados dispuesto a marcharse y postergar el asunto al menos hasta el día siguiente, nada era más importante que estar al lado de su futura esposa. Había cumplido con su palabra y la reunión con los obreros resultó un éxito y las protestas, al menos en su fábrica, ya no eran un problema. Otros asuntos podían esperar y si los abogados no se iban a presentar a tiempo podían mandarle una carta con los detalles para evaluar la urgencia. Cuando estaba por levantarse el señor Merk con expresión lugubre cruzó el umbral junto a Blake Pears y su aprendiz que siempre le acompañaba.

–No tenemos buenas noticias Milord, la corona aun exige boda, no hay otra salida– comenzó explicando el letrado después de los saludos correspondientes. El hombre parecía cansado, el pobre no había descansado en días, preparando evidencia para el representante de la corona. Tenia permisos firmados antes del incio de la construcción, además de juntar testimonios de la buena moral de las americanos y el balance de cuentas de las últimas gestiones demostrado su poder adquisitivo que superaba con creces a cualquier noble.

El silencio en la habitación solo ponía al letrado aún más nervioso pero Brandon no tenía nada que aportar y ese día parecía que el espíritu usualmente animado de Blake tampoco quería hacer acto de presencia obligando al letrado a ser quien tomaba la palabra de nuevo.

–Eso o los Pears tienen 30 días para marcharse de Ingaterra. Al menos uno de sus integrantes debe contraer nupcias con un inglés. La opción más  factible es la Señorita Johana. Aunque su compromiso ha sido anunciado dadas las circunstancias de su prometida... usted... podria... ya sabe– carrapeo el abogado mostrando el documento con el sello real donde explicaba que un extranjero sin una conexión a Inglaterra no podía poseer tal capital.

–No puedo romper el compromiso con la dama, menos cuando ella está entre la vida y la muerte– bramó tomando el whisky que Blake le había ofrecido de un solo trago, lo que el hombre le proponía era una Barbaridad.

Silenciosa Promersa (club anti-libertinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora