Capitulo 7 (parte 2)

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Monett tenía por costumbre esperar a que su hermano llevara a casa panfletos escritos por autores anónimos acerca de problemáticas sociales en el país y Europa en general. Ella nunca había salido de la comodidad de West End, pero sabía por lo descrito en dichos panfletos que la realidad en East End era muy diferente a la suya y la de sus pares. Ya había leído muchos filosos, entre sus favoritos Descartes a quien citaba internamente cada vez que sentía que estaba siendo irracional, John Lock y por supuesto Aristotles. A ella le gustaba pensar que su vida se regia por los mejores pensamientos de esos grandes hombres. Especialmemte Aristoteles ella deseaba en su interior vivir una vida regida por la continua búsqueda de ser mejor y cumplir objetivos para ser una persona plena. Aunque aquella afición era algo que únicamente compartía con su hermano quien le había advertido incontables veces no decir una sola palabra a su padre, amigas o cualquier ser ser viviente en general. Era el secreto que hacía que su relación de hermanos fuera funcional de alguna manera, ese tiempo compartido los había ayudado a desarrollar un respeto mutuo y a conocerse mejor.

Esa mañana despertó con el ánimo renovado esperando el nuevo panfletos que debería haber sido publicado por esos días y como siempre Adrien no la defraudó invitandola al despacho que aun conservaba en su casa para juntos leer que sucedía en Londres en sus circulos sociales no tan favorecidos. No le sorprendió encontrar el nombre de él señor Pears y Lord Burford siendo questionados por la fábrica que daría inicio a sus operaciones en las próximas semanas. Era la primera incursión del empresario fuera de América y aunque tenía fama de ser muy justo y dar a sus empleados lo que correspondía, el trabajo infantil seguía siendo duramente questionado y a medida que la cantidad de textileras y fábricas dedicadas al metal aumentaban también las exigencias por regulaciones y mejores tratos a los empleados, por lo que cualquier nueva empresa era duramente questionada y blanco de críticas por parte de estos escritores anónimos, seguidores de Rosseau y que ella admiraba hasta cierto punto.

–Burford debe ser sumamente cuidadoso, yo sé que su familia depende de como vayan los negocios con los Pears, pero la presión por jornadas laborales más cortas está afectando varias fabricas.

–¿A que te refieres?

Adrien guardó silencio dudando si decirle aquello o no. Su hermano estaba al tanto de los rumores sobre ella y el Conde y aunque nunca existió un cortejo formal si hubo un acercamiento que demostraba su claro interés en ella. Desde que Brandon se marchó su hermano evitaba a toda costa mencionarlo frente a ella, era como si el tema estuviera prohibido en su casa

–La familia de Lord Burford esta prácticamente en la quiebra, Lord Saint Albans ha administrado de manera terrible las finanzas del Ducado.

Se quedó impactada con la nueva información pero no demostró interés exagerado en el tema. Lo único que pensó fue en su amiga Elizabeth quien esperando al candidato perfecto se negaba a considerar aceptar a caballeros perfectamente aceptables. El club no estaba fundado en el rechazo total a los hombres, el problema eran los libertinos descarados que se acercaron a ellas con la intención de robar su virtud o tras el dinero de sus dotes. Podía jurar que su amiga estaba convencida que cada caballero que se acercaba a ella solo pensaba en la compensación monetaria que podía darle la hija de un duque y en el status social. No podía revelar dicha información a sus amigas,  sinembargo se prometió ayudar a Elizabeth a escoger un esposo que pudiera cuidarla si algo sucedía con los Duques, no quería que su amiga quedara a la deriva en el peor de los casos.

Esa tarde se reunirían en casa de Elizabeth para hablar del baile al que las cuatro estaban invitadas esa noche y ahí aprovecharía para hacer una lista de partidos considerables que seguro asistirian a la velada. Al ser la primera temporada de Lady Alice Lowelace, la duquesa quería asegurarse que su hija se expusiera en sociedad y que mejor manera que ofrecer un baile en su casa, aunque muchos sabian que el verdadero objetivo era buscar esposa para su hijo el Conde de Worcester. La duquesa siendo tan peculiar como era y con ayuda de su amiga Lady Granby habían llegado a la conclusión que un baile de máscaras era lo suficientemente atractivo para ser uno de los eventos más importantes de la temporada y siendo ambas familias tan distinguidas todo Londres estaría ahí esa noche.

Silenciosa Promersa (club anti-libertinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora