Monett puso su mejor cara de fastidio, que esperaba fuese lo suficientemente evidente para Lord Burford lo notara, no le daría la importancia como para mostrarle que era incapaz de llevar a cabo una tarea si él estaba cerca, no señor. Ella era todo uñas y dientes, no una dama de voluntad débil y docil temperamento, tenía opiniones, lo suficientemente bien fundamentadas para ser escuchadas y atendidas, tenía aspiraciones, aportes que esperaba en algún moemnto fueran escuchados, el conde solo era una piedra en su zapato, una escandalosamenta atractiva, claro estaba ¿Como podría verse reducida ante un hombre de esa manera? Era una afrenta a sus propios principios, unos que estaban cimentados a base de aprender de la experiencia y hechos comprobados, estaba mas que probado que Lord Burford solo traía desgracia.
-Deberíamos comenzar por el laberinto el texto dice de manera "El camino comienza cuando los amantes se encuentran, perdidos en la oscuridad de su propia necedad, aturdidos por la naturaleza de sus secretos deseos, solo la belleza de Venus y el coraje de Marte, los hace doblegarse ante la verdad oculta en el alma"- leyó con behemencia como si estuviera recitando para ella palabras de su puño y letra y no un acertijo culaquiera, esa era otra de las cualidades que endiosaban al hombre, le imprimía a todo un toque personal y se apropiaba sin esfuerzo de todo en cuanto ponía sus ojos azules.
-¿Por qué el laberinto?- preguntó percibiendo como su alrededor cada vez más parejas emprendían su marcha hacia donde pensaban que estaba alguno de los tesoros, eso incluyendo a las integrantes del club de las que no quedaba ni rastro, Lady Granby había trazado la mejor de las estrategías.
¿Como podrían mantener el frente protegido si todos los soldados estaban en descanso?
-Por la fuente con Cupido al medio del laberinto. Claramente se esta refiriendo al hijo de Venus y Marte: Eros, popularmente conocido como cupido y en ocasiones, como en la fuente de los marqueses, se representado con una venda, porque el amor nace del alma no de la apariencia- explicó el Conde después de reflexionarlo, esa era quizá otra cosa que agregar a su lista de virtudes, nunca hablaba sin antes pasar sus palabras por un riguroso análisis.
Si seguía enumerando sus cualidades iba a terminar no solo perdonando al descarado sino también rindiendole pleitecia.
-Suena lógico Milord- aceptó emprendiendo la marcha hacía donde un laberinto perfectamente podado se erguía en uno de los laterales del jardín, que era todo elegancia y buen gusto.
Sentía la presencia del Conde detrás suyo siguiendo cada uno de sus movimientos con estudiada calma, no es como si fuese alguien que se pudiera ignorar, le sacaba media cabeza (quizá solo un poco más), era sumamente consciente de cada uno de sus movimientos, aun cuando se mantenía a una distancia prudente y en sepulcral silencio.
Se adentraron en el laberinto, donde lo primero que logró visualizar fue a Giana siendo guiada a la salida por su hermano de forma casi precipitada, ella intentaba seguirle el paso, pero Adrien no parecía nisiquiera enterarse del esfuerzo que su amiga hacia por alcanzarlo. Su hermano era cero dado al romance, todo un antítesis a lo que represantaba Georgiana, él prefería mantener relaciones mas casuales y no es como que ella fuera una entrometida o que él comentará sobre sus inclinaciones amorosas con ella, pero no era un secreto para nadie su falta de interes en el matrimonio además a casa siempre llegaban cartas de parte de viudas y damas de dudasa reputación y recordaba perfectamente hacía casi un año a una dama que se plantó una tarde en su casa para reclamar su falta de tacto al romper su relacion.
Giana merece ser rescatada además mi hermano es un libertino, el código me obliga.
-No se lo acurra ir con su amiga- la detuvo el Lord Burford adivinando sus intenciones y sujetandola del brazo.
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Silenciosa Promersa (club anti-libertinos)
Historical FictionMonett no es la típica beldad inglesa que se pasea por los salones esperando que un perfecto caballero quede prendado de su belleza y pida su mano en matrimonio. Para empezar la castaña es mitad francesa, para continuar está tan resentida con el amo...