𝐁𝐁 | Haciendo todo lo posible por ascender en el mundo policial, aceptas un trabajo de encubierto en un famoso club dirigido por un presunto señor del crimen: Anakin Skywalker. Tu trabajo consiste en descubrir los secretos letales que se esconden...
"Cuanto más amas las rosas, más tendrás que soportar las espinas
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—Maldita sea—, murmuré para mí misma después de perder una uva, que parecía haber rodado debajo de mi sofá después de mi fallido intento de atraparla con la boca.
Decir que estaba aburrida sería quedarse corto. Cada minuto angustioso transcurría sin descanso y el tic-tac constante del reloj que colgaba encima de mi televisor solo lo hacía parecer más lento.
Era como si realmente estuviera en la escuela, sentada en un pupitre y mirando el reloj con mi mochila lista para irme. Mis ojos seguían el segundero rojo del reloj con un pie en el pasillo, anticipando ese dulce sabor de la libertad.
Excepto que estaba sentada en mi sofá y en lugar de esperar ansiosamente la libertad, estoy esperando escuchar algo interesante en el portátil que tengo sobre la mesita y que está transmitiendo todos los sonidos de la oficina de Skywalker. O para que este día termine y estar un paso más cerca de volver a ese club. Me vendría bien un poco de acción y algo que me mantenga ocupada, no estoy acostumbrada a estar tanto tiempo sola o desocupada, estoy acostumbrada a estar en el trabajo o con Connor.
Así que para no volverme completamente loca, he pasado las últimas horas jugando un juego de niños y perdiendo comida debajo de cada mueble de este solitario apartamento.
También puede que me haya rasguñado el ojo con un maíz tostado gracias a un horrible lanzamiento y una mala coordinación. No soy el tipo de persona que debería estar tanto tiempo sin supervisión.
Suspiré, decidiendo olvidar eso y volví mi atención a la computadora portátil en la mesa de centro. Lo único que oía y lo único que he estado oyendo durante las últimas horas, era el sonido de las teclas de su computadora.
Solo ha venido una persona más a su oficina hoy y fue Piett. Y de lo único de lo que hablaron fue sobre un problema con uno de los envíos de licor, e incluso esa conversación duró apenas cinco minutos.
Tenía la esperanza de conseguir algo que nos interesara, pero eso sólo ocurrirá si realmente habla de sus actividades ilegales al alcance del micrófono. Pero de nuevo, tal vez sea demasiado inteligente para eso; ha sido evasivo durante años, así que no me extrañaría que fuera tan precavido y no hablara de ello en un lugar en el que no se sintiera seguro al cien por cien. El único lugar al que probablemente consideraría seguro es su casa. Y desgraciadamente ese no es un lugar al que yo pueda acceder fácilmente.
Observé cómo las líneas bailaban en la pantalla, subiendo y bajando con cada cambio de sonido hasta que comencé a sentir que mis ojos se cerraban. La computadora portátil grababa todo automáticamente de todos modos, así que una pequeña siesta no me vendría mal.
Agarré la delgada manta que descansaba en el respaldo del sofá y me cubrí mientras agarraba una pequeña almohada para colocarla detrás de mi cabeza para mayor comodidad.
