𝐁𝐁 | Haciendo todo lo posible por ascender en el mundo policial, aceptas un trabajo de encubierto en un famoso club dirigido por un presunto señor del crimen: Anakin Skywalker. Tu trabajo consiste en descubrir los secretos letales que se esconden...
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Los celos son una emoción tan fea, lleva a los corazones más puros a la locura y a veces hacemos cosas que no haríamos normalmente por un rencor innecesario.
Tómame como ejemplo, bailar con un extraño sudoroso con su evidente y grotesca erección rozándome, definitivamente no es lo mío. Pero me gusta combatir los celos con celos haciendo que el otro se sienta peor que yo. Sé que es una táctica horrible, que sólo añade más leña al fuego, pero en este momento... no me importaba.
Así que eso es lo que intentaba hacer, ya que sabía que esto lo volvería loco. Y a juzgar por su mirada enfadada y sus pasos intimidantes, lo conseguí. Pero todos reaccionamos de manera diferente ante los celos, como dije, a mí me gusta echar gasolina al fuego para crear un fuego aún más grande, ahora me pregunto qué es lo que va a hacer él.
¿Hará lo mismo o lo extinguirá?
Levanté mis brazos y los coloqué detrás de mí para acariciar el cuello del hombre mientras me balanceaba de un lado a otro, sus manos descendieron por mis caderas y se detuvieron en mis muslos. —Eres hermosa, princesa— murmuró con acento cerca de mi oído. A pesar de estar un poco sudado, no olía mal, de hecho olía bien, como un frasco nuevo de colonia. Y no de las baratas.
Sonreí mientras Anakin se abría paso entre la multitud hacia mí. Ahsoka bailaba con su propio desconocido mientras observaba a su hermano acercarse con intriga, antes de desviar la mirada hacia Piett, que apretaba con rabia la barandilla del segundo piso al verla bailar con otro hombre. Lo cual sé que sólo lo hace para provocar una reacción en él, ella asegura que le encanta su lado celoso por razones que prefiero no repetir: son un poco subidas de tono.
—Sé que lo soy— murmuré después de volver a centrar mi atención en mi pareja de baile. Después de todo, así es como conseguí casarme con el policía más guapo de mi departamento y ahora me buscaba un famoso criminal que también resulta ser el hombre más guapo que existe.
Ya lo he dicho, Anakin es más atractivo que mi propio esposo y tal vez sea sólo el alcohol el que habla por mí, no lo sé, pero en este momento, verlo acercarse hacia mí con las luces resaltando sus rasgos, lo asemejaba a la belleza de un ángel.
—Una chica con confianza, me gusta— el hombre apretó mis caderas justo cuando Anakin se abrió paso a través de la última persona para llegar hasta nosotros. Hice como si él no estuviera allí y me concentré en la música y en el ritmo que enviaba vibraciones por todo mi cuerpo. Hasta que sentí que me apartaba del agarre del hombre. —Oye, estaba bailando con la señorita— se quejó cuando mi espalda ya no estuvo contra él, sino que ahora estaba frente a Anakin, nuestros ojos se encontraron y se clavaron en una mirada intensa y emocionante.
—Ya no, ella está bailando conmigo. Ahora vete antes de que te eche de mi club— dijo con calma, tomándome por sorpresa.
Esperaba que fuera más agresivo, dado lo molesto que parecía. Pero cuando percibí la falta de alcohol en su aliento, lo comprendí. Estaba completamente sobrio, por lo tanto no estaba bajo la influencia del alcohol como el día que amenazó a ese hombre delante de mí por negarse a pagar. Así que era su yo normal y tranquilo.
