𝐁𝐁 | Haciendo todo lo posible por ascender en el mundo policial, aceptas un trabajo de encubierto en un famoso club dirigido por un presunto señor del crimen: Anakin Skywalker. Tu trabajo consiste en descubrir los secretos letales que se esconden...
"Algunos días te sentirás como el océano. Otros días sentirás que te estás ahogando en él."
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Observé cómo Skywalker se acercaba lentamente al grosero cliente, sus ojos investigándolo con una expresión de asco. —Cómo te atreves—, le arrebató la bebida sin pagar de la mano mientras su espalda chocaba contra la barra. —Vienes a mi club, insultas a mi empleada e intentas robarme—, sostuvo la lata frente a su cara antes de abrir la mano y dejarla caer al suelo.
Ahsoka suspiró a mi lado. —Maldita sea, me hará limpiar eso—, gruñó en voz baja con fastidio mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en el mostrador detrás de nosotras para ver el espectáculo.
Ninguna de las dos estaba preparando bebidas ahora, ya que ni una sola persona se atrevía a hablar en este momento y la mayoría ya se había apartado para evitar quedar atrapados en medio de lo que estaba a punto de ocurrir.
Yo, sin embargo, permanecí en el mismo lugar, observando con curiosidad y ansiedad los acontecimientos. Rogando para no presenciar nada lo suficientemente drástico como para que mi lado policíal quisiera intervenir. —Yo-yo no estaba robando, iba a pagarlo, lo juro—, su voz temblaba de pánico, casi de la misma manera que lo hizo Arturo en la cocina antes.
No fue hasta ahora que me di cuenta de cuánto miedo puede infundir este hombre en las personas con una simple mirada. Puede parecer dulce, amable e incluso cariñoso; pero en este momento, recordó que es un presunto asesino a sangre fría. Y digo presunto porque no hay pruebas reales de que haya hecho daño a nadie, pero está claro que hay mucho más en él detrás de ese rostro engañosamente hermoso y esos ojos entrañables.
—No mientas, odio a los mentirosos—, sonrió, sus palabras hacían que mis palmas sudaran hasta el punto de que tuve que limpiarlas sutilmente contra mi delantal.
Soy una mentirosa. He estado mintiéndole desde el día que lo conocí, ¿qué me haría exactamente si de alguna manera se enterara?
—¿Por qué estás temblando?—, inclinó la cabeza soltando una risita baja y por un breve instante mi mente pensó que me estaba hablando a mí, principalmente porque estaba temblando. Pero me recompuse y me recordé quién soy y que no debía dejar que la nueva aura de este hombre me intimidara. —No soy un hombre de confrontaciones, no voy a golpearte—, con fuerza colocó su mano sobre el hombro del tipo, haciendo que bajara ligeramente mientras su cuerpo se tensaba. —Estaría mintiendo si dijera que no estoy tentado a hacerlo, pero me abstendré de tales acciones mientras le pagues a la encantadora chica por la bebida y le des una muy generosa propina.
—Pero, ni siquiera llegué a beb...
No fue capaz de terminar la frase antes de que Skywalker lo girara en un movimiento rápido y lo estrellara contra la barra, de modo que el hombre estaba ahora frente a mí. Ahsoka y yo saltamos sorprendidas y algunos clientes que se encontraban cerca quedaron boquiabiertos. —He dicho—, mi jefe que parecía diez veces más aterrador que antes, bajó sus labios al oído del desafortunado hombre que sollozaba,—que pagues la bebida y le des propina—, pronunció cada palabra lentamente y su tono estaba lleno de malicia.
