𝐁𝐁 | Haciendo todo lo posible por ascender en el mundo policial, aceptas un trabajo de encubierto en un famoso club dirigido por un presunto señor del crimen: Anakin Skywalker. Tu trabajo consiste en descubrir los secretos letales que se esconden...
"Si amas a dos personas al mismo tiempo, elige la segunda. Porque si realmente amaras a la primera, nunca te habrías enamorado de la segunda."
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Miré fijamente los panqueques de arándanos, pinchándolos con el tenedor sin decir una palabra mientras escuchaba en parte las numerosas historias de Ahsoka sobre su época en el instituto y algo más relacionado con sus actuales clases en la universidad. Me gustaría poder decir que realmente comprendía las palabras que salían de su boca, pero en realidad estaba en mi propio mundo.
Estaba enfadada y tenía todo el derecho de estarlo. Connor no debería haber actuado de la manera en que lo hizo, debería haber sido más comprensivo ya que seguimos la misma carrera profesional. Reaccionó como si le hubiera dicho que realmente lo engañé o maté a su mascota o algo así. Estaba siendo dramático, exageradamente dramático y la próxima vez que tenga la oportunidad de hablar con él, pienso decírselo, ya que no pude hacerlo antes porque no podía permitirme montar una escena.
Suspiré mientras clavaba el tenedor en los panqueques con demasiada agresividad, imaginándome que eran él. —¡Vaya, ¿qué te hicieron los panqueques?— Ahsoka se rió entre dientes y yo levanté la vista para encontrarme con su mirada curiosa pero divertida. —¿Estás bien?
No, quiero poner a mi esposo en un ring de boxeo y pelear unas rondas contra él. —Sí— respondí, poniendo una sonrisa en mi rostro. —Solo me distraje un poco, lo siento, no dormí mucho anoche— dejé caer el tenedor en el plato. Tampoco tenía mucho apetito, pero no quería rechazar su invitación.
—Mhm— asintió con un murmullo mientras cortaba su panque. —¿Tarea?
—Sí— y en cierto modo no era totalmente una mentira. Estaba haciendo tareas, pero no del tipo que ella hacía. —Y me están estresando— agregué, lo que espero explique el agresivo apuñalamiento a mi pobre desayuno.
Ella suspiró mientras dejaba sus cubiertos y miraba hacia arriba. —Yo estoy igual, la universidad es agotadora y desearía que Ani no me presionara tanto— se desahogó, cruzando los brazos y apoyándolos sobre la mesa. —Si por mí fuera no iría, pero él apenas deja espacio para el debate.
—¿Has intentado hablar con él al respecto?— pregunté, a pesar de saber la respuesta. —¿Y decirle que no es algo que quieras hacer?
Asintió con la cabeza, exhalando otro suspiro agotado. —Sí, pero por supuesto que sacó a relucir a nuestra madre fallecida, diciendo que ese era su deseo. Así que básicamente me obligó a hacerlo y ahora me está sobornando con el Range Rover.
—¿Fallecida?—, dije con asombro falso que sonó como sorpresa genuina. —No tenía ni idea, lamento escuchar eso.
Ella hizo un gesto con la mano. —Está bien, fue hace años, así que he tenido tiempo de procesarlo y seguir adelante. Además, era chica, por lo que me resultó más fácil superarlo— volvió a tomar sus cubiertos y clavó su tenedor en su panque ya cortado. —Anakin por otro lado— le dio un mordisco y habló mientras masticaba pero se tapó la boca con la mano. —Intenta hacerse el fuerte frente a mí, la mayoría de las veces— tragó. —Pero aún puedo ver que la está pasando mal, ellos eran muy unidos— sus ojos se llenaron de tristeza y rápidamente miró hacia otro lado mientras se aclaraba la garganta, haciendo todo lo posible por recomponerse.
