Liam salió de su tienda, con la intención de advertir a aquél chico que era mejor marcharse antes que el Cartel hiciera de las suyas.
-¿Quién quiere probar uno? -preguntó aquel chico, animado por su aparente "éxito".
-¡Yo quiero! -exclamó Slugworth mientras se habría paso entre la multitud junto con Fickelgruber y Prodnose.Liam reviró los ojos. Miró a Slugworth estrechar la mano del chico, quien hizo una mueca de dolor.
Se abrió paso entre la multitud y se acercó a ellos.-Slugworth, Fickelgruber, Prodnose. -los "saludó" Liam con una sonrisa artificial. Dirigió su mirada al chico, quien lo miró, probablemente sorprendido. -Liam Dubois. -se presentó con su muy usual tono formal.
-Señor Dubois, es un placer. -dijo aquel chico, haciendo una ligera reverencia. El mencionado soltó una ligera risa.
-No sea ridículo, señor...
-Wonka. Willy Wonka.
-Señor Wonka.
-Ahora, vamos a ver. -interrumpió Slugworth. -Necesito probar uno de sus llamados "flotachocs".Wonka, gustoso, abrió el tarro en el que tenía sus chocolates, permitiendo a Slugworth, Fickelgruber y Prodnose tomar un chocolate cada uno; dirigió el tarro hacia Liam.
-Lamento decírselo, señor Wonka, pero no, gracias. -negó Liam.
-¿Por qué no? -preguntó Wonka, confundido ante la negación de Dubois.
-No se prueba la mercancía de la competencia, además, eso le haría perder la ganancia de mi chocolate ya que es probable que me lo regale al igual que a esos tres y, aunque me lo cobrara, no pienso pagarle.
-Entiendo. -asintió con la cabeza con la mirada baja. Devolvió la mirada a los otros tres chocolateros, quiénes acababan de llevar sus flotachocs a sus bocas.
-No sólo es chocolate, ¿Verdad? -preguntó Slugworth con una expresión de sorpresa en su rostro. -Tiene... ¿Malvavisco?
-Así es. -afirmó. -De Malva de campesinos bizcos del Perú.
-Y caramelo... -dijo Fickelgruber. -P-Pero es...
-Salado. -interrumpió Wonka. -Con lágrimas agridulces de un payaso ruso.
-Y esto es... ¿Nuez? ¿Cereza? -dijo Prodnose.
-Cosechadas por agricultores de los jardines de la nobleza japonesa.Wonka parecía orgulloso de sí mismo y de su creación. Se notaba en su rostro seguridad sobre él y sus chocolates. Grave error.
-Bueno, señor Wonka. -dijo Slugworth. -Llevo mucho tiempo en este negocio y digo, sin temor a errar, que, de todos los chocolates que he comido en toda mi vida, este, sin ninguna duda, absolutamente, ciento por ciento: el peor.Wonka pareció no escuchar bien o hablar con sarcasmo, porque se emocionó al escuchar esas palabras.
-¡Ya escucharon, damas y caballeros! -exclamó, emocionado. -El respaldo del señor... -entonces, pareció entrar en razón sobre las palabras de Slugworth. -Espere... ¿El peor?Liam no pudo evitar soltar una pequeña risa ante la incredulidad de Wonka.
-Nosotros tres somos los rivales más salvajes...Fue interrumpido.
-Cuatro, señores. -dijo Liam.
-Nosotros cuatro -se corrigió de mala gana. -somos los rivales más salvajes y, aún así, acordamos algo: un buen chocolate debe ser simple, austero y sin complicaciones.
-En cambio, este con toda su rimbombancia, bueno, es algo... -dijo Fickelgruber.
-Raro. -continuó Prodnose.Wonka miró a Dubois, en busca de ayuda.
Liam, por su parte, pensaba que cada quien tenía su forma original de hacer chocolates y que era genial lo que había logrado este chico.Liam lo miró, miró a un chico en búsqueda de apoyo y aprobación, pero Dubois no podía apoyarlo, no frente a los otros tres.
-No necesito probarlo para saber que es un chocolate terrible. -dijo Liam, sin perder su seriedad y formalidad. Se sentía mal por hacerle eso al chico, pero tenía que mantenerse firme. Además, no tenía criterio propio ya que no había probado el chocolate y no pensaba hacerlo.Wonka bajó la mirada.
-Si el chocolate les pareció raro... Van a odiar lo que les pasará ahora... -dijo Wonka.Los cuatro chocolateros lo miraron con confusión antes de que tres de ellos comenzaran a flotar en el aire.
-¿Qué pasa? -preguntó Slugworth, confundido.
-Es la fruta-mosca. Ya salió de su capullo y está agitando las alas como loca.Liam miró, sorprendido, cómo los otros tres chocolateros flotaban en el aire. Era simplemente imposible.
-Pero, ¿Cómo? ¿Una mosca hace esto? -preguntó Prodnose.
-Sí, pero descuiden, estará ilesa. En unos veinte minutos les saldrá por atrás.Los tres chocolateros se exaltaron. Liam sólo soltó una risa disimulada.
-¿Qué dice? -exclamó Fickelgruber.
-Se refiere a que saldrá por las pompas. -dijo Prodnose.
-¡Sí entendí a qué se refería!
-¡Estás completamente loco, Wonka! -exclamó Slugworth, molesto. -¿Qué persona cuerda querría un chocolate que te hace volar?
-Bueno, descubrámoslo, ¿Les parece?Wonka abrió el tarro con los chocolates, que flotaron afuera del frasco. -¿Quien quiere un flotachoc?
Y así, varias personas comenzaron a tomar los chocolates. Wonka, quien sólo pedía una moneda por chocolate, comenzó a llegar ese frasco vacío de chocolates con monedas. Las personas comenzaron a flotar por los aires, alegres.
Liam avanzó hacia Wonka, quien miraba a las personas encantadas con su producto. Se detuvo a su lado y dirigió su mirada a las personas que flotaban.
-Me sorprende, señor Wonka. -dijo Dubois en ese típico tono formal que siempre tenía.
El mencionado lo miró con una sonrisa.
-¿En serio? -preguntó Wonka con ilusión.
-No se emocione. -lo detuvo Liam con sólo su voz. -Sin duda, es sorprendente lo que ha hecho, pero la emoción no le durará mucho, señor Wonka.
-¿Por qué no?Liam dirigió su mirada seria hacia la mirada incrédula de Wonka.
-Hágame caso cuando le diga esto: váyase de aquí y no vuelva a vender chocolates. No aquí.
-¿Qué? ¿Por qué?
-No es personal, señor, no de mi parte. -dirigió su mirada hacia sus compañeros chocolateros que aún flotaban en el aire. -Pero, tal vez, para otros sí lo sea.
-Señor...Antes de que Wonka dijera algo, la policía irrumpió en el lugar.
-Está bien, señores. Aquí no hay nada qué ver. -dijo el jefe de policía mientras avanzaba. -Sólo un grupo de personas desafiando las leyes de la gravedad. ¡A pescarlos!
-Por los Flotachocs, señor, son el motivo. -explicó Wonka.
-Le comento que hemos tenido quejas de usted, señor. -le dijo un oficial que se detuvo frente a él.
-¿Quejas?
-De que interfiere con la operación de otros negocios.Wonka miró a Liam con confusión, creyendo que él había hecho la llamada, sin embargo, Liam reviró los ojos y miró con molestia al oficial. Él sabía quién había hecho esa llamada. -Por eso me veo en la obligación de pedirle que se vaya y de confiscarle sus ganancias.
Y, dicho esto, el jefe de policía pasó frente a él, quitándole su dinero.
-¡Oiga! ¿Por qué hace eso?
-Tranquilo, chico. -dijo el jefe de policía con desinterés ante la molestia de Wonka. -Es para una buena causa. Niños enfermos o algo así.Dubois miraba toda la situación con molestia, quería interferir, pero no podía.
-Lo siento, señor, reglas son reglas. -dijo el oficial antes de darse la media vuelta e irse.Liam suspiró profundamente mientras miraba a sus alrededores.
-Lo lamento. Como le dije, hay personas aquí que pueden tomarse las cosas muy... Personales. -dijo Dubois.Wonka lo miró con ligera vergüenza y decepción hacia sí mismo.
-Supongo... -dijo con ligera tristeza en su voz y en su rostro. -Yo... No quiero pedirle esto, pero... ¿No puede darme una moneda? Necesito pagar mi alojamiento.Liam lo miró con una mezcla de confusión y lástima.
-¿Un alojamiento de una moneda?
-Sí. En la lavandería de Fregoso.
-Hmm... No sabía que Fregoso tuviera alojamiento.Liam levantó su mirada y se encontró con un último flotachoc que no había sido tomado aún. Lo agarró y miró a Wonka.
-Parece que no vendió todo. -sacó una moneda de su bolsillo y se la dió a Wonka. -Tenga.
Wonka tomó la moneda. Miró confuso a Dubois.
-Creí que dijo que no comería chocolate de la competencia...
-No lo haré.
-¿Y por qué pagar por algo que no comerá?
-Porque ahora lo tengo yo. -se acercó a Wonka. -No soy como esos tres idiotas, señor Wonka. -hizo una pausa para meditar lo que diría. -Le recomiendo que se vaya de aquí. No vuelva a vender chocolates en este lugar, váyase a cualquier otro lado, menos aquí.
-Entiendo... -asintió Wonka con la mirada baja.Liam le extendió la mano.
Wonka vaciló un poco antes de estrecharla, Slugworth le había lastimado la mano antes, pero decidió hacerlo de todos modos.
-Usted parece ser un oponente digno, lastimosamente existe gente que no sabe tener competencia. -soltó la mano de Wonka y lo miró. -Sinceramente, espero le vaya bien con su negocio, pero no aquí.Fue lo último que dijo Dubois antes de darse la media vuelta y dejar a Wonka ahí, solo, en medio del lugar, pensando en las palabras de Liam... ¿Qué habrá querido decirle?
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✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)
FanfictionUno lo dejó todo, el otro no estaba dispuesto a hacerlo. "Si tú me quisieras yo dejaría todo..." Liam Dubois, un chico de origen francés y gran chocolatero. Willy Wonka, un chico que sueña con ser chocolatero. La vida de Liam era perfecta, llena de...