XXIII

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Había pasado un mes desde estos acontecimientos y Liam y Willy se habían vuelto más cercanos, además, ya habían comenzado la construcción de la fábrica de Willy. Con suerte,

Había llegado el día en el que irían a la Ópera Garnier, en París.

Liam acababa de hablar con su hermana. Charlotte insistió en que se quedaran en la casa de la familia cuando fueran a París, Liam se negó rotundamente. No estaba dispuesto a ver a sus padres. No aún.

Quedaron de acuerdo en que, al menos, iría a saludar. Charlotte aseguró que sus padres lo extrañaban y que se pondrían felices de verlo. Liam aceptó con tal de que su hermana dejara de molestar.

Eran las 6:00 a.m. y Dubois y Wonka estaban preparando un bolso con unas pocas cosas para irse. Regresarían al día siguiente, así que no se llevaron mucho.

Subieron al auto de Liam para, acto seguido, ambos subir al automóvil.

Liam comenzó a conducir hacia París. Si tenían suerte, llegarían entre 8 y 9 a.m., suficiente tiempo para que Dubois saludara a sus odiosos padres, Wonka pasara tiempo con Charlotte y ambos fueran a la Ópera.

Willy estaba mirando por la ventana la carretera.

—Aún no puedo creer que iré a la Ópera Garnier... —murmuró Willy mientras miraba la carretera. —Y con Liam Dubois.

El mencionado rió.

—Deberías estar emocionado por salir con mi hermana, conocer París y la Ópera. Yo no entro en esta ecuación. —respondió con ironía.

Willy reviró los ojos, divertido.

—Eras uno de mis grandes ídolos, claro que entras en la ecuación. Sigue siendo muy irreal ser conocido de uno de los grandes Dubois.

Dijo "conocido", pues sabía que, si decía "amigo" o, aún peor, "mejor amigo", Liam le diría algo como: "No te adelantes, sólo me agradas". Y Willy sabía que él no lo decía para herirlo, así que no le molestaba.

—Eres mi amigo, Willy.

Estas palabras lo sacaron de sus pensamientos. Así es, Dubois lo había corregido para aceptar abiertamente que lo consideraba su amigo. —Y me alegra que lo seas.

Willy rió con ironía.

—Hace una semana lo hubieras negado.
—Hace una semana no te tenía el cariño que te tengo ahora.
—¿Qué cambió?
—No lo sé...

Se formó un pequeño silencio.

—Tu hermana me dijo que tienes problemas de confianza... ¿Por qué?

Liam bajó la mirada. No le gustaba hablar acerca de ese tipo de temas.

—Es complicado... No importa.
—De acuerdo.

Willy entendió que ese era un tema que Dubois no quería tocar y no iba a obligarlo.

°°°

Eran las 8:47 a.m. y Liam y Willy apenas habían llegado a su destino: París.

Liam condujo hacia la residencia Dubois, no tenía ganas de ver a su familia, pero se lo prometió a su hermana; además, tenía que ir allá para saludarla y para que ella y Wonka se reunieran.

Llegaron a la residencia Dubois que era, más bien, una enorme mansión.

Willy se quedó asombrado, pues aquel lugar parecía un castillo. No podía creer lo que veía.

—¿Esta es la casa de tu familia? —preguntó Wonka mientras miraba por la ventana, completamente maravillado.
—Sí. Hogar, dulce hogar. —respondió Liam con sarcasmo. En realidad odiaba tener que volver a esa casa, esa casa que había sido su gran prisión la mayor parte de su vida.

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora