XXII

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Eran aproximadamente las 10:00 a.m. cuando Liam, por fin, estaba despertando de su sueño.

Abrió lentamente los ojos y se erguió en el sillón.

En cuánto estuvo sentado, colocó una de sus manos en su cabeza y dejó escapar un quejido, causado por el dolor punzante en su cabeza.

-Buenos días. -saludó una voz masculina.

Levantó la mirada y pudo ver, con los ojos entre cerrados, a Willy, quien le extendía una taza de té, la cual tomó con una sonrisa.

-Hola. -saludó con una voz cansada antes de darle un trago al té.

Wonka se sentó en el sillón enfrente de él.

-Debes aprender a tomar con medida.
-¿Tan mal estuve?
-¿Recuerdas algo de lo de ayer?
-No.
-Ahí tienes tu respuesta.
-Cállate. Tú también tomaste.
-Sí, pero yo sí recuerdo todo lo de ayer.
-Cállate.

Liam siguió tomando su té, intentando desaparecer el dolor de cabeza.

-Por cierto, recuerda que iremos a ver el lugar que te dije.
-Ah, cierto... -terminó su té y dejó la taza en una pequeña mesa de café. -Deja que me ponga presentable y vamos.
-De acuerdo.

Dubois se levantó con dificultad del sillón y flaqueó un poco antes de, finalmente, caminar hacia su habitación.

Cerró la puerta y se cambió la ropa. Se puso un pantalón negro de vestir, una camisa blanca de manga larga, un suéter de lana sin mangas color café y un par de zapatos de vestir.

Lavó su cara, arregló su cabello y salió de la habitación.

-Estoy listo.

Willy lo miró. Se rió a carcajadas en cuanto lo vió.

-¿Qué rayos traes puesto?
-Ropa, estúpido.

La verdad, era que Wonka no pensaba que Liam se veía mal, sólo no estaba acostumbrado a verlo de otra forma que no fuera con su traje o corbata.

-Lo sé. Pero siento que no eres tú.
-Soy más que un traje aburrido, Willy, pensé que ya lo sabías.

Wonka rió entre dientes.

-Te ves bien.
-Lo sé. -hizo una pausa. -¿Quieres desayunar? Conozco un buen restaurante.
-Oye... No es necesario.
-Anda, no saldremos con el estómago vacío, además, no tengo ganas de cocinar.
-Me sorprende que no tengas a alguien que cocine.
-Supongo que cocinar es mi don especial. -rió. -Pero hoy no quiero. ¿Vamos?
-Bien...

°°°

Rondaban las 13:00 p.m. y Willy y Liam estaban en el automóvil de este último.

Se detuvieron frente a lo que parecía ser un castillo en ruinas y entraron.

Dubois miraba alrededor del lugar.

-¿En serio, Willy? -preguntó, intentando no sonar despectivo.
-¡Es hermoso! Puedo imaginarlo todo. -dijo Wonka con emoción mientras recorría el lugar.
-Para tí todo es hermoso, Willy.
-Tu cara no.
-Auch.

Ambos rieron a carcajadas.

-Hablando en serio... ¿Realmente crees que... Aquí esté bien?
-¡Está increíble! Vamos, Li, no seas tan negativo.
-No es que sea negativo, sólo que... ¿"Li"? -se interrumpió a sí mismo.
-No lo sé... Tu nombre no tiene diminutivos.

Liam rió.

-Me gusta que no tenga diminutivos. ¿Qué rayos es "Li"?
-Perdón...

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora