III

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Liam iba saliendo de su trabajo.
Subió a su auto, que era un Buick 1957 color azul celeste. No era "último modelo", pero tampoco era tan viejo.

Con un poco de frustración por el día tan cansado que tuvo, encendió el motor del automóvil. Sinceramente, se la había pasado toda la tarde pensando en cómo acercarse a Wonka para ejecutar su plan; se había vuelto complicado ya que, en primer lugar, debía hacerlo sin que los otros tres se enteraran y, en segundo lugar, realmente no tenía ningún interés en acercarse a ese niño, pero tenía que encontrar la manera de evitar su muerte.

Eran alrededor de las 7:25 p.m. cuando Dubois estaba conduciendo de vuelta a su casa. Pasó por la fuente cuando se encontró a una figura conocida tirada en el suelo y sobando su cabeza. Detuvo el auto frente a él y salió del auto.

Se acercó al chico.
-¿Wonka? -preguntó con confusión al ver al autoproclamado chocolatero empapado en agua fría, tirado en el suelo y, al parecer, con un golpe en la cabeza.

Se paró frente a él. Willy levantó la mirada hacia él.
-¿Señor Dubois? -preguntó en un tono casi ingenuo.
-¿Qué diablos haces aquí?
-Ah... Ya sabes... Salí a dar la vuelta.
-Te vas a congelar.

Liam se incó frente a él y examinó su cabeza, tenía un pequeño moretón en la frente y estaba ligeramente hinchado. -¿Qué te pasó?
-Eh... Nada.

Liam resopló, sabía de qué se trataba, el jefe de policía había dado su "mensaje", lo que no entendía, era por qué Wonka lo ocultaba.
-No me mientas, Wonka.

El mencionado suspiró profundamente.
-El jefe de policía me pidió que no volviera a vender chocolate.
-¿Y dejarás de hacerlo sólo porque él lo dice?
-Claro que no, pero ese no es el punto. ¡Me atacó!

Dubois no pudo evitar soltar una pequeña risa burlona. Le parecía graciosa la ingenuidad del muchacho y el cómo no iba a darse por vencido aún cuando lo habían atacado.
-Sube a mi auto, hay una chimenea en mi casa, puedes sentarte ahí y beber algo, ya sabes, para que no te resfríes.

Wonka lo miró con una mezcla de confusión y curiosidad.
-¿Por qué eres amable conmigo?
-¿Por qué no serlo?
-Somos competencia.

Liam soltó una pequeña risa burlona, nuevamente.
-Que seamos competencia no significa que deba ser malo contigo, Wonka. -hizo una pausa. -Ven, no creo que a la señora Fregoso le moleste si llegas un poco tarde.

Entonces fue cuando Willy recordó que debía llegar con Noodle antes de que la señora Fregoso notara su ausencia. Se levantó rápido del suelo, siendo seguido por Liam y lo miró.
-Lo lamento, señor Dubois, pero debo irme ya.

Liam se quedó confundido ante la reacción de Willy.
-¿Quieres que te lleve? Estás mojado y hace frío.
-No hace falta.
-¿Estás seguro?
-Lo estoy. ¡Hasta luego!

Dicho esto, Wonka se fue a toda velocidad de ahí, dejando a Dubois con una mirada confusa ante la reacción de Willy.

Al final, Liam sólo reviró los ojos, después de todo, Wonka era un niño ingenuo; subió a su automóvil y retomó el camino a su casa.

Por un lado, comenzaba a sonar estúpido el intentar socializar con Wonka, por otro, no quería ser cómplice de un "accidente" más.

°°°

Al día siguiente, Dubois se dirigía de camino al trabajo cuando miró a un montón de gente aglomerada en una cafetería, esto lo confundió, pero supuso que era un nuevo platillo o algo así, aunque, de cualquier modo, no daba sentido al montón de gente ahí.

Comenzó a conducir lentamente para intentar mirar qué era lo que producía era aglomeración. No pudo mirar bien qué era hasta que llegó la policía y entonces pudo ver a Wonka huyendo de ellos.

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora